El idioma gallego, desamparado por el mundo oficial
Balance de un coloquio sobre las lenguas españolas, celebrado en la ciudad de Vigo
El desamparo al que está sometido el idioma gallego por parte del Gobierno autónomo de esta comunidad y la indefensión del euskera ante la comunidad castellano-hablante en el País Vasco, frente a la cada vez mayor implantación del catalán en Cataluña gracias a la política lingüística de la Generalitat, fueron, en líneas generales, las conclusiones de los debates sobre normalización de estas lenguas que han tenido lugar en Vigo con ocasión de la Semana das Letras Galegas y en los que han participado especialistas de estas tres comunidades autónomas.Los debates, organizados por la asociación cultural Círculo Ourensan-Vigués, han servido para comparar los procesos de normalización y las situaciones a que han llegado estos tres idiomas, reconocidos por la Constitución española y declarados como oficiales, junto al castellano, por los estatutos de autonomía de estas tres comunidades.
Fundamentalmente, los aspectos en los que se centraron las intervenciones fueron tres también: la normalización lingüística desde la enseñanza, desde las administraciones autónomas y desde los medios de comunicación.
30% de vasco-hablantes
Gotzon Eguía, director del Servicio de Euskaldunización de la Diputación Foral de Guipúzcoa, comenzó ofreciendo algunos datos reveladores de un estudio encargado por el Gobierno vasco. El 29% de la población de Euskadi se declara, total o parcialmente, vasco-hablante (aproximadamente, unas 700.000 personas). Sólo un 7% defiende la hegemonía del castellano, frente a un 53% que manifiesta su opinión de que el euskera sea la lengua prioritaria.El 41 % de la población de preescolar y el 64% de la de EGB están considerados como alumnado castellano-hablante nato, y aprende euskera en escuelas públicas e ikastolas como una asignatura más. Por contra, el 21 % y el 8 %, respectivamente, son alumnados vasco-hablantes que reciben todas las materias en euskera. Los esfuerzos normalizadores del Gobierno autónomo todavía no han llegado a la Universidad.
En cuanto a medios de comunicación, Gotzon Eguía resaltó las dos horas de programación diaria, iniciadas experimentalmente por la televisión Vasca a comienzos de año, íntegramente en idioma vasco, y se lamentó por la inexistencia de diarios publicados totalmente en euskera. Egin ofrece diariamente un suelto de cuatro páginas, mientras que Deia no supera el 5% de su producción en idioma vasco. En este sentido, Eguía acogió con entusiasmo la idea de insertar un diario de 16 páginas en euskera dentro de la estructura de La Voz de Euskadi, periódico de inminente salida en Guipúzcoa. Las emisoras, en su mayoría -incluida Radio Requeté de Navarra-, emiten varias horas en euskera, y Radio Nacional de España y la cadena COPE realizan más de la mitad de sus emisiones en vasco en la provincia de Guipúzcoa.
Con todo, según afirmó el director de Euskaldunización, "la práctica totalidad de las actividades de los partidos, los debates y las intervenciones públicas de los líderes políticos se producen en castellano. Eguía dijo también que "el conflicto lingüístico en Euskadi no es resultado de la colisión entre lenguas, sino manifestación evidente del enfrentamiento entre dos comunidades lingüísticas", y reiteró su idea de que "la población vasco-hablante y la castellano-hablante que asume el euskera como idioma prioritario es mayoritaria en Euskadi".
Gotzon Eguía calificó a la Administración como "el elemento decisivo de todo proceso de normalización lingüística", y advirtió sobre los peligros que corre la ley de Normalización dictada por el Parlamento vasco en noviembre de 1982 -siete de cuyos artículos han sido recurridos por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional- "de quedar en papel mojado si no se dota a la Administración vasca de los mecanismos suficientes para asumir su aplicación".
Una lengua extranjera
El caso gallego fue tratado en mesa redonda. Tanto los que intervinieron como personas del público dirigieron profundas críticas hacia la política lingüística del Gobierno autónomo, con mayoría de Alianza Popular, representado en el acto por la directora general de Enseñanza en Lengua Gallega, Paz Lamela.Víctor Freixanes, en calidad de catedrático de gallego en un centro de enseñanza pública, afirmó que la lengua gallega no recibe en Galicia mejor tratamiento que otras lenguas extranjeras, como el francés o el inglés, o como incluso el latín, y consideró insuficientes las tres horas semanales -en el mejor de los casos- que dedican los centros públicos a la enseñanza del idioma autóctono. "Con el agravamiento", dijo Freixanes, "que supone enseñar gallego y no realizar toda la enseñanza preescolar y básica en gallego, ya que de esta forma el niño identifica el idioma como un hecho cultural aislado".
"En la Administración autónoma", concluyó, "falta voluntad de habilitar a los profesores, de realizar reciclajes y de llevar adelante, una política de inspección en aquellos centros que incumplen la normativa lingüística".
Paz Lamela, por su parte, se defendió reconociendo que tres horas semanales son insuficientes, y que su departamento se había propuesto desarrollar igual número de horas para la enseñanza del gallego que: para la del castellano en EGB, asi como acometer próximamente el aprendizaje preescolar íntegramente en gallego. "El bilingüismo es un fenómeno enriquecedor que no perjudica a ninguno de los dos idiomas".
La directora de Enseñanza de Lengua Gallega afirmó que no se considera responsable de que en las consejerías de la Xurita se hablase castellano, y achacó la carencia de medios del Gobierno autónomo a la falta de presupuestos provenientes del Gobierno central.
El periodista Luis Álvarez Pousa justificó el poco uso que se hace del idioma gallego en los medios de comunicación en base a que "la vida cultural y política del país está traumatizada. "Los profesionales de la información", dijo, "no se sienten suficientemente motivados para hacer el esfuerzo progresista de escribir o hablar gallego, y las empresas periodísticas temen el alto coste que supone para sus economías la introducción del gallego. Hay que tener en cuenta que sólo el 7% de los lectores de mi periódico, La Voz de Galicia, tiene estudios universitarios".
Álvarez Pousa criticó también a la Xunta de Galicia por no exigir una emisión porcentual de programación en gallego en sus próximas concesiones de nuevas emisoras de frecuencia modulada.
Miquel Strubell, jefe del servicio de Normalización de Lengua Catalana de la Generalitat, expuso en otro de los debates la política de su Gobierno en materia lingüística, que pretendía el objetivo de "devolver el catalán a la categoría de idioma propio de Cataluña".
El catalán de todos
Strubell, que realizó su intervención en lengua gallega, citó algunos de los logros de la Generalitat desde que Cataluña posee competencias autonómicas, articulados a través de una dirección lingüística dependiente del departamento de Cultura, y que, entre otras cosas, programa cursos de catalán para adultos con un presupuesto de 110 millones de pesetas al año, traduce documentos oficiales, adapta vocabularios técnicos, interpreta desde el punto de vista lingüístico los censos de población, recoge datos sociológicos sobre el habla de las distintas comunidades, esclarece los toponímicos y sensibiliza a la población con campañas populares como la reciente de El catalá es de tots, protagonizada por la niña Norma."Mi departamento", dijo Strubell, "dedica en estos momentos 20 millones de pesetas a la introducción de un No-Do en catalán en los cines. Además, ya es posible ver a Paul Newman hablando catalán, con lo que de importante tiene este mensaje cinematográfico para el ciudadano, ya que cuatro filmes de renombre son doblados cada año en nuestra lengua".
Sobre los costes de financiación de esta política, Strubell dijo que "a los titulares de Obras Públicas o Hacienda de la Generalitat, por ejemplo, no les importa que se les reste un 0,5% de sus presupuestos para fomentar la lengua". El jefe del servicio de Normalización de la Lengua Catalana dijo que "preferiría que todos los emigrantes en Cataluña fueran gallegos, porque así reconocerían el valor de tener una lengua propia". Sin embargo, preguntado sobre la opinión que le merecía la política lingüística de la Xunta de Galicia, Strubell se negó a contestar, argumentando que carecía de datos suficientes.
Babelia
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