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Reportaje:

El juez descarta la existencia de delito en la catástrofe de Ortuella

La causa fundamental y determinante de la catástrofe de Ortuella, (Vizcaya) que costó la vida a 50 niños y tres adultos, fue la ausencia de un sistema eficaz de protección de los tramos subterráneos de las conducciones de gas propano, según las conclusiones del sumario abierto con tal motivo en octubre de 1980. El auto de conclusión del sumario, que no apunta causas que pudieran generar responsabilidades criminales de personas o colectivos concretos, llama la atención sobre el carácter impreciso de la legislación vigente y considera obvia y urgentemente necesario que el legislador adopte las medidas adecuadas ante lo que considera evidente peligro de repetición de accidentes similares en hospitales, escuelas y otros centros públicos.El auto, resultado de una investigación exaustiva realizada a lo largo de cerca de tres años, resume las conclusiones de los dictámenes de numerosos estudios periciales, algunos de ellos realizados ahora por primera vez en España, de los que cabe deducir que sólo un sistema de protección catódica es capaz de evitar la corrosión de las tuberías de gas que discurren bajo tierra, especialmente en terrenos húmedos o próximos a conducciones eléctricas. Las tuberías de la escuela de Ortuella contaban con el sistema de protección habitual, el exigido por la legislación vigente, y que, a la postre, se demostraría insuficiente.

La inadecuación de dicho sistema de protección provocó el escape de propano, que fue filtr ándose a través de terreno y quedó acumulado en los bajos de¡ colegio nacional Marcelino Ugalde. El hecho de que la explosión se produjera a consecuencia de la utilización por el fontanero municipal de un soplete de soldadura es, en ese sentido, irrelevante, ya que cualquier otro agente casual pudiera haber tenido el mismo efecto.

Considera por ello el auto que, si bien han podido detectarse numerosas infracciones puntuales -de tipo arquitectónico u otros-, la causa fundamental y determinante fue la corrosión de las tuberías y, en consecuencia, la ausencia de un sistema eficaz de protección de éstas. El hecho de que aún hoy en día la legislación no prevea la utilización de sistemas de protección catódica que los dictámenes técnicos realizados señalan como los únicos eficaces- ni siquiera en hospitales, centros de enseñanza..., es subrayado en el texto, que incluye una llamada de atención a los poderes públicos al respecto.

El sistema citado es ya utilizado en España en determinadas instalaciones industriales, pero, en general, no en función de criterios de seguridad, sino en aquellos casos en que el alto costo del material empleado aconseja reforzar su protección antícorrosiva para prolongar su duración. Al parecer, la corrosión de las tuberías de conducción subterránea de gas propano es tanto más probable cuanto mayor sea la humedad del terreno y la ionización de éste por la presencia de líneas de conducción eléctrica.

Entre las pruebas periciales realizadas figuró la destinada a esclarecer si el olor producido por el escape de gas debió o no alertar sobre la inminencia de la catástrofe. Del informe realizado -con ayuda de sensores especiales y con arreglo a una técnica inglesa no utilizada nunca antes en Españase deduce que el propio terreno, parcialmente arenoso, pero con tramos arcillosos, actuó como filtro imperfecto, anulando la intensidad del estímulo odorífico.

Responsabilidades

Por todo ello, del conjunto de la investigación no deduce el sumario la existencia de causas que pudieran dar lugar a responsabilidades criminales por parte de personas o colectivos concretos. El auto, firmado por el juez instructor, Juan Alberto Belloch, pasará ahora a la sección primera de la Audiencia Territorial de Bilbao. Si ésta hace suya las conclusiones del auto, quedaría cerrada la vía de reclamación penal. Los familiares de las víctimas podrán, sin embargo, reclamar indemnizaciones por vía administrativa, de acuerdo con el artículo 106 de la Constitución.La explosión que destruyó la escuela de Ortuella, segando la vida de medio centenar de niños menores de diez años y de dos maestros y la cocinera del centro, e hiriendo de diversa consideración a otras 50 personas, niños en su mayoría, se produjo a las 11.50 horas del día 23 de octubre de 1980. En las 28 aulas del centro cursaban estudios de EGB un total de 860 alumnos.

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