El cauce del Manzanares será desecado dos semanas, a partir del día 20, para realizar un estudio del fondo

El cauce del río Manzanares, a su paso por la zona urbana de la capital será desecado a partir del próximo 20 de junio durante dos semanas para proceder a un estudio topográfico, y después a una limpieza total que se efectuará en torno al verano de 1984. Las aguas de la zona noroeste serán canalizadas hasta una depuradora del sur como solución provisional hasta que vuelvan a ser tratadas en las antiguas instalaciones de Viveros, depuradora que ha permanecido más de un mes inactiva por obras.

Esta paralización ha supuesto el vertido de aguas residuales directamente al río. El agua estancada ha provocado un fuerte mal olor entre el puente de los Franceses y el nudo sur de la autovía de circunvalación M-30.Las depuradoras de El Pardo y Viveros- dejaron de funcionar hace algo más de un mes a causa de las obras del Plan de Saneamiento Integral de Madrid (PSIM), que se realizan en la zona norte de la capital. Las obras están encaminadas, por un lado, a prescindir de la depuradora de El Pardo, que se podría convertir así en planta de investigación, y preparar la de Viveros para que el próximo otoño sea el principal centro, de depuración del río Manzanares al norte de la capital, según informaron fuentes municipales.

Para ello, las aguas que eran tratadas en la depuradora de El Pardo han sido canalizadas hacia la de Viveros, instalación que, además, ha sido conectada con una red de nuevos colectores que recogen el agua vertida en barrios como el del Pilar, Fuencarral o Puerta de Hierro. Estos trabajos forman parte de las obras iniciadas en el mes de agosto de 1981 para construir una nueva depuradora de Viveros que sustituya a la que hasta ahora estaba en funcionamiento. Según el proyecto municipal, el pasado mes de abril tenía que haberse terminado la construcción de esta nueva planta; sin embargo, la empresa constructora no pudo cumplir los plazos y pidió al ayuntamiento una prórroga, que acabará el próximo mes de septiembre.

Como consecuencia de este retraso, el pasado mes de mayo se iniciaba la conexión de las instalaciones de la depuradora con la red de colectores de la zona norte. Los trabajos tenían que haberse realizado, al parecer, el pasado invierno. Las tareas de conexión obligaron a dejar sin funcionamiento la depuradora antigua, que tiene una capacidad para tratar 400 litros por segundo.

A partir de ese momento, las aguas contaminadas comenzaron a ser vertidas directamente al río. El resultado de este incremento de vertidos ha sido la sedimentación y fermentación de Iodos, con el consiguiente desprendimiento de fuertes olores, que han provocado la protesta de los vecinos de la zona y de los automovilistas que utilizan la M-30. Al terminarse el estudio topográfico y geotécnico del cauce, el río volverá a recibir las aguas tratadas en las depuradoras en servicio hasta el mes de septiembre, en que está previsto que entren en funcionamiento las nuevas depuradoras de Viveros, con una capacidad de 2.100 litros por segundo; la de Butarque, con una capacidad de 3.300 litros por segundo; la de la China, con igual capacidad de tratamiento, y la de Rejas, única de las cuatro con laque parece que se tratan las aguas vertidas al río Jarama.

Según los responsables municipales, a pesar de lo que se ha afirmado, la limpieza del río no puede hacerse inmediatamente. Es necesario realizar un detallado proyecto que se apoye en estudios topográficos y geotécnicos. Por ello, han pedido paciencia a todos los madrileños tanto por el incremento de olores que puede suponer la desecación del río como por la contaminación de las aguas, que se mantendrá hasta el próximo año.