La derecha salvadoreña intenta aplazar dos años las elecciones, previstas para diciembre

La derecha salvadoreña pretende aplazar dos años las elecciones anunciadas para el próximo mes de diciembre, con la única oposición de los democristianos, que aspiran a recuperar el poder tras estos comicios con José Napoleón Duarte como candidato presidencial. Todos los partidos que integran el sistema han acordado el aplazamiento, declaró Luis Rolando López, dirigente de ECO (Empresarios, Campesinos y Obreros), un conglomerado político de reciente creación.

La mejor prueba, añadió, es que la asamblea constituyente no termina nunca de elaborar la Constitución, y sin ella no puede haber elecciones. Desde el 28 de marzo del pasado año, los 60 diputados que tenían el doble mandato de redactar una carta magna y una ley electoral se han enzarzado en todo tipo de exóticos debates parlamentarios, a menudo plagados de amenazas mutuas, incluso con presencia esporádica de pistolas, mientras posponían una y otra vez su cometido fundamental.El presidente de la Cámara, Roberto d'Aubuisson, declaró en febrero que el compromiso de alumbrar la Constitución en el término de un año sería cumplido, y desde su poltrona presiciencial anunció solemnemente que dimitiría de su cargo una vez satisfecha esta tarea. El plazo se ha rebasado en tres meses, sin que se haya aprobado la Constitución ni haya renunciado el líder ultraderechista. Consciente de su pérdida de espacio político, la derecha está obstruyendo sistemáticamente el debate constitucional, en espera de tiempos mejores.

El argumento empleado ahora por sus portavoces para justificar el retraso de la cita electoral es que hay que dar tiempo a que el ministro de Defensa, general Eugenio Vides, ponga en práctica una nueva estrategia antiguerrillera, consistente en combinar las grandes movilizaciones de tropas con acciones fulgurantes en los santuarios de la guerrilla. El Ejército ha dado pocas satisfacciones a la derecha en los últimos meses, pero las fuerzas conservadoras siguen esperando algún avance significativo en la marcha de la guerra convencidos de que esto se traduciría en votos para sus siglas.

Magaña niega el retraso

Pese al evidente bloqueo en la redacción del texto constitucional, el presidente Álvaro Magaña niega que las elecciones vayan a ser retrasadas. Esto le colocaría en situación difícil, ya que aprovechó la presencia en su país de un testigo excepcional, el papa Juan Pablo II, para anunciar la convocatoria a las urnas, lo que mereció un elogio papal. Ha desmentido, igualmente, que este tema vaya a ser analizado en el curso de una próxima visita a Estados Unidos, ya que es una cuestión que corresponde resolver exclusivamente a su Gobierno de forma soberana.Pero a nadie se le escapa que la idea de anticipar las elecciones al mes de diciembre nació en Washington y que Estados Unidos es el principal interesado en mantener la esperanza de que una victoria democristiana le permita presentar ante el mundo un Gobierno más decoroso, de signo centrista, no involucrado directamente en los crímenes de la extrema derecha. Por mucho que protesten las fuerzas más conservadoras ante las intromisiones, norteamericanas en los asuntos internos del país, la Administración Reagan tiene argumentos convincentes para doblegar al Gobierno salvadoreño en la dirección que más le interese.