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Última etapa del viaje de Felipe González a Latinoamérica

La sombra de Estados Unidos marcó la estancia en Panamá

Las invocaciones del presidente del Gobierno español en favor de la iniciativa de Contadora para solucionar el conflicto de Centroamérica y la propuesta de una fuerza de paz formulada por el general Paredes, comandante de la Guardia Nacional, se repartieron ayer los titulares de la Prensa panameña. El fin de la visita del general al Pentágono en la noche del viernes abrió la expectativa de que finalmente pudiera conversar con Felipe González antes de despegar rumbo a México, última escala de la gira iniciada en Bogotá el día 30.El viernes, los medios periodísticos insistían aquí en cargar de significado la ausencia del general Paredes, candidato a las elecciones de 1984, y del coronel Noriega, durante la jornada de visita realizada por el presidente español. Algunos observadores señalaban que la explicación del desplazamiento a Washington de esos militares, que sorprendió a la delegación española, reside en el interés norteamericano por vaciar de contenido el viaje de Felipe González, a quien ven como animador de la iniciativa de paz de Contadora.

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La declaraciones de Thomas O. Enders, secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, al abandonar su puesto no dejan lugar a dudas a este respecto. "Quienes abogan por negociaciones abiertas para resolver la crisis centroamericana", dijo, "lo hacen con buena voluntad, pero están destinados a fracasar, debido a que sus supuestos son erróneos". Según Enders, las negociaciones para poner fin a la violencia son una cuestión compleja que requiere diversas condiciones militares, políticas y económicas y sólo tendrá éxito si Washington hace un esfuerzo durante una serie de años para erradicar los escuadrones de la muerte en El Salvador, no condicionar excesivamente la ayuda militar, impedir que los sandinistas aplasten toda oposición en Nicaragua, adecuar la asistencia económica y llevar a cabo una diplomacia fuerte en la región.

Felipe González recibió ayer, en el hotel donde se aloja, a dirigentes políticos, especialmente a los del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que acaudilló el desaparecido Omar Torrijos. No pudo comprobarse si, pese a sus deseos, le fue posible dar audiencia al doctor Guillermo Ungo, líder del FDR salvadoreño, brazo político del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que se encontraba en Panamá.

Evitar el camino de la guerra

En conferencia de prensa con los medios informativos de esta capital, mantenida conjuntamente con el presidente de la República, Ricardo de la Espriella, el presidente del Gobierno español reiteró los puntos de vista expuestos en Bogotá y Caracas, constató la preocupación por la situación del conflicto centroamericano, que se agrava, y advirtió a quienes propugnan el camino de la guerra que se equivocan a corto, pero, sobre todo, a medio y largo plazo. Al desmentir que hubiera recibido nombramiento alguno como portavoz del grupo de Contadora ante el Gobierno norteamericano, González precisó que, en todo caso, no sería malo que se escuchara la voz de España, país aliado de Washington y unido al área iberoamericana, acerca de la situación en países que siente fraternalmente próximos.El presidente español ensalzó la labor histórica de Torrijos, que fue capaz de crear una convergencia latinoamericana en torno a la reivindicación del canal e hizo a Panamá internacionalmente grande y respetada. Se mostró contrario a toda injerencia en Centroamérica y se declaró a favor de que no hubiera ni un solo asesor militar de fuera de la región en ningún país de la zona. Luego precisó que ese pronunciamiento incluía a los asesores norteamericanos y a los cubanos.

En cuanto al análisis del conflicto bajo el prisma de la confrontación Este-Oeste, González dijo que algunos recientes puristas carecen de legitimidad para defender la democracia que nunca reclamaron de regímenes como el somocista. Aceptó también que había recibido una invitación para visitar Nicaragua y que le gustaría acudir a Managua; Felipe González dijo que él no daba consejos y que prefería recibir información. Añadió que las elecciones eran la mejor manera de conocer la opinión del pueblo y que aun si las condiciones para celebrarlas no eran muy favorables, si estuviera en la piel de algunos dirigentes las convocaría ya. Subrayó la coincidencia advertida durante este viaje suyo por Latinoamérica con jefes de Estado que se intitulan conservadores, como Belisario Betancur o Luis Herrera Campins.

En la conferencia de prensa hubo pretguntas para el presidente de la República, Ricardo de la Espriella, a propósito del uso que los norteamericanos hacen de las instalaciones militares del canal en apoyo de acciones diversas en Centroamérica. El mandatario panameño se limitó a recordar en su respuesta, a tenor del tratado Torrijos-Carter, que las bases de EE UU aseguran la defensa del canal y que cuando se han tenido indicios de otros usos indebidos, el Gobierno ha elevado su protesta. En el aire flotaban las palabras del general Nutting, que al entregar el mando de la zona del canal a su sucesor, reiteró que las fuerzas americanas tienen un concepto de las amenazas sobre el canal que incluye toda Centroamérica y el Caribe.

Aquí se comenta el refuerzo de algunas instalaciones militares del canal, especialmente la construcción de nuevos hospitales, que se pone en relación con posibles planes de una rápida intervención en breve plazo, antes de que la cercanía de las elecciones presidenciales paralice la decisión de Washington.

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