Deliciosa obra inacabada

Hay dos explicaciones de la escasa duración de Une partie de campagne. Mientras el director, Jean Renoir, cuenta en sus memorias que, contra el criterio del productor, consideró siempre que la historia no debía superar los cincuenta minutos, al igual que el cuento de Guy de Maupassant en que se inspira, tenía una extensión menor, el historiador Andrés Bazin explica la interrupción del rodaje, la desaparición del primer montaje realizado por Renoir y la curiosidad de que el segundo y último se hizo en ausencia del autor.Un cartel explicativo indica, además, en la película que se trata de una obra inconclusa. Bazin apunta, sin embargo que lo no rodado, el interior de la tienda de míster Dufour, padre y esposo respectivamente de las mujeres protagonistas, carecía de importancia en el cuento original, y que la película que contemplamos puede considerarse una obra acabada de duración original.

Un acierto de los programadores que ahora recuperan Una partida de campo en España es el de ofrecerla junto a la reposición de otro espléndido título de Renoir, La regla del juego.

Rodado en 1936, este mediometraje supuso un paréntesis en la línea que Renoir había adoptado poco antes al servicio del Frente Popular.

Deliciosa comedia que combina la ironía con las emociones sentimentales, es un canto a lo natural, la declaración de un hombre que cree en la bondad de lo sencillo: el campo, el amor, las pasiones espontáneas y el humor no agresivo, son los elementos principales que podemos encontrar en la narración de tan breve historia.

Ilustrada esporádicamente con la reproducción de algunos motivos pictóricos de su padre, Renoir logra, también con intermitencia, el desarrollo pleno de ciertas situaciones, y muy especialmente las del diálogo entre madre e hija y el fugaz encuentro amoroso de los enamorados clandestinos.

En ambas, la actriz Sylvia Batalle muestra una sensibilidad extraordinaria capaz de hacer olvidar la sosería de su oponente masculino, el actor Georges Damoux.

A señalar igualmente la divertida interpretación de la actriz Jeanne Marken en el papel de la madre.

Como curiosidad puede añadirse que, el propio Jean Reinoir inteprenta el papel de ventero, que el director de cine italiano Luchino Visconti fue meritorio en el rodaje y que la canción que cierra la película fue interpretado por Germaine Montero a la que podernos ver en el papel de abuela en la también extraordinaria película interrumpida, El sur, de Víctor Erice, presentada en el último Festival Intemacional de Cine de Cannes y que ya se ha estrenado en las pantallas españolas.