Fernando Somoza analiza plásticamente el apogeo y la decadencia del franquismo
El pintor Fernando Somoza (Madrid, 1927), considerado como uno de los máximos exponentes del realismo crítico de la segunda mitad de este siglo en España, muestra en Madrid su producción más importante de la década 1965-1975, que coincide con el apogeo y decadencia del franquismo. "A través de la figura humana", dice Somoza, "pretendo expresar estructuras sociales. La significación social de la obra me interesa mucho más que el retrato".El campo y la ciudad
El Ministerio de Cultura pretende con esta muestra -inaugurada el pasado jueves día 7 en las salas Ruiz Picasso de la Biblioteca Nacional, y que permanecerá abierta hasta el próximo día 15 de mayo, "rescatar el significado de un autor del realismo crítico, menos agresivo en su denuncia que Arroyo o Genovés, pero con una visión bastante pesimista de la sociedad". Somoza expresa en estas 37 obras, que pertenecen a colecciones privadas, algunas claves para entender la actual sociedad de consumo y su incidencia en la España del campo y de la ciudad.
Fernando Somoza ha elegido estos diez años "porque política y socialmente me parecían muy significativos. Junto al desarrollismo, que supuso la cúspide del franquismo y a la vez el inicio de su decadencia, se registró en esta década la mayor bipolarización campo-ciudad o, lo que es lo mismo, sociedad rural-sociedad industrial. Yo me di cuenta de que el progreso de lo urbano no tenía nada que ver con la vida del campo. Se producía un choque de estos dos polos con los consiguientes problemas. El hombre pretendía huir del campo a la ciudad para encontrarse más acompañado y en realidad se encontraba y se encuentra más solo".
Nueva figuración
El pintor, que padece una enfermedad en la vista, lo que dificulta seriamente su trabajo, piensa exponer posteriormente su trabajo de la siguiente década, es decir, la de 1975-1985. "En los cuadros de esta nueva década varía por completo la técnica expresiva, aunque no me alejo de la ortodoxia".
Las primeras obras de la exposición de Somoza se insertan, como explican los críticos y como el propio autor admite, dentro del fenómeno posinformalista de la recuperación de la imagen, de lo que se denominó nueva figuración. "Me planteé una nueva figuración después de haber roto con toda la figuración anterior del arte abstracto". A partir de 1969 el estilo de Somoza se hace más crítico y a partir de 1970 comienza a investigar mediante una técnica expresionista, el medio social.
En la última etapa de esta década Fernando Somoza incorpora a sus temas, según explica él mismo, el mundo del cine, la televisión, la publicidad y, en general, los modernos mass-media. A pesar de que utiliza estos mediosde comunicación, el pintor se muestra crítico con ellos: "Admito su utilidad, los nuevos medios han traído muchas cosas positivas, pero deberían ser todavía mucho más positivos".
Somoza, que junto con Genovés, Villaseñor o Canogar representa en España las mayores cotas del realismo social en la pintura de los años sesenta, y setenta, utiliza todos los elementos de la imagen del mundo actual, a los que ha sido acostumbrado el llamado hombre medio u hombre de la calle, para expresar las diferencias y los conflictos sociales de una época reciente que todavía perdura.
Fernando Somoza comenzó su relación con el arte como estudiante de la Escuela Nacional de Artes Gráficas de Madrid, durante los años 1945-1949, al mismo tiempo que trabajaba como grabador y proyectista en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Entre 1949 y 1952 fue director artístico de la Cerámica de San Claudio (Oviedo), y desde 1953 se dedica libremente a la pintura y escultura.
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