Sólo nueve diputados votaron contra la ratificación del convenio

Sólo nueve diputados, entre ellos los cuatro comunistas y Juan María Bandrés, se opusieron ayer a la propuesta de ratificación del convenio de amistad con Estados Unidos, mientras que los de¡ PNV y los diputados socialistas Pablo Castellano e Hilario López Luna y el de la Minoría Catalana Joaquín Molins -este último tal vez por error- se abstuvieron. El resto de los grupos de la Cámara votaron afirmativamente. El mayor peso del debate corrió a cargo, por parte del PSOE, del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán. Santiago Carrillo valoró el acuerdo bilateral con Estados Unidos como "un paso más hacia la integración militar en la OTAN", en la que, según dijo, "España entra por la puerta falsa".

Presentó el convenio a la Cámara el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, quien hizo la defensa tanto del texto firmado el 2 de julio de 1982, es decir con el Gobierno centrista, como del protocolo de dicho convenio, firmado en Madrid el 24 de febrero de 1983. En opinión de Morán el convenio no conlleva la integración española en la OTAN ni prejuzga el procedimiento que los españoles decidirán sobre la participación de nuestro país en la defensa occidental, a excepción de la considerable participación que se deriva del propio convenio.En todo caso, Morán reconoció que no se trata de un texto perfecto, pero sí útil en el momento actual y rentable en el futuro. Aseguró que del viejo contrato de arrendamiento a los Estados Unidos, se pasa ahora a un convenio en el que queda salvaguardada la voluntad y la dignidad española. Señaló que el Gobierno socialista había condenado el efecto que tendría el cese de nuestra relación bilateral con Estados Unidos no sólo sobre los intereses españoles, sino sobre el equilibrio mundial y reiteró que en algún momento "que el Gobierno fijará" será necesario establecer la manera de corregir ciertos aspectos de este convenio.

Morán resaltó también que el convenio recoge que la cooperación con Estados Unidos se basa en el respeto hacia el sistema democrático; que se reafirma la política desnuclearización del territorio español, a lo que se añade la prohibición de sobrevuelo con armas o material nuclear sin autorización del Gobierno, y un sistema de ayuda a la modernización de las fuerzas armadas españolas, mediante créditos en las compras de material de defensa hasta un total superior a los 400 millones de dólares al año.

Carrillo: "De hoz y coz en la OTAN"

Santiago Carrillo comenzó su defensa de la enmienda a la totalidad del convenio expresando la contrariedad que producía a los cuatro diputados comunistas oponerse a una decisión "de un Gobierno cuya investidura hemos votado hace pocos meses". Consideró el texto sometido a debate como contradictorio con las posiciones mantenidas hasta ahora por el PSOE y "un paso más hacia la integración milltar en la OTAN, a cuyo estatuto de las Fuerzas Armadas se refiere el convenio".Carrillo expresó sus dudas sobre la constitucionalidad del convenio. Estimó que el convenio relativo al estatuto de las Fuerzas Armadas de la OTAN pasará a ser directamente aplicable por los tribunales, Administración y administrados españoles, pese a que España no es parte del mismo, lo que contradice los artículos 94.1 y 96.1 de la Constitución. Así mismo, señaló que se infringe el artículo 24.2 de la Constitución, que establece que todos tienen derecho a juez ordinario predeterminado por la ley, al dejarse a la simple decisión de las autoridades españolas la renuncia a esta jurisdicción a petición de las autoridades de los Estados Unidos en los supuestos delitos cometidos por miembros de sus Fuerzas Armadas en territorio español.

La respuesta del diputado socialista Miguel Angel Martínez, que apenas contradijo los argumentos de fondo del enmendante, suscitó algunos instantes risas en el hemiciclo, incluido el propio banco azul, como cuando aseguró que el papel internacional de España aumenta por nuestra amistad con Estados Unidos o cuando humorizó afirmando que el convenio "no nos mete ni de hoz ni de coz ni de martillo en la OTAN".

Por el PNV Andoni Monforte anunció la abstención de su grupo por el retroceso que significa al introducir la discrecionalidad del Gobierno en materia nuclear y aprobar un convenio con todos los riesgos de la multilateralidad y ninguna de sus ventajas. En cambio, Joaquín Molins, por la Minoría Catalana, estimó correcto el convenio y consideró innecesario el protocolo firmado por el Gobierno socialista.

El centrista y ex ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, se mostró favorable al convenio, pero estimó que debería clarificarse más nuestra integración en el sistema defensivo de occidente a través de la OTAN. En la misma línea, Guillermo Kirkpatrick, por el Grupo Popular, tras señalar que su grupo mantiene en los temas de Estado una posición no de rechazo sistemático de las propuestas del Gobierno, señaló a Felipe González que cuando visite en junio próximo los Estados Unidos manifiesta a Reagan que el convenio es necesario pero no suficiente, desde la óptica de su grupo.

Otros votos negativos, algunos tal vez por error, fueron los de los diputados centristas Luís Mardones y Jesús Sandho Rof y los de los socialistas Juan de Dios Ramírez Heredia y Francisco Fernández Marugán.