"Voluntad política" hispano-argelina por incrementar sus relaciones pese a las diferencias sobre el tema del gas natural
La incógnita de la entrevista del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, con un representante del Frente Polisario quedó ayer despejada al materializarse un breve encuentro con el responsable del Comité de Relaciones Exteriores del movimiento saharaui, Salem Uld Salek. El encuentro ha sido considerado en Argel como el "mínimo negociable" entre las dos partes, en el contexto específicamente hispano-argelino de la visita del vicepresidente español. Guerra regresa hoy a Madrid tras la firma de un comunicado conjunto con Argelia que refleja la "voluntad política" de los dos Gobiernos por incrementar sus relaciones, pero mantiene considerables diferencias de óptica en lo que atañe al tema de las exportaciones argelinas de gas natural.
La entrevista entre Alfonso Guerra y Salem Uld Saleck, celebrada en la residencia del embajador español, por espacio de 45 minutos, había sido negociada a partir del deseo español de recibir al Polisario, una vez que este último lo hubiera formulado oficialmente.Salvado este escollo diplomático, el encuentro, en el que participaron el secretario de Estado de la Presidencia, Rafael Delgado, y el embajador en Argel, Eduardo de Zulueta, por parte española, y el responsable de la misión de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en la capital argelina, Mohamed Sid Birahim, se limitó a un simple intercambio de puntos de vista, que Guerra resumiría ante los informadores con una escueta frase: "Ha sido una conversación muy agradable, en la que hemos expuesto nuestras respectivas posiciones con toda claridad..."
Como resultados concretos del temario diplomático, hay que citar el deseo de las autoridades argelinas de recibir al rey Juan Carlos, en una fecha que podría situarse antes de este verano, aunque no necesariamente antes de la celebración de la cumbre africana de Addis Abeba, a principios de junio próximo. Está prevista también la visita a Madrid del primer ministro argelino, Mohamed Abdelhghani, por invitación del presidente del Gobierno español.
Entrevista con el presidente argelino
La delegación española, encabezada por Alfonso Guerra, vivió ayer una jornada intensa, en la que destaca la entrevista entre el vicepresidente español y el presidente argelino, Chadli Benyedid. En ese encuentro, tras evocar al alto grado de cooperación a que han llegado los dos países en el tema económico, se discutió un temario exclusivamente político, centrado en el Magreb y la conferencia del Mediterráneo occidental propuesta por el presidente Mitterrand.Según ha expresado Alfonso Guerra, la posible normalización en el Magreb podría tener una incidencia positiva en lo que se refiere al gasoducto Segamo, cuyo proyecto ha sido establecido entre España, Argelia y Francia. "Su importancia estratégica en el transporte de gas a España es evidente y podría encontrar soluciones a corto plazo. Hay dos proyectos de trazado: el de Orán a la costa española, y el que incumbe a Argelia y Marruecos, con un entronque submarino entre este último país y el nuestro. Evidentemente, el que atraviesa Marruecos sería más favorable económicamente para nosotros", agregó el vicepresidente español.
Las reticencias francesas en torno a la entrada de nuestro país en la CEE también fueron evocadas por Guerra en esa entrevista, así como el problema del Sahara occidental. "Hemos hablado con toda claridad de los acontecimientos surgidos en esta zona en los últimos meses, y consideramos que la cuestión del Sahara debe hallar una solución. En la cumbre africana de junio próximo se podría, probablemente, plantear la comprensión más detenida de lo que ya ha determinado la OUA en lo que concierne a referéndum de autodeterminación. Si eso se resuelve, yo tengo la impresión de que los nuevos acontecimientos se van a desarrollar con una velocidad extraordinaria", subrayaría Guerra.
Por lo que concierne a los temas económicos, y a pesar de la voluntad política señalada por las dos partes, no se había llegado anoche a un acuerdo concreto en torno a las cantidades de gas natural argelino que España podría absorber, en todo caso por debajo de los 4.500 millones de metros cúbicos anuales, monto del contrato firmado por Enagás en 1.975.
Según explicó el ministro de Industria, Carlos Solchaga, a este periódico, los argelinos reafirman su voluntad de llegar a un acuerdo satisfactorio para las dos partes, pero a nivel de conversaciones entre expertos de las compañías implicadas, Enagas y la argelina Sonatrach. Si bien se estima procedente no insistir en el cumplimiento cabal, en cuanto a cantidades del contrato señalado, no se han rebasado todavía los detalles técnicos sobre las cantidades, como al del precio, o en su formulación de paridad con la termia-petróleo, a pesar de que este último punto está prácticamente resuelto, sobre la base de un aumento sustancial del precio que abona actualmente la empresa española.
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