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Mañana se reinician las conversaciones de Ginebra con voluntad de llegar a un acuerdo

La situación que prevalece en las negociaciones norteamericano-soviéticas sobre los euromisiles que mañana se reanudan en Ginebra continúa siendo "anormal", en opinión del jefe de la delegación soviética, Yuri Alexandrovich Kivitsinski, quien, a su llegada al aeropuerto de Ginebra, sostuvo que la ausencia de progresos reales se debía al empeño estadounidense de haber mantenido durante año y medio la opción cero.

Por su parte, el delegado estadounidense, Paul Nitze, declaró que su Administración es partidaria de la eliminación de todas las armas nucleares de alcance medio estacionadas en Europa, conforme a la opción cero. Sin embargo, estaría dispuesta a aceptar una solución intermedia basada en una reducción igual del número de cabezas nucleares.

Kivitsinski puso también de relieve la voluntad del Kremlin de llegar cuanto antes a un acuerdo "honesto y equitativo" e insistió en la oferta del número uno soviético, Yuri Andropov, presentada el pasado 4 de mayo. "Se trata", dijo, "de reducir radicalmente los arsenales nucleares en Europa, pero manteniendo un equilibrio aproximativo entre la URSS y la OTAN, tanto en materia de vectores de alcance medio como en número de ojivas" -cabezas nucleares-

Moscú insiste desde noviembre de 1981, fecha del comienzo de las conversaciones, en que se introduzca en la negociación la capacidad bélica de Francia y el Reino Unido. Si esta hipótesis de trabajo se impone, en la práctica podría significar que la URSS está dispuesta a convertir en chatarra algo más de centenar y medio de misiles SS-20. A cambio, la OTAN -y es su principal exigencia- tendría que renunciar a instalar en Europa occidental los 572 cohetes previstos para finales de año.

La amenaza soviética

Los países de la OTAN decidieronen diciembre de 1979 desplegar a partir de este año 108 misiles Pershing 2 y 92 de crucero en la RFA, 160 misiles de crucero más en Gran Bretaña, 112 en Italia y 48 en Bélgica y Holanda, respectivamente, a fin de contrarrestar la amenaza soviética que en la actualidad suponen más de 350 SS-20.

Ante la intransigencia y el niet (no) de Moscú, la Casa Blanca se vio obligada a alterar ligeramente su oferta, un compromiso intermedio que podría articularse en torno a las 300 cabezas nucleares de alcance medio en Europa. Así lo dio a entender él presidente Ronald Reagan el pasado 9 de marzo.

"Si los soviéticos no aceplan ahora la eliminación total de los euromisiles", advirtió Reagan, "espero que por lo menos acepten un acuerdo intermedio que reduzca los arsenales sustancialmente y a niveles equitativos". Una vez aceptado el principio de la reducción parcial, añadió, "es preferible que no haya misiles, pero si los hay, es mejor pocos que muchos".

Éste será precisamente el cometido de la quinta fase de las negociaciones que se reanudarán mañana: cuantificar y precisar los niveles de un eventual equilibrio. De todos modos, la solución intermedia avanzada por EE UU no satisface al Kremlim, "ya que tiende abiertamente", dijo Kivitsinski, "a hacer instalar los nuevos misiles norteamericanos en Europa".

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