España propondrá la construcción de un gasoducto norteafricano como una alternativa al siberiano
El ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, tiene previsto presentar en la reunión ministerial de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que se celebrará este sábado en París, una propuesta española para la construcción de un gasoducto que uniendo Marruecos, Argelia y Nigeria con Europa, a través de la orilla occidental del estrecho de Gibraltar, pueda convertirse en una alternativa mediterránea más competitiva para determinados países europeos que el gas siberiano que comenzarán a consumir en 1986.La idea, que será expuesta al secretario norteamericano de la Energía el próximo viernes en la capital francesa, puede contar yacon el espaldarazo de la Administración Reagan. El apoyo de Washington sería importante debido a los esfuerzos que su diplomacia realiza para restablecer las relaciones amistosas entre los países del Mogreb. El gasoducto uniría España con Marruecos y tendría un ramal que terminaría en Argelia y otro que comenzaría en Nigeria. También serviría para aprovechar las potenciales reservas de gas natural que, al parecer, ha descubierto recientemente Marruecos.
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El propuesto gasoducto norteafricano exigirá el concurso político de España, Argelia, Marruecos y Francia
Viene de la primera página
El deseo de hacer llegar el gas norteafricano a España, a través de un gasoducto, se remonta, por lo menos, a hace diez años cuando argelinos, españoles y franceses iniciaron estudios de viabilidad, conocidos como proyecto Segamo, para unir directamente ambos países a través del Mediterráneo. Pero esta nueva propuesta que Solchaga presentará, previsiblemente, en París sólo conserva del proyecto original la necesidad latente de hacer llegar el gas africano a los centros de consumo de Europa, aunque dada su extensión y los países que se involucran en su previsible desarrollo, se trata de un proyecto mucho más ambicioso y equiparable, a medio y largo plazo, al gasoducto actualmente en construcción entre Siberia y Europa central.
En medios del sector energético se considera que, dado que el gasoducto pasaría necesariamente por Marruecos, su realización práctica sería, además, factible y mucho más sencilla técnicamente que el proyecto Segamo, que forzaba a la colocación de tubos a unas profundidades superiores a los 1.800 metros. El nuevo gasoducto, por el contrario, atravesaría el estrecho de Gibraltar por la margen izquierda, en una zona del Atlántico donde apenas existen corrientes y a unas profundidades nunca superiores a los 500 metros, en las que la construcción e ingeniería no presenta ningún problema tecnológico significativo.
Política exterior agresiva
La idea española, en una primera fase, es unir Argelia y el sur de España con el fin de aprovechar el gas argelino de una forma más barata y útil a la actual, que obliga al traslado del gas natural, en forma licuada y por barco, de Argelia a la planta de regasificación de Barcelona. Posteriormente, y una vez unido el campo de Gibraltar con Madrid y el gasoducto Barcelona-Vitoria, proceder a la comercialización del gas natural en Europa vía Francia. Algunos expertos estiman que el gasoducto podría colocar en Europa hasta 25.000 metros cúbicos de gas natural al año a finales de la década.
La construcción del gasoducto norteaficano exigirá, además de la buena voluntad española y de un gigantesco esfuerzo diplomático, el consetimiento y apoyo material de varios países, entre ellos los directamente involucrados (Marruecos, Argelia y Nigeria, en última instancia) y los potenciales consumidores del gas natural transportado, fundamentalmente Francia. La apreciable mejora experimentada en las relaciones políticas en el Magreb, a raíz de la entrevista mantenida en febrero entre el rey Hassan de Marruecos y el presidente argelino, Chadli Benyedid, ha animado al gobierno español a relanzar este proyecto, impensable en años anteriores debido a las difíciles relaciones entre Argel y Rabat.
La idea de incluir a Nigeria, como una tercera y nueva pata de este gasoducto, responde a las enormes reservas de gas que tiene este país y que no puede aprovechar, en estos momentos, debido a la ausencia de consumo en los países vecinos y a las dificultades de transporte que presenta el gas natural lejos de los pozos de extracción. El Gobierno de Lagos se visto obligado a suspender, como consecuencia de las dificultades financieras internas y de la escasa demanda europea por su gas tras consolidarse el gasoducto siberiano, la construcción de una planta de licuación que hubiera permitido, en menor escala, el aprovechamiento de dicho hidrocarburo en los centros de consumo de Europa Occidental.
Aliciente para Marruecos
El nuevo gasoducto presenta también un importante aliciente para Marruecos, aparte del económico derivado de los derechos de paso. El Gobierno de Rabat, cuyas reservas de petróleo están casi extinguidas, ha descubierto indicios de gas natural en grandes cantidades en una extensa zona próxima a la costa de Agadir. El aprovechamiento de este gas se encuentra ahora en una fase de concurso internacional, aunque, según fuentes solventes, parecen ser empresas norteamericanas las que finalmente se quedarán con las concesiones. Con la posibilidad de vender este gas en Europa, los esfuerzos marroquíes se multiplicarían.
Respecto a la posición de los potenciales clientes del hidrocarburo, la posición de París se considera decisiva. El gobierno francés hace tiempo que se desentendió del proyecto Segamo por considerarlo tecnológicamente inviable. Ahora, sin embargo, su postura frente a este nueva idea sería diferente, aunque se desconoce si el Gobierno español ha realizado algún contacto a este respecto. No obstante, París y Madrid han mantenido ya negociaciones sobre la futura unión de sus sistemas de transporte de gas natural y fruto de ellas es el protocolo que las compañías estatales de los dos países (Enagas y Gaz de France) firmaron en 1981 para materializar dicha vinculación a través de los Pirineos centrales. Este protocolo fue firmado con la mente puesta en la llegada a España del gas siberiano que los franceses comenzarán a utilizar en la segunda parte de esta década, pero de igual manera puede servir, opinan las fuentes consultadas, para hacer llegar gas africano a Francia.
La posición argelina respecto al proyecto será, en última instancia, la decisiva. El gobierno de Argel siempre ha apoyado todos los esfuerzos para unir fisicamente sus pozos de gas con sus clientes europeos y como muestra está la reciente terminación de las obras del gasoducto siciliano, que une los territorios argelino e italiano. Su postura favorable al proyecto Segamo nunca se ha puesto en duda y ha financiado, junto a la parte española, los estudios de viabilidad realizados hasta la fecha.
Fuentes solventes señalan que la propuesta española ha salido a relucir en las negociaciones que Madrid y Argel celebran cada quince días sobre la revisión del acuerdo de suministro de gas que vincula a España con Argelia desde 1974. Según fuentes solventes, la propuesta española formaba parte de las nuevas ideas que la delegación española llevó a la capital argelina en su última sesión negociadora, que se celebró hace una semana en dicha ciudad. Ahora está previsto que el ministro español de Industria, Carlos Solchaga, viaje a Argel a finales del mes de mayo para relanzar estas negociaciones.
De llevarse a cabo este proyecto, fuentes del sector energético estiman que relanzaría los consumos de gas natural en España, estables desde hace años debido a las dificultades que ha experimentado la comercialización de este hidrocarburo en nuestro país. No obstante, algunos expertos muestran un claro escepticismo hacía el proyecto, que exigiría grandes inversiones y unas fuentes diversas de financiación. A este respecto, medios oficiales han apuntado la posibilidad de recabar el apoyo y mediación saudí a la idea, no solamente financiero sino también político.
Por otro lado, y según informa nuestro corresponsal en Washington, Ramón Vilaró, fuentes solventes confirmaron a última hora de ayer en la capital norteamericana la existencia del proyecto mencionado, presentándolo incluso como una alternativa al gasoducto siberiano. Las mismas fuentes confirmaron la entrevista prevista de Carlos Solchaga y el secretario de Energía norteamericano en París este viernes, previsiblmente para tratar de este asunto.
Al mismo tiempo señalaron que la idea del nuevo gasoducto ha sido mencionado ya en algunos comités previos de la reunión ministerial de París, precisamente como una alternativa al gasoducto eurosoviético.
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