Especialistas analizan la historia y el pensamiento krausista en la obra de Ortega
José Luis Abellán y Elías Díaz intervienen en los ciclos del centenario
Dos conferencias sobre José Ortega y Gasset se dieron la semana pasada en Madrid como parte de los actos para celebrar su centenario. En el seminario permanente que celebra la facultad de Filosofía de la universidad Complutense en homenaje a. Ortega, el profesor José Luis Abellán habló del concepto orteguiano de la historia. En la Fundación Ortega y Gasset, el historiador Elías Díaz habló sobre la importancia del pensamiento krausista e institucionalista en Ortega y la influencia de la Institución Libre de Enseñanza.
José Luis Abellán empezó su exposición sobre el concepto de historia en Ortega y Gasset y su teoría de las generaciones señalando la importancia de dos grandes ámbitos en sus preocupaciones teóricas, el ámbito de la antropología filosófica con conceptos claves, como circunstancia, perspectiva, razón, vida, vocación y autenticidad y el ámbito de la filosofía de la historia con conceptos claves a su vez como generación, historia, razón, sistema y devenir. Señaló el profesor Abellán el carácter fundamental del concepto de historia como engarce entre los dos ámbitos de preocupación filosófica señalados, para pasar a continuación a desarrollar la teoría de las generaciones, nervio de la filosofía orteguiana- de la historia. Se detuvo especialmente en los conceptos de sensibilidad vital, altura de los tiempos e ideas y creencias, para señalar la dinámica de las generaciones y su correspondiente estructura.La estructura de las generaciones cubre un período quincenal que Ortega y Gasset estableció entre los 30 y los 60 de edad de cada individuo con una fecha de transición en los 45 años. La generación entre los 30 y los 45 es la que el profesor Abellán llamó generación emergente y la que se sitúa entre los 45 y los 60 la llamó generación establecida. A continuación señaló la necesidad de, adecuar esta teoría de Is generaciones a dos hechos característicos de nuestra época que no se daban en el momento de la formulación por Ortega y Gasset de la teoría de las generaciones. Estos dos hechos son: la longevidad de la vida humana, que obliga a prolongar la vigencia generacional hasta los 75 años, por un lado, y la irrupción de los jóvenes en la vida activa por otro lado. Ésto quiere decir que readaptando la teoría de las generaciones a estos dos hechos se dan simultáneamente cuatro generaciones en la vida social de un momento determinado, comprendidas entre los 15 y los 75 años, con fechas de separación entre los 30, los 45 y los 60.
La nueva formulación de la teoría de las generaciones por el profesor Abellán resultó muy útil para esclarecer la complejidad de algunos fenómenos sociopolíticos y culturales de la actualidad, como se vio al aplicar la teoría al panorama español actual, donde esas cuatro generaciones realizan una función de intercambio dialéctico y a veces polémico con resultados de muy distinta índole.
Ortega y la Institución Libre de Enseñanza
El pensamiento krausista e institucionista y la filosofía de Ortega y sus discípulos constituyen dos importantes capítulos de la historia intelectual española del siglo XX, especialmente de la anterior a la guerra civil. En su conferencia, Elías Díaz, diferenciando ambos momentos y sus caracteres, puso énfasis en la profunda conexión existente entre ambos, y en la presencia en Ortega de las mejores aportaciones de la Institución Libre de Enseñanza.Como movimientos intelectuales y políticos de oposición, ambos se inscriben en el intento de superación crítica de la España tradicional, inspirándose en un liberalismo ético y también político en modo alguno reducible a un liberalismo de carácter predominantemente económico, como lo es el actual. Para Díaz aquel liberalismo ético es precisamente el que habría después de profundizar y llevar adelante el socialismo democrático.
Institucionismo y orteguismo aparecen así unidos frente a todas las actitudes políticas totalitarias, absolutistas y autoritarias. Elías Díaz resaltó como,- en los momentos de la muerte de Ortega (el 18 de octubre de 1955), el régimen franquista también los unía en la protesta y en la condena como inspiradores del movimiento estudiantil rebelde frente a la dictadura. Se refirió, en este sentido, a la documentación recogida en el libro de Roberto Mesa sobre los sucesos estudiantiles de febrero de 1956 (Jaraneros y alborotadores) y a la nota informativa de la policía titulada Grupos activos de comunistas e institucionistas en la Universidad de Madrid, de 10 de noviembre de 1955 donde se daba cuenta de las "actividades de dichos grupos en relación con la preparación del Congreso de Escritores Jóvenes y con el homenaje laico a Ortega".
En dicha nota informativa de la policía franquista, se citaba como capitoste comunista a Enrique Mújica Herzog, mientras que como "jefe de los estudiantes institucionistas" aparecia, vinculado al Colegio Estudio, un joven de "magnífico expediente" aca-démico llamado Javier Muguerza. El "objetivo del grupo institucionista -seguía la nota policial- era "organizar un grupo republicano bien preparado profesionalmente en todos los aspectos, a fin de intervenir inteligentemente cuando tengan ocasiones propicias". Asimismo, reconstruir la FUE, celebrar el Congreso de Escritores Jóvenes y el homenaje laico a Ortega, objetivos nefandos todos ellos para el régimen del general.
Desde esos hechos concretos, Elías Díaz analizo después, junto a esa coincidencia política liberal, la de carácter más filosófico a través de la indudable relación que se da entre la "razón armónica" krausista e institucionista, por un lado, y la "razón vital" y "razón histórica" orteguiana, por otro, como intentos ambos de superar el positivismo y el racionalismo abstracto, pero sin caer en el irracionalismo que va extendiéndose por entonces.
Presentado por Elías Díaz, intervino también en esta sesión de la Fundación Ortega y Gasset el filósofo y sociólogo italiano Renato Treves, exiliado del fascismo italiano en Argentina, desde 1938, donde conoció y estudió a Ortega, publicando después un interesante libro sobre su pensamiento político. Treves insistió asimismo en los aspectos antidogmáticos y antidictatoriales de Ortega y en la necesidad de su prolongación en un socialismo liberal.
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