Virtuosos de Moscú en Granda

Hace quince años que un adolescente y rutilante violinista soviético, VIadimir Spivakov apareció en el horizonte musical. Primero, para sombrar a todos los públicos con su arte de virtuoso consumado y músico de rara personalidad; después, para impulsar un asombroso grupo de cámara, una de las llamadas "orquestas de bolsillo", patrocinada ahora por el Estado con el título Virtuosos de Moscú.Apenas conjuntados los 19 solistas que dirige Spivakov visitaron España. El futuro que entonces auguramos todos al grupo y a su maestro es hoy una realidad absolutamente fuera de lo común. Acaban de demostrarlo en su primer concierto para el festival de Granada celebrado en ese stradivarius de la arquitectura que es el auiditorio Falla, del arquitecto García de Paredes.

El Divertimento en re sirvió para que Spivakov y sus virtuosos nos dieran su visión del música salzburgués: melancolía en el sonido, vocalidad en el fraseo e impulso vital en la continuidad. Rasgos todos que se repitieron en el, a su manera neoclásico, concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerda de Dimitri Shostakovich, página entre sarcástica, y burlona, entre Gogol y Poulenc, reveladora en 1933 de un genio musical que se confirmaría al año siguiente en la ópera Ladi Macbeth del distrito de Misensk, hoy conocida por el nombre de la protagonista Katerina Ismailova.

Una excelente y poderosa pianista armenia, Svedana Navarsardian y el trompetista valenciano José María Ortí, actual catedrático del Conservatorio. Madrileño, dieron testimonio de su valía al destacar como solista sobre un conjunto de excepción.

Técnica interpretativa actual

La serenata de Chaikovski, en una bella y superexpresiva traducción, parecía rehabilitar gustos pretéritos a través de una técnica interpretativa actual. La versión fue acogida con oleadas de aplausos a las que respondieron los intérpretes soviéticos -de gran simpatía cemo valor añadido- con cinco propinas de Prokofiev, Rossini, Shostakovich, Strauss y Padilla.La personalidad de VIadimir Spivakov se dibuja con nitidez en el panorama de la dirección como la de un maestro capaz de orientar, técnica y estéticamente, y de interesar tanto a los músicos que dirige como al público; lo mismo a través de los minuciosos ensayos que en las "improvisaciones" que se permite sobre la marcha y que Los Virtuosos de Moscú -nacidos todos ellos entre 1932 y 1957- realizan con exactitud.