Las integrantes del grupo Las Vulpes, dispuestas a defender "nuestro derecho a expresarnos"
ARANTZA ELU, "Si nos llevan a la cárcel iremos allí, aunque confiamos en que todo se arreglará porque tenemos el apoyo de mucha gente y creemos que harán todo lo posible para que eso. no pase", declara Loles Vázquez, fundadora de Las Vulpes, junto a su hermana y miembro del grupo, Lupe, del texto de la canción que ha sido objeto de una querella criminal promovida por la Fiscalía General del Estado. Un apoyo, seguramente el más incondicional, lo tienen las autoras de Me gusta ser una zorra en su padre: un veterano sindicalista que, coincidiendo con otras personas ligadas al campo cultural vasco, piensa que las protestas suscitadas por la canción "carecen de sentido y son, en realidad, una hipocresía".
Fuera del círculo de su familia y amigos, a Las Vulpes les ha llegado ya las primeras muestras de solidaridad, a través de distintos grupos musicales. Entre estos, Escorbuto, MCD, RIP, Basura y No, les han expresado su apoyo desde Bilbao y entre los grupos foráneos, que les han brindado su ayuda, se encuentran la U.V.I de Madrid y Ultimo Resorte, de Barcelona.
"Sabemos que muchos más grupos y otra gente están dispuestos a apoyarnos y que, si hiciera falta, estarían dispuestos a organizar un festival o montar alguna cosa entre todos", afirma Loles, la fundadora y guitarra del grupo, quien asegura que no están dispuestas a pagar ni un céntimo de multa. "Antes iríamos a la cárcel", afirma, y aunque esta posibilidad la ven remota, ya que confian en una rápida solución de su caso, la idea de encontrarse entre rejas no las aterra.
"Desde el momento que hacemos un tipo de música que responde a nuestra manera de pensar y de vivir nos comprometemos a todo", afirma Loles. "Y lo que está muy claro para nosotras es que no pasamos de nada", remacha Mamen, la voz de Las Vulpes. Todas se declaran dispuestas a defender "nuestro derecho a expresarnos por todos los medios". Uno de los primeros pasos que han iniciado ya en este sentido será el de poner su caso en manos de los abogados, según confirma el padre de Loles y Lupe, Bernardo Vázquez.
Perplejidad
La perplejidad que parece ser la dirección generalizada ante la dimensión que está tomando la comparecencia de Las Vulpes en la pequeña pantalla, acompaña también a las protagonistas del caso: Loles y Lupe Vázquez, de 18 y 21 años respectivamente, Mamen Rodrigo, de 18 años y Begoña Astigarraga, de 21, que se ocupa del bajo.
Porque la primera sorpresa la tuvieron ellas al reproducirse en la pantalla el vídeo que habían grabado para el programa de Carlos Tena. "Nos parecía increíble y muy guapo que la televisión respetara íntegramente la versión que presentamos de la canción de Iggy Pop, declaran al alimón, Mamen, la voz de Las Vulpes, y Loles, la fundadora, y estricta guardadora de los principios filosóficos del grupo. Ya que esta chica, Loles Vázquez, que, no tiene inconveniente en reconocer que se entusiasmó con la guitarra eléctrica que le regalaron sus padres, y actuaba con ella en misa, "cuando era pequeñita e iba al catecismo", se declara dispuesta a defender el espíritu del grupo que formó en 1983 y al que bautizó, diccionario en mano, en latín, "con un nombre que únicamente sirve para designar a las hembras de la especie, a las zorras, porque en castellano resultaba muy fuerte y los nombres en inglés estaban ya muy pasados".
"Las Vulpes, no modificarán su estilo, ante ninguna oferta de ningún tipo", afirma contundente Loles Vázquez, la inspiradora del grupo. Su voz, Mamen Rodrigo, la única componente del grupo que vive fuera de Bilbao, en Baracaldo, "donde la vida es muy dura", añade: "Yo necesito dinero, pero no haré nada en contra de lo que pienso para conseguirlo".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.