Un voto menos
De estupefacción se puede hablar ante la increíble afirmación del presidente del Gobierno español aprobando la próxima instalación de euromisiles en diversos países pertenecientes a la OTAN. Muy lejos se nos pone a los españoles la simple promesa de realizar un referéndum sobre el tema, tras este gesto, que echa por tierra casi toda la ética psocialista.Ésta ha sido la última gota que colmó el vaso de mi paciencia de votante útil; demasiadas fueron las arrojadas por el extraordinario ministro de la Gobernación de que disfrutamos. En Bonn, el presidente del Gobierno ha cambiado una sonrisa, la de Kohl, por un voto, el mío; ya sólo le quedan 9.999.999; apenas tiene importancia la diferencia, pero.../
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