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Reportaje:

Una opción atlantista condicionada por España

Si los socialistas españoles, tal y como aprobaron en su último congreso, y repetidamente ha dicho en público el actual presidente del Gobierno en su campaña electoral, convocan un referéndum para que los ciudadanos españoles podamos decidir nuestra entrada o no en la OTAN, y de ese referéndum saliera un no a la OTAN, Estados Unidos ya viene extremando en los últimos meses la conversión de Portugal y sus islas atlánticas (archipiélagos de Madeira y Azores) en una multiplicidad de portaviones fijos que constituirán su línea más avanzada de defensa en caso de ataque nuclear soviético.

Mario Soares, en su último encuentro con el presidente norteamericano, Ronald Reagan, ya llegó, según buena fuente, al acuerdo de renovar la superbase norteamericana instalada en las islas Azores, en Lajes. "Lo único que se discutió fue el precio. Reagan ofrece 145 millones de dólares. Soares pretende más".Otras fuentes indican que el destituido presidente en funciones del partido, Francisco Pinto Balsemào, le dio una ingrata impresión a Reagan, ya que, si bien no se opuso a renegociar la base y ampliación de Lajes, sí puso muchas trabas, tanto para que EE UU no pudiera utilizar Lajes para sus ayudas contra los árabes como, sobre todo, porque. los estadounidenses pretenden instalar nuevas bases en Santa María (Azores) y otra nueva en Porto Santo (Madeira), así como mayores facilidades en Beja y nueva base aérea en Cortegaga.

"Es más", indicaba un,experto en cuestiones militares y estratégicas, "algunos piensan que Soares, si gana las elecciones y es para ello ayudado económicamente, ha podido adquirir el compromiso verbal de que los misiles que Estados Unidos no ha logrado que los holandeses consientan instalar en sus tierras se instalen en Portugal. Tanto pueden ser del tipo que se, pensaba instalar en Holanda como otros distintos. Pero el hecho es éste".

"País pequeño'

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Portugal, pese, a ser una nación mayor en extensión superficial a otros países occidentales europeos (mayor que Dinamarca, Holanda, Bélgica, etcétera), siempre ha tenido el complejo de sentirse un país pequeño, sobre todo por su vecindad con España. En los últimos tiempos de Marcelo Caetano -poco antes del 25 de abril-, quienes visitaran Portugal podían ver plagadas las paredes de sus edificios con un poster o cartel en el que sobre el'mapa de Europa se superponían en color rosa todos los territorios y colonias portuguesas (Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Santo Tomé, Príncipe, etcétera). Era más extenso que toda Europa occidental. Y así, al pie del cartel se podía leer: "Náo somos uni pais pequeno".

Es un complejo que trasciende a sus regímenes políticos. Los días siguientes al 25 de abril había militares (empezando por los militares comunistas) que llegaron a temer que los carros de combate españoles rompieran las fronteras por Badajoz...

Fue por ello que cuando en abril del año pasado el entonces presidente Calvo Sotelo anunció que España se adhería a la OTAN, las estructuras oficiales portuguesas se conmovieran y su respuesta fuera veloz solicitando todo. Es decir, que la sede para la defensa del Atlántico Norte (Iberlant) y su comandante enjefe fueran portugueses; que el comando de la Iberlant no sólo tuviese mando sobre el triángulo portugués formado por Azores, Madeira y Lisboa, sino que se incluyese también a las Canarias y un largo contencioso que llegaba hasta la revisión del tratado de amistad y cooperación existente entre Portugal y España (en el que se refería a las fuerzas armadas).

Es más, se decía que España debería volcarse hacia su proyección mediterránea, olvidando que España tiene también una fachada atlántica y que las islas Canarias están en el Atlántico, y mucho más estratégicamente situadas que. Azores y Madeira.

Otras opiniones reconocen el papel atlántico de España; pero, en cuanto a la posición que debería ocupar España en la OTAN, ponían indudable énfasis -unos explícita y otros implícitamente en dejar bien claro que los portugueses, en cualquier caso, tendrían que ocupar un puesto de mayor relieve que los españoles, que, al fin y al cabo, no eran, como ellos, miembros fundadores. Y se reproducían frases laudatorias para el atlantismo lusitano y su fidelidad máxima a la OTAN, de Reagan, de Carlucci, de Haig, de un largo etcétera de militares de la OTAN, sobre todo de los norteamericanos.

Ambigüedad

En la actualidad, los medios políticos lusitanos están poniendo decidido empeño en resaltar la ambigüedad del PSOE. Los portugueses recelan muchísimo de la sinceridad de los líderes socialistas -y del propio Gobierno en el poder- de que en realidad se, vaya a convocar un referéndum para consultar a los españoles, y recuerdan que ya Luis Solana -experto en defensa del PSOE-, nada menos que allá, por 1979, decía que pudiera darse el caso de no ser preciso convocar un referéndum nacional, sino que el ingreso en la OTAN pudiera hacerse por mayoría cualificada en el Congreso de los Diputados.

Entonces mandaba en España Unión de Centro Democrático, y llevar ese proyecto al Congreso suponía su automática decisión de integramos. Ahora, dicen, manda el PSOE.

Portugal es ya hoy un territorio donde se multiplican las actividades tanto norteamericanas como de la OTAN. Amén de cinco grandes instalaciones militares, amén del polígono de tiro de Alcochete, de la República Federal de Alemania (RFA), cuenta con la base aérea de Beja (también de uso por la RFA); la superbase aérea de Lajes, en. Azores, que disfruta EE UU; la estación de rastreo de misiles y la de la isla de Santa María.

Pero Estados Unidos quiere más, y más bases en tierras tanto del Portugal metropolitano o peninsular como en sus islas atlánticas. Así, desea sobre todo establecer una base en la isla de Porto Santo (que es una isla absolutamente llana, sin agua apenas, semidesértica, situada algo más al norte de Madeira); también, en la isla de Santa María, aumentar sus efectivos, mayores facilidades en Beja y nueva base aérea en Cortegala.

Resumen ibérico

La OTAN, es decir, EE UU, pretende como ya decía en 1978 José M. Bueno- que España sustituya en gran parte el papel de Francia, cuya disposición en el dispositivo es posible que descienda aún más, y que también se refuerce la participación portuguesa, potencialmente aún débil. Se pretende que tanto Portugal como España seamos quienes cubramos el desguarnecido flanco sur de Europa, que abarca el cuadrilátero con vértices en Irlanda, Azores, Canarias y Gibraltar, con la proyección de dos ejes: uno en Porto Santo (Madeira), que una en su medio a los tres archipiélagos atlánticos, y la proyección de un segundo eje Canarias-Madeira, Gibraltar, Mallorca.

A base de establecimientos aeronavales en Canarias, Porto Santo y Baleares, una armada oceánica y una fuerza aérea potenciada (nuevas bases en Portugal), Estados Unidos habría completado no, como se dice, la retaguardia de la defensa de Europa occidental, sino su primera línea de choque o vanguardia cara a su propia salvaguardia.

La presión de EE UU

La presión de Estados unidos se acentúa día a día tras los inconvenientes que está encontrando en distintos países europeos a la instalación de misiles. La suma debilidad económica de Portugal es un peligro para la toma de una decisión si se le oferta una buena contrapartida económica. Además, pueden argüir que de siempre, desde su misma fundación, ya forman parte de la Alianza Atlántica, y las nuevas bases y facilidades que puedan ofertar estarían dentro de la lógica. El caso español es muy diferente.

Incluso en las actuales circunstancias, las Canarias no pueden presentarse como un área neutral. Desde 1950, EE UU viene intentando obtener el máximo provecho de la situación estratégica del archipiélago. Por Tenerife pasa el cable submarino que une las bases norteamericanas de África, Europa y América.

En la localidad de Tacoronte (Las Palmas), bajo el disfraz de la universidad de Columbia, se instaló el mayor sonar del Atlántico para seguimiento de buques y submarinos que recorren la ruta del petróleo. La base se encuentra hoy en Punta de Teno, en la isla de Tenerife. En Gran Canaria poseen una base para control y telemando de satélites. En Maspalomas, la base se encuentra protegida por un sistema de defensa antimisiles, etcétera.

España y Portugal, el rabo de Europa, intentan ser convertidas -lo están siendo ya- también en los cuernos -en la avanzadilla de Estados Unidos cara tanto a Europa como a África y Oriente Próximo.

Si España no se integrara finalmente en la estructura militar de la OTAN, Portugal se convertiría, junto con sus archipiélagos, en tierra de misiles.

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