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Un grupo de filósofos españoles analiza la influencia de Ortega y Gasset en el pensamiento de su tiempo

Balance de las jornadas dedicadas al filósofo en la universidad Complutense

"La historia de la influencia de Ortega en el pensamiento español ha sido la historia de una frustración", ha dicho Jacobo Muñoz, profesor agregado de Historia de la Filosofía. Muñoz resumía así las exposiciones de sus antecesores, los profesores Julio Bayón, Carlos Gurméndez y Manuel Garrido, en la mesa redonda celebrada en el curso de unas jornadas de homenaje al pensador español. Las jornadas se celebraron en la facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la universidad Complutense, con motivo del próximo centenario del nacimiento de Ortega y Gasset, con el propósito de "rescatar las corrientes filosóficas actuales que puedan conectar con el pensamiento orteguiano".

Julio Bayón, profesor de Teoría del Conocimiento en el departamento de Metafísica, caracterizó el pensamiento de Ortega como "permanentemente evolutivo, no siempre coherente, ocasional, que pretende ser radical pero no siempre está elaborado".Carlos Gurméndez estableció un paralelismo entre Ortega y Unamuno, señalando que ni uno ni otro llegaron a sistematizar su pensamiento. "Ortega creó el ensayo, un género literario con contenido filosófico que ha sido el modelo de todo un pensamiento español", dijo, y coincidió con Bayón en que es en el plano de la filosofía dialéctica y de la razón histórica donde puede conectarse hoy con Ortega.

Manuel Garrido, del departamento de Lógica de la Complutense, se refirió a la desfavorable circunstancia de Ortega para el diálogo con sus contemporáneos, pues no pudo tener resonancia en los años cuarenta por su anticlericalismo, y tampoco en los cincuenta, por el dominio de los existencialistas, ni en los sesenta, por la imposición de las filosofías analítica y marxista.

Consideró, sin embargo, que en una década posterior, Ortega, de haber vivido, hubiera conectado con la joven generación, y destacó su traspaso a nuestro medio lingüístico de la filosofía europea y universal, cumpliendo un papel de defensa contra la colonización, gracias a lo cual en Suramérica su influencia ha sido grande.

Formador e informador

Jacobo Muñoz consideró a Ortega, ante todo, como "un formador e informador" de la burguesía ilustrada en España. Dijo que sus discípulos más fieles no han logrado hacer hoy de su pensamiento una filosofía productiva, y concluyó con la dificultad de que Ortega ocupe ya un lugar central en el pensamiento español, "aunque sí puede y debe hacerse una lectura desde fuera de lo que es su legado".Carlos Gurméndez disertó sobre Ortega y la antropología. Desarrolló la teoría de la realidad humana elaborada por Ortega a lo largo de ensayos como Vitalidad, alma, espíritu o Estudios sobre el amor, y lo contrastó críticamente con aspectos de la antropología de Marx, Husserl, Sartre y García Bacca.

En la misma sesión, Jacobo Muñoz habló sobre Ortega y Marx ante sus centenarios. Consideró especialmente la filosofía de la cultura y de la educación de Ortega, deteniéndose en la propuesta realizada por el filósofo español a favor de la enseñanza universitaria de una cultura que suministrase una concepción del mundo unitaria al intelectual medio, y terminó sugiriendo que, dada la actual explosión de manifestaciones y formas científicas, tecnológicas y culturales, tal vez valiese la pena contemplar una alternativa de proliferación y pluralismo.

'En torno a Galileo'

La profesora Carmen Mataix dijo que la pretensión de Ortega en su libro En torno a Galileo es analizar la crisis que se produce entre 1400 y 1650, desde el punto de vista de la ciencia y también del hombre individual, para ver qué tienen de común la crisis de entonces y la actual. La explicación de la crisis del Quattrocento, según Ortega, se debe a la vida dual de un hombre que, por un lado, se enfrentaba a un mundo de ideas ya caduco, el medieval, y, por otro, no tenía todavía un nuevo mundo con que sustituir a aquél, pero se encontraba en la necesidad ineludible de hacerlo. El resultado de esta dualidad entre el pasado y el futuro, lo que ya no sirve y lo que aún no se ha consolidado, trae como resultado el miedo, la angustia y la inseguridad. En una palabra, la crisis.José Luis Pinillos, de la Universidad Complutense, centró su conferencia en las Investigaciones psicológicas, en las que Ortega desarrolla una crítica de la psicología decimonónica desde supuestos fenomenológicos, que son, no obstante, asumidos críticamente por el autor y desarrollados más tarde al hilo del concepto del yo ejecutivo en su teoría de la vida como realidad radical.

Juan José Acero, de la Universidad de Granada, habló sobre La doctrina del conocimiento simbólico en Ortega. Acero sostiene que Ortega se hizo de la ciencia física una idea desigualmente afortunada. Por ¡in lado, la concibe en un sentido instrumentalista, pero, por otro, la incluye en una teoría del conocimiento según la cual el conocimiento científico es una forma inferior de conocimiento. En esta ponencia se arguye que los argumentos que dio Ortega a favor de esta doctrina, junto a algunos diagnósticos penetrantes, conducen a una teoría del conocimiento que no es totalmente operativa.

El profesor Aurelio Pérez Fustegueras, de la Universidad de Granada, habló sobre Dos conceptos de realidad: Ortega y Quine, en la que estableció una confrontación entre la concepción orteguiana de la filosofía como conocimiento fundamentante, y la propuesta de Quine de una filosofía naturalizada, que no estaría al margen de la ciencia. A partir de aquí analizó los usos que ambos autores hacen del término realidad, tanto respecto a los objetivos ordinarios como a los objetos de las teorías científicas.

A lo largo de su conferencia sobre El nivel del radicalismo orteguiano, el profesor Pedro Cerezo Galán, de la Universidad de Granada, mostró que el pensamiento de Ortega alcanza su nivel de radicalidad como tesis ontológica a la altura de 1929, en ¿Qué es filosofía?, bajo la triple influencia de N. Hartmann, E. Husserl y M. Heidegger. Cerezo Galán sostuvo a continuación que hay un viraje de Husserl a Heidegger entre 1929 y 1933, como documentan las Lecciones de metafísica. La influencia he¡deggeriana en esta nueva obra se manifiesta en la triple temática de la vida humana como realidad radical, de la significación vital de la metafísica y del replanteamiento de la cuestión ontológica. Según el profesor Cerezo, Ortega había hecho una lectura antropológica del Ser y tiempo, de Heidegger, y se situó en el ámbito del hurrianisinoo el antropologismo de Heidegger.

Cerezo mostró, finalmente, las diferencias fundairnentales entre Ortega y Heidegger en cuanto a talante, estilo filosófico y planteamientos ontológicos, y resaltó el contraste entre la modernidad de Ortega y la ruptura con la modernidad que representa He¡degger.

Javier Echeverría, de la Universidad del País Vasco, disertó sobre el tema Ortega como estudioso de Aristóteles y Leibniz, centrándose en la obra póstuma de Ortega, La idea de principio en Leibniz. Ortega opina que Leibniz jugó un papel clave en la elaboración de los fundamentos de la ciencia moderna frente al esquema de la ciencia aristotélico-euclidiana. El estudio sistemático de los principios de la ciencia y la tentativa de demostrar todos los axiomas suponen por parte de Leibniz inaugurar una nueva concepción de los principios científicos basada en la capacidad derivativa o deductiva de un sistema y no en la evidencia de su contenido, como sucedía en la filosofía clásica de la ciencia.

Teoría y práctica

Para Jesús Mosterín (Universidad de Barcelona), que disertó sobre el tema Ortega y la sabiduría, la filosofía se ha entendido históricamente de dos maneras distintas, una teórica, relacionada con la ciencia, como búsqueda de la verdad, y otra práctica, como amor a la sabiduría, como búsqueda de la felicidad. Ortega es especialmente importante en este segundo sentido. Pone la felicidad en la realización de la vocación íntima de cada uno, que es en lo que consiste la vida auténtica, y la infelicidad en la deserción de tal vocación.Emilio Lledó, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, glosó los temas tratados por Ortega en Misión de la Universidad, enmarcándolos en el contexto, que aún resuena en Ortega, de la reforma de la universidad alemana de 1810 y sus teóricos Schelling, Fichte, Schleiermacher y G. de Humboldt y los estudios posteriores de Becker y Scheller. Dentro de este esquema, Lledó hizo referencia a la situación concreta de la universidad española y a la necesidad de reforma legal y espiritual de la misma.

Manuel Garrido, de la Universidad Complutense, presentó el primer resultado en output de ordenador de la concordancia electrónica de La rebelión de las masas, efectuada por el departamento de Lógica de dicha universidad, y el centro de investigación de IBM en la UAM.

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