No se ha definido la política industrial

La única nacionalización realizada por el Gobierno socialista en sus primeros cien días de Gobierno, la de los bancos y empresas de Rumasa, supera en cuantía a todas las realizadas por UCD desde 1917 y contradice, en alguna medida, las reiteradas afirmaciones del PSOE de quebrar la tradición de los Gobiernos precedentes de "nacionalizar pérdidas". La decisión de expropiar el holding de Ruiz Mateos ha sido justificada, en pa labras de Miguel Boyer, en la "agónica" situación económica que atravesaba este grupo de empresas y bancos, y en la necesidad de evitar las negativas consecuencias que sobre el sistema financiero, el empleo y la economía en general podía. desencadenar el de rrumbe de este imperio.Las reiteradas manifestaciones del Gobierno de que una vez saneadas serán devueltas al sector privado las empresas expropiadas contrastan en alguna medida con las afirmaciones del programa electoral sobre actuaciones en relación con los bancos en crisis: "Cuando la normalización de la entidad se realice con fondos públicos, el Estado hará uso de la opción de compra prevista en la legislación actual. Dicha compra podrá ser total o parcial". No obstante, portavoces socialistas han manifestado que la devolución de bancos y empresas de Rumasa se realizará a cambio de un resarcimiento de los fondos empleados para su reflotación y saneamiento.

Semanas antes de explotar el caso Rumasa, el primer banco industrial -el Banco Urquijo- pasaba a la órbita del Hispano Americano con la generosa ayuda del Fondo de Garantía de Depósitos. De hecho, en estos cien días únicamente ha sido adjudicado el Banco-de Alicante al Banco Exterior, que aunque tiene mayoría de capital público, es una entidad privada. Banca Catalana, Banco de Levante y cajas rurales esperan una solución a sus problemas, y la salida que se les dé acabará de configurar la política socialista con las entidades de ahorro en crisis.

La integración y coordinación del crédito oficial y otras entidades públicas de ahorro (Caja Postal), también prevista en el programa electoral del PSOE, ha avanzado poco en estos cien días.

A las grandes crisis financieras, muchas de ellas heredadas, hay que añadir el legado de las grandes crisis industriales. Carlos Solchaga, titular de Industria y Energía ha afrontado los primeros meses de gestión sin un plan de reestructuración industrial (al no prorrogarse los planes de reconversión de Bayón), y ha sufrido ya fuertes respuestas sindicales a sus intentos de sanear el sector siderúrgico (huelgas y manifestaciones masivas en Sagunto y Gijón). La reorganización de las empresas públicas, al frente de las cuales se ha puesto a hombres del Círculo de Empresarios, ha avanzado muy poco, e incluso se pone en duda la necesidad del Estatuto de la Empresa Pública, reivindicación constante de los socialistas en anteriores legislaturas.

En Agricultura se ha creado una comision para estudiar la fiscafidad, se ha ordenado una auditoría en.la Comisaría de Abastecimientos y Transportes y se ha retrasado la negociación de precios agrarios.