Cabañeros, un latifundio para ensayar la guerra
La reciente polémica desatada en torno a la finca Cabañeros, situada en la comarca de Los Montes, al noroeste de la provincia de Ciudad Real, por su posible utilización como polígono de tiro por el Ejército del Aire, ha provocado en los manchegos y montesinos más inquietud de la acostumbrada en torno a, un tema que no dudan en calificar de atropello hacia ellos mismos y hacia la madre naturaleza. Con 24.144 hectáreas, la finca, propiedad de una acomodada familia (los Aznar), que a su vez la adquirieron a los herederos del conde de Romanones, es el segundo latifundio de Europa en extensión y una de las reservas ecológicas mejor conservadas del continente.
Considerada como una de las escasas reliquias del bosque típicamente mediterráneo que durante siglos cubrió Iberia, la finca Cabañeros alberga numerosas especies vegetales y animales en vías de extinción, amén de los miles de reses de caza, como ciervos, jabalíes y corzos. Especies todas que tiempo atrás atrajeran, en lujosísimas cacerías, la atención cinegética de personas como Fraga, Ullastres, López Bravo, el marqués de Villaverde y esposa, hasta el mismo general Franco.Desde que surgieron los primeros rumores, hace unos dos años, sobre la compra de Cabañeros por el Ministerio de Defensa, numero sos grupos ecologistas y naturalistas han salido al paso del supuesto atropello que podría llevarse a cabo. Entre ellos la Federación Coordinadora para la Defensa de las Aves, el Consejo Internacional para la Preservación de las Aves (que preside el duque de Edimburgo) y la Asociación de Protección de los Montes de Toledo. Hace tan sólo unas semanas, cuando se filtró en algunos medios de comunicación la noticia de que la adquisición de 17.400 hectáreas de finca era ya inminente, surgieron miles de voces de protesta, sobre todo en los deprimidos Montes, en Al coba, Horcajo, Retuerta, Arroba, El Torno, Santa Quiteria, El Robledo, Pueblo Nuevo, Navalpino, Fontanarejo, Navas de Estena, núcleos que entre todos bordean la gran finca. Voces que han eclipsado a cualquier posible disidente en la zona, y que se han organiza do en los diversos Comités de De fensa de Cabañeros, que han brotado como hongos por toda la geografía de Ciudad Real. Uno de los más numerosos de éstos aglutina indirectamente a los 15.000 habitantes de la comarca. Es la denominada Coordinadora de Los Montes, que en los últimos días ha iniciado movilizaciones contra el que será el mayor campo de tiro de Europa. Pueblos que no conocían en sus muros una pintada reivindicativa a la vista de todos, y que se han visto inundados de la noche al día por el gráfico elemento.
Los comités de defensa
La acción más directa llevada a cabo hasta el momento, juntamente con los demás comités de defensa, fue la manifestación realizada el pasado 15 de marzo por las calles de Ciudad Real. Encierros, nuevas manifestaciones, concentraciones, sentadas y otras acciones son discutidas en estos días por toda la contestación de la zona, a la busca de logros que satisfagan sus deseos.
Mientras tanto, en la localidad ganadera y campesina de Alcoba de Los Montes, en cuyo término municipal se asienta la mayor parte de las hectáreas de la finca, sus poco más de 900 habitantes se oponen radicalmente al polígono foráneo; no quieren que el Ministerio de Agricultura, por medio del leona, mejore las condiciones productivas de Cabañeros (bastante abandonadas, por otra parte, por sus propietarios) a cambio de que la Defensa española y posiblemente los aviones de la OTAN bombardeen la zona. Prefieren permanecer en la calma montesina. "No queremos bombas. Para una vez que se acuerdan de nosotros, maldita la gracia que nos hace", así se expresaba Estrella Arcos, una joven profesora de EGB, desempleada, y uno de los miembros más activo! de la coordinadora.
Al mismo tiempo, en Alcoba están utilizando este rechazo para señalar su tercermundismo galopante, sus enormes deficiencias en los servicios de infraestructura más elementales. Su alcalde, Enrique Marfil, ucedista y candidato por la coalición AP-PDP-UL de nuevo al ayuntamiento, refería el listín reivindicativo planteado en sucesivas visitas al Gobierno Civil y a la Diputación Provincial, con escasísimo éxito. Esto es: abandono de la situación constante de alertas roja y azul con motivo de la
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escaseaz de agua; reparación y construcción de nuevas carreteras que comuniquen al pueblo con otras localidades cercanas; pavimentación de buena parte de las calles; acercamiento de los mínimos servicios sanitarios, situados a unos 65 kilómetros en la actualidad; alumbrado público, un hogar del jubilado, una biblioteca municipal, un parque, etc.
Comentario común en el pueblo es lo productiva que podría ser la finca Los más se inclinan por que sea declarada parque natural y finca manifiestamente mejorable. "Tanta! hectáreas podrían dividirlas en partes", apunta el candidato segundo por AP-PDP-UL al ayuntamiento, Francisco Diezma, "y venderlas a particulares, o bien la finca entera a la Diputación Provincial y al Ministerio de Agricultura, y que creen en ella un pueblo de colonización, como ocurre con Santa Quiteria, que pueda dar trabajo a 400 o 500 familias, que labor tiene la finca para eso y más".
Los 46 trabajadores de Cabañeros, algo asustados con tanto bombardeo informativo sobre el terreno mismo de sus sudores, apenas gustan de hacer declaraciones sobre sus más íntimas convicciones y sus dudas. Tanto o más que la instalación del polígono, les preocupa su puesto de trabajo.
Los montesinos, con rabia no demasiado contenida, se sienten utilizados, engañados, por los Gobiernos de Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González, así como por los responsables máximos del Ejército del Aire. No perdonan que en los últimos años se haya fraguado todo esto sin darles la más mínima explicación, sin aportarles un ápice de información. "Cuando te bombardeen, diariamente, 30 o 40 aviones, como han dicho, te espanten y te arruinen la ganadería de la zona... entonces no tendremos más remedio que irnos de aquí", dice el alcalde, Francisco Marfil.
Quien anda no menos preocupado, estos días, es el primer candidato del Partido Socialista Obrero Español para la alcaldía de Alcoba, José Salgado, tan opuesto como el que más a la venida de los reactores y, sin embargo, por ser precisamente socialista, como el Gobierno de la nación, "la gente parece que me da un poco de lado últimamente, y eso va a perjudicar los resultados finales de la candidatura el 8 de mayo".
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