_
_
_
_

La experiencia española

Muchos españoles se acostumbraron a verle cuando acompañaba a Sara Montiel en algunas de aquellas exóticas películas: Carmen la de Ronda, Mi último tango, Noches de Casablanca... eran los primeros años sesenta. Sabíamos bien poco entonces de la figura de Maurice Ronet que, sin embargo, actuaba ya, desde hacía diez años, en teatro, televisión y algunas de las más curiosas películas del cine francés del momento. La primera, Rendez vous de huillet de la mano de Jacques Becker, el director que más tarde se haría famoso con títulos como París, bajos fondos (Casque d'or) o Montparnasse, 19.Tampoco sabíamos que detrás del galán se escondía algo más que el acompañante de Sara Montiel. No sólo era un sensible y valeroso actor, sino también un inquieto buscador de formas que secretamente escribía en los rodajes de Sara algunas novelas que soñaba convertir en películas. Lo consiguió poco después. En 1963 dirigió Le vouleur de Tibidabo (La vida es magnífica), primera de las tres películas que forman su filmografía como director: L'ile des dragons (1973) y Bardeby (1977), son las restantes.

Algo supimos de la oculta personalidad de Ronet cuando actuó junto a Amparo Soler Leal en una primeriza película del entonces joven realizador Francisco Regueiro, Amador (1964). Se necesitaba., coraje para el riesgo que suponía. la obra de un director extranjero, sin experiencia, pero Ronet, sin duda, intuyó que en Regueiro había un autor insólito; quizá intuyó también que no sería entendido por los productores españoles, tal como viene ocurriendo.

Tampoco lo fue el propio Ronet cuando nuestros distribuidores no importaron seriamente las películas que dirigió, aunque hubieran sido más sensibles a sus títulos como autor: La bruja, donde Ronet mostró sus grandes posibilidades de galán, A pleno sol, en la que encarnaba al complejo y joven millonario, Fuego fatuo, que tardó algunos años en llegarnos porque ni. censores ni distribuidores entendieron el angustioso análisis del suicidio que filmó el también entonces prometedor Louis Malle, La delación, Champaña para un asesino, Un diablo bajo la almohada, (otra vez en España, en esta ocasión bajo las órdenes de José María Porqué), La piscina...

"Todo actor tiene tras de sí la herencia de Stanislawsky, Reinhard, Strassberg, la escuela de Elia Kazan, en definitiva, pero adaptada a características europeas; tal como es, sólo es posible en el cine americano, en su forma de vida, en su cultura", decía Maurice Roriet en la entrevista que concedió a la publicación Nuestro cine poco después del rodaje de Amador: "Más que una manera de comportamiento físico, el actor europeo puede aprovechar de la escuela de Kazan, un concepto nuevo de la actuación del actor".

Adoptó, efectivamente, características de alumno del método, que supo combinar con esa cara de niño desvalido, que no abandonó nunca, aunque, cuando reciente mente aparecía en el festival de Cannes, su imagen de 55 años no respondía con facilidad al modelo. No era ya el galán que deseaban para sus películas algunos directo res de hoy. Pilar Miró, por ejemplo, pensó en Ronet para su protagonista de Hablamos esta noche, pero los años habían surcado la cara del actor componiendo una figura nueva, con pasado, con algún dolor no superado, o noches de insomnio.Una figura que no ha tenido continuidad, desgraciadamente, ni en el cine ni en la vida.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_