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Agria polémica Gobierno-Generalitat por unos incidentes de carácter protocolario

Los incidentes protocolarios que se produjeron el pasado día 15 en Madrid en la exposición de Dalí, en los que se vieron implicados el jefe del Gobierno y el presidente de la Generalitat, han provocado una agria polémica entre ambas instituciones, que está alcanzando proporciones insospechadas. El secretario del presidente del Gobierno, Julio Feo, a quien la institución catalana acusa de "insultos" a símbolos representativos de Cataluña, declaró ayer a este periódico que la polémica ,les tan absurda que sólo se explica porque estamos en campaña electoral".

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Feo puntualizó cada una de las acusaciones que se le imputan, tanto en la nota oficial remitida a los medios informativos por la Generalitat como las declaraciones de Agustí Pons, jefe de gabinete del conseller de Cultura, Max Caliner, quien, entre otras cosas, afirma que Feo "mandó a tomar por el culo" al conseller catalán.La historia tiene su origen en unos problemas de protocolo surgidos el pasado día 15, en el acto de inauguración de la exposición antológica de Salvador Dalí en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, donde estuvieron presentes, además de los Reyes y el príncipe, el presidente del Gobierno, Felipe González, el ministro de Cultura, Javier Solana, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el conseller de Cultura del Gobierno autónomo catalán, Max Canher, entre otras personalidades de la Administración central y de la institución catalana.

Según la versión facilitada por Agustí Pons, ratificada posteriormente por la secretaría de la Generalitat, se había pactado semanas antes de la inauguración el puesto protocolario que ocuparía el presidente catalán con el Ministerio de Cultura, mediante el cual Pujol mantendría idéntico protagonismo que el ministro Javier Solana. En este punto aparecen las primeras contradicciones: fuentes del Ministerio de Cultura afirman que se había concertado con Pujol el número 13 en el orden de importancia protocolaria, Julio Feo asegura que le correspondía el puesto decimoquinto -ya que estaban presentes numerosas personalidades "que siempre van por delante de un presidente de comunidad autónoma"-, y en la Generalitat insisten en la preferencia por el número dos.

Este simple detalle terminó con la amenaza de Pujol de abandonar la exposición y regresar a Cataluña -cosa que no hizo gracias a la promesa del propio presidente González de gozar de trato preferente-, pero ha creado una agria polémica entre Cataluña y el Gobierno central en plena campaña para las elecciones municipales y autonómicas del 8 de mayo.

Feo: "No injurié a nadie"

En la nota hecha pública por el Gobierno catalán se atribuye a Julio Feo haber realizado una serie de comentarios calificados oficialmente como "insultos a la bandera y a las instituciones catalanas", y denigrado la figura del presidente de la Generalitat y del conseller de Cultura.

Julio Feo, por su parte, niega rotundamente tales acusaciones: "Yo no he injuriado nada y a nadie", dijo ayer a EL PAÍS, "y no acepto la referencia de la nota de la Generalitat de que el conflicto se haya desatado entre el Gobierno central y las instituciones catalanas, porque esta absurda polémica la han destado ellos, en plena campaña electoral".

Agustí Pons, que asegura haber sido testigo presencial de los incidentes ocurridos en la exposición de Dalí, acusa a Feo de haber rebajado la senyera catalana a banderín, de haber comentado que "Pujol aquí no pinta nada" y que "ahora llega el del banderín" y de haberle enviado a él mismo "a tomar por el culo", entre otras cosas, en cuanto fueron presentados. A todo ello responde Feo: "Yo no me refería a la bandera catalana cuando hablaba del banderín. Estaba hablando", asegura, "de un banderín propiamente dicho, es decir, al distintivo del coche oficial. Es cierto que mostré mi desacuerdo porque no pueden exhibirse banderines fuera de la comunidad autónoma, pero si esos señores no entienden el castellano no es culpa mia".

Respecto a sus comentarios sobre la persona del presidente de la Generalitat, Feo responde que es falso : "No pude decir aquí llega el del banderín porque no estaba allí cuando llegó Pujol, y tampoco me pronuncié sobre si pintaba o no pintaba algo". Finalmente, a la frase escatológica dedicada al consellerr Caliner, el secretario general del Presidente del Gobierno alega: "No conozco al señor Calmer porque no nos presentó nadie. No tengo ni idea de como es físicamente y mal puedo mandar a tomar por el culo a quien no he visto nunca". "En lo único que estoy de acuerdo con la nota de la Generalidad", concluye, "es en que esta historia debe quedar cerrada cuanto antes".

"Todo esto me resulta surrealista", prosiguió Julio Feo, "porque Padrós, ayudante del jefe de protocolo de los catalanes, estuvo durante todo el acto dándome las gracias. Incluso ese comentario que me atribuyen de que 'nos habéis metido un gol', refiriéndome a que finalmente Pujol vino con el banderín y se colocó en primera fila, se lo dije a Padrós en plan de broma y él también se rió. De verdad que no concibo toda esta historia fuera de la campaña".

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