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Salud

Sabor insípido, propiedades nutritivas

El trigo contiene minerales y proteínas de importante valor alimenticio. Aunque el pan de harina refinada no contiene algunas de sus propiedades, éstas pueden obtenerse tomando directamente germen de trigo, o pan integral

El trigo biológico (tratado con abonos naturales) contiene gran cantidad de sales minerales: magnesio, sodio, calcio, potasio, silicio, azufre, fósforo, cinc, etcétera. Oligoelementos muy apreciados, como cobre, manganeso, yodo y las vitaminas B 1, B2, B 12, D, E, K y PP, además de almidón y gluten.El grano de trigo consta de tres partes claramente diferenciadas: el embrión o germen de trigo, una capa envolvente (que es la más fuerte en proteínas) y la cáscara o salvado. La parte más nutritiva es el embrión o germen; su ingente valor se debe tanto al conjunto de sus propiedades como a la armonía desu combinación. Esta parte del trigo es muy aconsejable en casos de desmineraliz ación, anemia, embarazo, descalcificación, lactancia, raquitismo y tuberculosis, dado que es el alimento natural más rico en vitaminas del complejo B y E. El germen de trigo se adquiere en los herbolarios o tiendas especializadas en la venta de productos naturales.

En el siglo XIX, la cáscara o salvado de trigo era muy apreciada por sus excelentes valores dietéticos y terapéuticos, pero fue desacreditada debido al afán de refinar los alimentos. El salvado no es asimilable por el organismo humano, pero es muy útil, al ejercer una labor de arrastre en los conductos digestivos, agrandando el bolo alimenticio y fecal y estimulando los movimientos peristálticos del intestino.

Tiene además la propiedad de absorber el agua, haciendo de conductor para los residuos y favorecíendo su eliminación.

El pan, el producto más consumido del trigo, es un alimento imprescindible en la dieta de gran parte de la humanidad. Se compone de harinas panificables, sal, levadura (artificial o natural) y agua. El plan blanco, consumido diariamente, ha sido sometido a una continua degradación, llegando a perder la mayoría de sus cualidades. Las causas son numerosas y variadas: la utilización de abonos químicos que destruyen el equilibrio mineral de la tierra. En el refinado, la harina pierde el salvado y una parte importante de su riqueza vitamínica, y, por último, las técnicas industriales de fabricación del pan han hecho de este alimento un producto casi insípido y pobre en cuanto a su valor nutritivo.

El pan integral, elaborado con harina sin refinar, contiene excelentes propiedades remineralizantes para el organismo y favorece el buen funcionamiento digestivo e intestinal. Este pan puede comprarse en las tahonas integrales o bien fabricarlo en casa para el consumo familiar. La levadura se prepara mezclando una taza de harina integral con media taza de agua pura de manantial o de marca comercial, una cucharadita de miel de acacia pura y un pellizco de sal gorda. Una vez amasada la pasta se coloca en una vasija de barro, se tapa con un lienzo de algodón y se deja reposar tres días a una temperatura media de 20º centígrados.

Cuando la levadura se ha formado, puede fábricarse el pan. Las proporciones indicadas para cuatro personas, durante una semana, consisten en kilo y medio de harina integral mezclada con tres cuartos de litro de agua pura, una cucharada sopera de sal fina y la levadura. Se amasan los ingredientes durante 15 o 16 minutós y se deja reposar un día (no olvidar extraer un trozo de la masa, para utilizar como levadura en el próximo pan). Finalizado el tiempo, se cortan cuatro o cinco panes y se cuece en el horno de 30 a 40 minutos.

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