La oposición 'bombardeó' a preguntas a Felipe González sobre el contenido de su reciente visita a Marruecos
"Hemos propuesto, y las autoridades marroquíes lo han aceptado, hacer balance de las relaciones hispano-marroquíes, y hacer balance de todos los contenciosos pendientes y de todas las reclamaciones bilaterales pendientes", manifestó ayer el presidente del Gobierno, Felipe González, en el Pleno del Congreso, en respuesta a la pregunta del diputado del Grupo Popular Miguel Herrero sobre su reciente viaje a Marruecos, tema sobre el que giró la primera participación personal de Felipe González en las contestaciones gubernamentales a las preguntas de los diputados. Los parlamentarios de la oposición criticaron duramente la "ambigüedad" del presidente.
El Grupo Parlamentario Popular bombardeó al presidente del Gobierno con una serie de seis preguntas sobre su viaje a Marruecos. Sólo en dos ocasiones, cuando intervinieron Guillermo Kirkpatrick y Miguel Herrero, el jefe del Gobierno bajó a la arena del debate, mientras que a las restantes cuestiones contestaron tres de sus ministros.La ausencia de Fraga permitió más tarde a Felipe González, en los pasillos de la Cámara, ironizar sobre la nueva actitud de su grupo. "Es una maravilla, porque gracias a estar ausente", dijo, "Fraga no ha tenido que ruborizarse por los ataques implícitos de un hipernacionalismo del que no han hecho gala en épocas anteriores, y que han proyectado hacia Marruecos desde su propio grupo".
Guillermo Kirkpatrick preguntó si el presidente del Gobierno, en su visita a Marruecos, había sido informado del proyecto de creación de una línea estratégica de defensa en torno al Magreb, desde el Atlántico a Túnez, en sustitución de la estrategia que occidente podría considerar ahora menos fiable y que estaba constituida por el eje Baleares-Gibraltar-Canarias.
Felipe González dijo que no había habido ninguna información en ese sentido, y que el citado eje es fundamentalmente de interés para la defensa nacional, aunque objetivamente coincida con intereses del mundo occidental. "Nosotros lo vemos desde la perspectiva nacional y quizás no se hayan dado suficientes pasos en el pasado como para asegurar que ese eje defensivo estaba en manos de España".
A continuación, Kirkpatrick criticó la tardanza del presidente del Gobierno en dirigir la palabra a la Cámara para ofrecer explicaciones de su viaje a Marruecos, y repetidamente el presidente, Gregorio Peces Barba, le rogó, en cada nueva ocasión con mayor energía, que se atuviera a la cuestión. Kirkpatrick pudo finalmente decir que el presidente del Gobierno no había aclarado un tema fundamental para la defensa de España y del inundo occidental, "sino que seguimos en una ambigüedad, sin saber si tiene más explicaciones Marruecos que España; sin saber qué maniobras militares se están celebrando en las proximidades de las costas atlánticas; si con participación de Estados Unidos y de Marruecos, y por supuesto, sin saber qué papel juegan otras flotas en las proximidades de nuestras aguas".
Felipe González destacó que "es una fantasía hablar de una línea defensiva que comprenda a tres países con una complejidad institucional y con unas posiciones políticas tan diferentes", e insistió en que el eje Baleares-Gibraltar-Canarias es fundamental para la defensa nacional, principio "que para nosotros se antepone a cualquier otro".
Seguidamente, el ministro de Agricultura contestó a las preguntas de Carlos Manglano, y Manuel Fernández-Escandón a las preguntas sobre el problema del tránsito de los cítricos marroquíes por España y sobre la reciente prohibición a la flota española de pescar en la costa sahariana.
También lo hizo el de Transportes a la formulada por Paulino Montes de Oca sobre las dificultades del tráfico aéreo entre la península y el archipiélago canario, y el de Economía y Hacienda a la de Emilio Durán sobre las dificultades creadas en los controles aduaneros marroquíes de Ceuta y Melilla.
Explicar las ventajas
Para concluir la serie de preguntas del Grupo Popular, Miguel Herrero inquirió al presidente del Gobierno si podía informar sobre alguna ventaja concreta para algún interés nacional español en su visita a Rabat. Herrero ironizó puntualizando que no sabía si la respuesta se la daría el ministro Lluch.
Felipe González explicó que en el viaje citado, él y el ministro de Asuntos Exteriores expusieron a las autoridades gubernamentales y al propio rey de Marruecos, la voluntad española de mantener relación amistosa y cordial con Marruecos y, por consiguiente, "de cooperación en todos los terrenos". Añadió que también se expuso la visión española sobre la política en el norte de, África, global y no de equilibrios.
Felipe González señaló que también "hemos propuesto, tanto a las autoridades gubernamentales como al propio Rey, un plan de trabajo para superar una serie de momentos históricos". Concretando más, informó que había sido aceptado, por ambas partes, hacer un balance de los contenciosos y reclamaciones bilaterales pendientes, que podría arrancar de 1956 y sobre ese balance y "ese listado de contenciosos y de reclamaciones pendientes proyectar la cooperación, repito, en todos los terrenos".
Herrero elogió la capacidad presidencial para infundir convicción a su auditorio, afirmación que suscitó risas. Añadió que, sin embargo, la verdad era que "si a las relaciones hispanomaroquíes se les sustrae todo el contenido de cítricos, de contencioso con Ceuta y Melilla, de tráfico aéreo y pesca, se quedan en muy poca cosa". Agregó que España no necesita una política internacional megalómana y fantasmagórica, sino firmes en la defensa de los intereses reales de España que son, dijo, "los de los agricultores, los de los pescadores y los de sus familias españolas".
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