Los 'diez' intentan de nuevo llegar a un acuerdo sobre precios agrícolas

El cerdo es un producto transformado para la CEE, donde se le considera como un derivado de los cereales en un 70%. Así, con el sistema de compensaciones vigente para mantener la unidad del mercado agrícola ante economías y monedas nacionales de variada fortaleza, el cerdo alemán -por tomar un ejemplo- compite ventajosamente con el cerdo francés en el propio territorio galo.Son estas compensaciones la base de la gran disputa agrícola que ayer intentaron de nuevo superar los diez ministros de Agricultura de la Comunidad, al reanudar sus discusiones en Luxemburgo -suspendidas la semana pasada- para la fijación de los precios para la campaña de 1983-1984, que tendría que haber comenzado el 1 de abril.
Los precios en sí no son el eje del problema que enfrenta a Norte y a Sur en la CEE, es decir, fundamentalmente a Francia e Italia, por una parte, y a la RFA, por otra. La Comisión Europea ha propuesto una subida de precios de un 4,2% en promedio, la más baja de los últimos cinco años. Cualquier subida -y cuanto mayor mejor- beneficiaría a las exportaciones españolas de productos agrícolas.
La Comisión está intentando un compromiso en el verdadero problema de los llamados montantes compensatorios monetarios (MCM) positivos, que suponen un subsidio a las exportaciones y una tasa a las importaciones de productos agrícolas en los los países de moneda más fuerte de la CEE.
Entre Francia y la RFA, la acumulacion de los MCM supone una diferencia de 21,1% entre lo que un agricultor es pagado por un mismo producto en uno y otro país. Francia quiere reducir la diferencia, para aumentar la competitividad de su agricultura en la CEE, sin por ello provocar una inflación. La RFA desea a toda costa mantener los ingresos de sus granjeros.
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