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Entrevista:

Hart asegura que Cuba siempre planteará en Occidente su actitud cultural y política porque pertenece a este mundo

El ministro de Cultura del Gobierno de Castro inicia una visita a España

Juan Cruz

Armando Hart, ministro cubano de Cultura, de 53 años, una de las figuras más poderosas del régimen de Fidel Castro, comenzó ayer en Sevilla una visita a España. En Sevilla, el ministro, un hombre alto y serio, de verbo contundente y ademanes ajustados y recios, visitó el Archivo de Indias y el Museo de Bellas Artes, acompañado por las autoridades andaluzas. En el Prado inaugurará hoy la exposición Pintura cubana y española y litografías y grabados cubanos del siglo XIX. También en Madrid, en el Museo de Arte Contemporáneo, abrirá la muestra Siete artistas cubanos contemporáneos. Hart hablará. con su colega español, Javier Solana, de la conmemoración del descubrimiento de América, en la que Cuba quiere prestar toda su colaboración. Hart cree que España es el país europeo mejor equipado para conseguir un entendimiento de los países desarrollados con el Tercer Mundo y advierte a la alta burguesía occidental que Cuba planteará siempre en Occidente, porque no pertenece a otro mundo, su actitud cultural y política.

Pregunta: Usted es una persona que siempre ha estado, en distintas especialidades, en el poder en Cuba, y fue uno de los fundadores del movimiento que dio origen a la revolución triunfante. Nunca ha habido una ausencia suya de las áreas del poder emanado de esa revolución. ¿Cuál es hoy el ámbito de su poder en Cuba?Respuesta: Nosotros ejercemos el Ministerio de Cultura. Yo creo que. más importante que establecer el ámbito de mi poder es contar cómo surgió el Ministerio de Cultura, que nació en 1976 [como en España]. En 1961, Fidel en un encuentro con intelectuales, Fidel pronunció un célebre discurso titulado Palabras a los intelectuales. Este documento se considera el documento inicial básico de la política cultural cubana.

Aunque la política cultural estaba diseñada por Fidel, existían varios organismos que aplicaban esa políticá cultural. En 1976 se comprendió que era necesario coordinar todos esos organismos en uno y crear el Ministerio de Cultura.

Mucho se ha dicho sobre si el Ministerio de Cultura ha sustituido a los artistas. Nosotros no he,mos sustituido a los artistas. Hacemos una diferenciación entre el trabajo del departamento como organismo que atiende el sistema de empresas de entidades culturales y la creación artística. Lo que hemos hecho es sustituir a los dueños y en algunos casos crear otras empresas. Hemos querido crear un clima cultural en el país. Un aspecto esencial de la política cultural es no confundir la misión de los funcionarios con las de los artistas.

Los problemas de la cionstrucción y el desarrollo del socialismo no se resuelven exclusivamente como problemas estéticos; no lo son. Son problemas sociopolíticos, socioculturales, socioeconómicos. Nosotros creemos que con la participación del pueblo en la actividad artística se puede llegar a crear un ambiente cultural que le dé carácter socialista y popular al movimiento artístico, sobre todo si se tiene en cuenta la necesidad de formar un ambiente de libertad creadora en el país. Y este ambiente de libertad creadora se logra presentando diversas opciones. Para ello exigimos a los dirigentes del Ministerio de Cultura y a nosotros mismos que no puedan ellos expresar sus gustos artísticos.

P.: ¿Toda esa presencia tan abundante del Ministerio de Cultura cubano no resulta demasiado atosigante para la creación artística y la limita porque la dirige?

R.: Eso depende de quiénes y con qué conceptos se dirija el trabajo del Estado en la cultura. Es un peligro que puede ocurrir. Si nosotros tuviéramos un concepto burocrático de tratar de imponer las formas artísticas y de tratar de imponefles a las instituciones escolares y universitarias todas nuestras formas artísticas y pareceres individuales, ese peligro existiría. Nosotros pensamos que en este sentido el aparato del Estado lo que hace es impulsar, coordinar, alentar.

P.: Pero, ¿ese aliento no indica una dirección?

R.: Ese aliento indica un aliento, una posibilidad de mayores opciones. Se ha acusado a nuestro Estado independiente y socialista de crear un poderoso aparato burocrático. Nosotros no hemos sustituido a los artistas, sino el viejo aparato burocrático que tenían las empresas. Invito a reflexionar acerca del aparato burocrático y tecnocrático que hay en las grandes empresas transnacionales de la información, que están condicionando el desarrollo cultural de los países. Quizá usted tiene la pregunta por ahí: el caso mismo de las conformaciones de la información sobre la noticia cultural y en concreto con respecto a los casos de las personas que abandonan el país. Las transnacionales de la información están creando una imagen deformada de la cultura en nuestro país. No digo que no haya periodistas, periódicos, democráticos en los países capitalistas, pero el gran consorcio de la información dominado por los norteamericanos está ejerciendo una tiranía- cultural sobre numerosos países de Occidente. Hablando-de los llamados casos de disidentes: algunas de las personas que han abandonado el país como contrarios a la Revolución, venían de fuerzas que se decían de izquierdas. No eran hombres proclamados inicialmente de derechas. Nosotros podemos respetar a una persona que sea de derechas y consecuentes don tales ideas, porque hay personas de derechas que son honestas y creen profundamente en sus ideas, contradictorias con las nuestras. Pero estas personas que han salido del país, que son una minoría, y que se decian de izquierdas, hay que considerarlos como desertores de una idea: vivieron en el país durante muchos años, algunos de ellos dirigieron organizaciones culturales. incluso, y luego desertan. Quiere decir esto que se trata de una capa de traidores. Yo hago un reto: ¿qué persona de esta escala intelectual abandonó el país: Alejo Carpentier, Juan Marinero, Fernando Ortiz, Lezama Lima...?

P.: Pero a Lezama Lima ustedes lo tuvieron marginado y aislado...

R.: Nosotros no hemos tenido marginado a Lezama Lima. En Cuba en la casa donde vivió, hay una institución que lleva su hombre. Sus obras fueron publicadas en Cuba. Algunas personas que han regado por Europa que nosotros teníamos marginado a Lezama Lima, al principio de la Revolución editaban una revista literaria que tuvo aspectos positivos y que tuvo aspectos extremistas. Yo le puedo enseñar artículos injuriosos contra Lezama de algunas de esas personas.

P.: Cuando usted habla de los desertores, de los traidores, ¿está excluyendo la posibilidad de que ustedes hayan cometido errores que a lo mejor han provocado tales deserciones?

R.: No hay gobernante que no se haya equivocado. Hay que preguntarse si los errores son parte sustancial de las ideas o si los errores son parte de los hombres. Debemos haber cometido errores. Pienso que pocos gobernantes en el mundo han tenido el valor que tuvo el compañero Fidel Castro de proclamar públicamente algunos delos errores que se han cometido. No hemos cometido ningún error estratégico.

P.: ¿El planteamiento del caso Padilla no fue un error estratégico?

R.: Yo le digo a usted que no hemos cometido ningún error estratégico.

P.: Pero la gente que entonces estaba interesada, a,poyando el proceso cubano, se dividió dramáticamente cuando se planteó ese caso célebre, y eso afectó a la imagen cultural de Cuba...

R.: Porque se hizo mucha propaganda alrededor del caso Padilla. Se hizo mucha divulgación alrededor de todo eso. Se hipertrofiaron las cosas. Es que Padilla entró en contradicción consigo mismo. Fue un vacilante. Unas veces dijo una cosa y otras veces dijo otra. Padilla está ahí; se le dejó safir del país; estuvo en Cuba trabajando, en libertad. La esposa salió de Cuba.

Pero, partamos del supuesto de que hemos cometido algunos errores específicos. Se habla de un caso, de dos casos, de tres casos, ¿y por qué no hablar de millones de casos? En Cuba, antes de la Revolución se editaba un millón de libros al año. Después de la Revolución se están editando al año alrededor de cincuenta millonesde libros. ¿Los problemas del arte se deciden por los escándalos publicitarios alrededor de una o dos personas o se deciden por el número de bibliotecas que haya en un país? ¿Qué ha ocurrido con la cultura de la alta burguesía en Europa? Yo pienso que ha descendido de Balzac, al que tanto admiraba Karl Marx, a Armando Valladares. Y le voy a hablar del caso Valladares.

P.: Adelante.

R.: Lo analizo como problema sociológico. Hemos hablado de otras personas que no son grandes talentos, pero que son artistas. Le puedo decir que cuando se utiliza a un terrorista (Valladares fue condenado por sabotaje contrarrevolucionario), el hecho de que un tipo diga la mentira de que estaba paralítico en la cárcel: la utilización de la mentira y los escándalos publicitarios no fue la base de la creación de la cultura de Occidente. A nosotros se nos dice (lo dijo Reagan el otro día) que debemos volver a Occidente, y yo digo que no podemos volver adonde estamos: nosotros estamos en Occidente y la discusión cultural, política la planteamos en Occidente. Que lo sepa la ultraderecha europea, que utilizando estos escándalos trata de ocultar el movimiento cultural que se gesta en los países que han escogido la vía independiente y ocultar que en Occidente no disienten uno, dos o tres, sino que disiente lo esencial del inovimiento intelectual.

P.: ¿Usted no cree que el proceso revolucionario y la consolidación de una cultura revolucionaria en Cuba están ya tan implantados que haría posible que coexistieran las personas que usted llama disidentes, o al menos sus obras, con aquellos intelectuales integrados en la Cuba revolucionaria? ¿Estarían ustedes dispuestos a que el país se abra al regreso de esa gente, a que exprese sus ideas allí?

R.: La Revolución está tan avanzada que ya el pueblo no le hace caso a esas cosas. Estamos hablando de nombres, figuras y personas que el pueblo de Cuba no conoce.

P.: No los conoce porque no les ha sido posible...

R.: No los conoce porque la historia los ha dejado atrás. Esa gente existe solamente.en alguna Prensa en la que inciden los medios publicitarios de la alta burguesía.

P.: ¿Qué actualidad tiene en Cuba aquella fiase de Fidel Castro, en sus Palabras a los intelectuales, según la cual dentro de la Revolución los artistas, revolucionarios o no, tenían todos los derechos, y fuera de la Revolución, ninguno? ¿Qué alcance tiene el concepto libertad de expresión, que en España tiene tanta resonancia?

R.: Nosotros, en nuestro lenguaje, no identificamos libertad de expresión con libertad de empresa. Son conceptos diferentes. En Cuba los dirigentes de los sindica tos obreros, los estudiantes, las asambleas de obreros, tienen libertad de expresión y muchas veces atacan al Gobierno. El otro día fui a una samablea estudiantil e hicieron grandes críticas los estudiantes potque, faltaban unos cuantos libros en la enseñanza superior. Yo tuve que hacer un señalamiento autocrítico allí. Nosotros nos enorgullecernos de la amplia ción que hemos dado a la libertad de expresión. En cuanto a la frase de Fidel, sigue siendo vigente: se ría equivalente a decir, en España, con España todo, contra España, nada.

P.: Usted me concedía antes que en Cuba había gente que no es de la Revolución, que coexiste con ella y que ustedes respetan sus opiniones...

R.: No hacen actos contra la Revolución. Respetamos sus ideas. Hay hombres eminentes que no son marxistas. Está Cintio Vitier, por ejemplo. Y se publican sus libros. Nosotros no sancionamos a nadie por sus ideas; sancionamos por sus actos. Yo puedo asegurar le que en el país no ha habido una sanción por razones ideológicas.

P.: Usted dice que en Cuba sancionan no por las ideas sino por los actos. Esta es un pregunta casi filosófica: ¿como puede haber ideas sin actos? R.: Es una pregunta jurídica. Personas pueden pensar en cometer un crimen...

P.: Estamos hablando de intelectuales...

R.: Los intelectuales son los que más piensan... Bueno, pues muchas personas tienen ideas católicas en Cuba, y las dicen, y las respetamos, e incluso las aplican. Pero no cometen hechos contra rrevolucionarios. P.: ¿Un libro puede ser contrarrevolucionario?

R.: Un libro puede ser contrarrevolucionario. Un libro que se publique en España hablando mal de las altas autoridades españolas, las altas jerarquías que más quiere el pueblo español, y que denigre de España y de la historia de España, sería contrarrevolucionario y antiespañol, y creo que dbalquier tribunal español lo condenaría. Cualquier tribunal democrático lo condenaría. Un libro que denigre del Himno Nacional, de las tradiciones españolas, de la jerarquía y de las personas que más alta autoridad tienen, es antiespañol.

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