"El problema del libro no se cura en dos años", dice Jaime Salinas, director general del Libro
El desarrollo del hábito de la lectura es la principal preocupación de los nuevos responsables del sector del libro del Ministerio de Cultura, según explica el director general de este departamento, Jaime Salinas. "El libro ha sido siempre un problema en España. Aquí no existe familiarización, una relación sana del ciudadano con el libro, y esto no se cura en dos años con una política de grandes gestos o signos mágicos. Sabemos que los frutos de la política que apliquemos se verán a medio o a largo plazo".
Jaime Salinas arranca del supuesto de que los problemas del libro van unidos a los de la lengua y éstos a los de las señas de identidad de un pueblo. "La lectura es el mejor medio de que disponemos para conservar y enriquecer esa lengua y esto debe hacerse desde niño". El director general del Libro dice que ha planteado la política de su departamento en conexión con el Ministerio de Educación, de tal manera que se ha formado una comisión de los ministerios de Cultura y Educación para la creación de bibliotecas en centros de EGB y de enseñanzas superiores. "Es preciso dotar a estos centros de libros no sólo pedagógicos, sino también creativos, a los que tengan acceso los alumnos y otros ciudadanos, incluso en las horas fuera de clase".El director general del Libro acaba de hacer una primera evaluación de un borrador de ley de Bibliotecas "que contemplará una serie de medidas de protección de los fondos existentes, escritos en todas las lenguas del Estado, y otras medidas encaminadas a proporcionar a todos los ciudadanos el acceso a la lectura". "Previamente deberemos conseguir una dotación más acorde con las necesidades actuales de las bibliotecas del Estado que actualmente cuentan con la, 'a todas luces insuficiente', cifra de 185 bibliotecarios. Este problema se agrava además con las transferencias a las comunidades autónomas".
Nueva función del INLE
Jaime Salinas dice que la política del libro que se plantea la Administración está completamente alejada de lo que podría suponer intervencionismo o dirigismo. "El INLE (Instituto Nacional del Libro Español) que antes era un instrumento de intervención de la Administración, se está conviertiendo en un organismo de coordinación de la Administración y los sectores relacionados con el libro: editores, libreros, traductores, autores, distribuidores... Dentro de este mecanismo de coordinación tendría cabida un Consejo General del Libro o su equivalente".Al director general del Libro le preocupan los problemas de creación literaria, ámbito que será considerado especialmente desde la futura ley de Propiedad Intelectual, "un conjunto de medidas muy complicadas que exige la participación de muchos sectores implicados", y desde las medidas encaminadas a ayudar la creación literaria. "Hasta ahora estas últimas medidas estaban condicionadas por una contraprestación. A partir de ahora en algunos casos mantendremos este requisito pero inauguraremos otra forma de ayudas incondicionales a la creación ya que a un autor no se le puede obligar a producir. También contemplaremos la posibilidad de ayudar a los escritores que se encuentran en situaciones económicas dramáticas".
Los premios nacionales de Literatura se mantienen también pero cambian de mecánica. A partir de ahora una comisión nacional elegirá una serie de títulos que se darán a conocer públicamente con una serie de valoraciones críticas sobre las obras elegidas. Posteriormente un jurado tomará la decisión final en tomo a estas obras.
Jaime Salinas es consciente de las ayudas que se pueden prestar al sector editorial, sobre todo ante la crisis próvocada por la devaluación en el mercado latinoamericano. "Pero me preocupan también las dificultades que tienen las pequeñas y medianas editoriales. La producción del libro tiene un aspecto artesanal que sería muy grave que desapareciera". El director general del Libro está estudiando también con otras autoridades del Ministerio de Cultura el destino que se le va a dar a la Editora Nacional que probablemente colaborará en la edición con editoras del sector privado.
Otra de las funciones que ha asumido la dirección general del Libro, según explica su titular, es la de la promoción en el extranjero del libro español. Con este fin la próxima semana Jaime Salinas viajará a Estados Unidos para intentar establecer en Nueva York un centro de exposición permanente de la producción bibliográfica española. "No podemos olvidar que en Estados Unidos hay muchos hispanohablantes desarraigados".
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