La comandante 'Ana María', dirigente guerrillera salvadoreña, asesinada en su casa de Managua
La comandante Ana María, miembro de la dirección unificada de la guerrilla salvadoreña, fue asesinada la madrugada del miércoles en Managua por un grupo de desconocidos que entraron en su casa, unos dieciséis kilómetros al sur de la capital nicaragüense. Las autoridades sandinistas han anunciado que se realizan activas investigaciones para identificar y detener a los autores del crimen.La comandancia general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ha cargado el suceso en la cuenta de "las bandas tenebrosas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos". En cualquier caso, este hecho no puede desvincularse de la guerra abierta desatada al norte de Nicaragua por más de 2.000 combatientes somozistas que, con apoyo norteamericano, han penetrado en el país procedentes de Honduras.
El asesinato de un jefe militar de la guerrilla salvadoreña en Managua podría ser el método elegido en esta ocasión para demostrar de forma trágica el apoyo que presta el Gobierno sandinista a los insurgentes salvadoreños, acusación reiterada por la Administración Reagan y jamás admitida oficialmente por Managua.
Mélida Anaya Montes, verdadero nombre de la comandante Ana María, era la segunda responsable de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), uno de los cinco grupos guerrilleros salvadoreños que hace casi tres años constituyeron el FMLN. Era la colaboradora más directa y cercana al comandante Marcial, Cayetano Carpio, que en 1970 decidió abandonar el partido comunista salvadoreño para formar junto con Ana María las FPL.
Dirigente durante muchos años de la Asociación Nacional de Educadores de El Salvador, la maestra Ana María, que contaba 54 años, tuvo que pasar a la Clandestinidad en 1967, debido a las amenazas contra su vida tras una huelga general de maestros en la que tuvo un destacado liderazgo.
Al constituirse a finales de 1980 la dirección unificada de las cinco organizaciones guerrilleras salvadoreñas, ella se integró en la comandancia suprema, para dirigir más tarde, ya iniciada la ofensiva general, el frente de Usulután. Éste es un departamento de importancia estratégica en la economía del país, por sus plantaciones de café y algodón, dos de los productos básicos de exportación.
Sus compañeros de la dirección unificada del FMLN han destacado en un comunicado la trayectoria de Ana María, desde sus luchas profesionales de los años sesenta hasta sus actuales responsabilidades en el aparato militar de los insurgentes.
Según esta nota, en la actualidad aportaba "su valiosa contribución al desarrollo de, la unidad de las fuerzas revolucionarias de El Salvador y a la concepción de la guerra popular revolucionaria, tanto en su complejidad militar como política".
La comandancia general de la guerrilla salvadoreña entiende que su asesinato es una prueba más de la desesperación del Gobierno Reagan, que, pese a sus ayudas militares masivas, contempla impotente el desmoronamiento de la maquinaria militar de El Salvador.
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