Managua tiene pruebas de la participación hondureña en la invasión de su territorio

Todos los acontecimientos centroamericanos parecen desembocar en una guerra frontal entre Nicaragua y Honduras. El Gobierno sandinista, a través de su Ministerio de Defensa, tiene pruebas de la participación directa del Ejército hondureño en los combates que se libran desde el sábado en el departamento nicaragüense de Nueva Segovia.

En el sur, los grupos armados que dirige Edén Pastora tratan de crear un nuevo frente bélico, con asaltos a puestos fronterizos que, según la versión oficial de Managua, ya han costado la vida a dos soldados sandinistas. El único elemento de distención en el área lo constituye el anuncio hecho por el presidente de Costa Rica, Luis Alberto Monge, en el sentido de que su Gobierno está dispuesto a pedir la presencia de una fuerza internacional de paz que garantice la neutralidad de su país e impida el paso hacia Nicaragua de grupos rebeldes.Una petición en este sentido, que en cualquier caso debe ser aprobada por el Congreso, podría ser presentada ante la Organización de Estados Americanos (OEA) o directamente a los integrantes del grupo de Contadora: México, Colombia, Panamá y Venezuela. Los sandinistas han expresado ya su preferencia por esta última fórmula, ya que en el otro supuesto es probable la participación de soldados norteamericanos, lo que podría originar algún acto de provocación. El mandatario costarricense ha planteado esta iniciativa por la imposibilidad física de que su reducida Guardia Civil controle la frontera común entre los dos países. Esta debilidad está siendo aprovechada por los grupos del ex Comandante Cero.

Según la cancillería de Managua, los puestos fronterizos de La Esperanza y Fátima han sido atacados con fuego de mortero de 81 milimetros por grupos de unos 40 hombres. La Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), que tiene como líderes principales a Edén Pastora y Alfonso Robelo, aseguró en San José que sus combatientes luchan en 20 puntos del Sur y han causado 6 muertos al Ejército sandinista.

Los combates en el frente sur no han adquirido, a pesar de los partes de guerra triunfalistas de ARDE, la intensidad que tienen los que se libran desde el sábado en el frente norte. Los dos bandos combatientes emplean cañones y morteros de hasta 150 milímetros, lo que configura ya una guerra convencional, aunque los grupos antisandinistas empleen tácticas de guerrilla.

El Ministerio nicaragüense de Defensa afirma haber visto a soldados hondureños en el lugar denominado Las Pampas, un kilómetro dentro de su territorio. Los militares del vecino país estarían suministrando apoyo logístico y evacuando heridos de las fuerzas invasoras. Una vez más se asegura que desde Honduras se han efectuado disparos de artillería pesada para dificultar las maniobras del Ejército sandinista.

Hasta ahora los combates se han centrado en los departamentos de Nueva Segovia, Jinotega y Zelaya Norte. En este último caso parece que los atacantes pretenden ocupar una zona que les permita suministrarse desde Honduras. El Ejército sandinista tendría serias dificultades para hacerles frente, ya que carece de aviación de transporte y no hay carreteras hacia la costa atlántica.

Los analistas comienzan ya a evaluar los efectivos militares de ambos países. Nicaragua cuenta, sin duda, con una infantería más numerosa (se habla de 40.000 efectivos en el Ejército regular) y entrenada en una guerra todavía reciente, aunque su oficialidad esté peor preparada para una guerra convencional. Honduras cuenta con una superioridad aérea neta, pero la aviación hondureña podría encontrarse con cohetes tierra-aire, que los servicios de inteligencia norteamericana aseguran que ha suministrado la URSS a Nicaragua.