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Crisis en las relaciones España-Frente Polisario

El Gobierno trata de impedir que el Polisario publique los acuerdos con el PSOE

El Gobierno de Felipe González salió ayer al paso de las presiones ejercidas por el Frente Polisario en favor de una clarificación de la política española en el Sahara, amenazando con bloquear completamente las vías de diálogo si el Polisario insiste en sus declaraciones contra las autoridades socialistas españolas.

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Fruto de esa advertencia ha sido la renuncia saharaui a facilitar a este periódico el texto completo de los acuerdos firmados en Argel en 1976 entre Felipe González, en nombre del PSOE, y el Frente Polisario, en los que ambos partidos denunciaban el acuerdo de Madrid sobre la cesión del Sahara a Marruecos y Mauritania. Como contrapartida, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, ha accedido a entrevistarse, según confirmaron fuentes solventes, con los dirigentes saharaúis en el curso de su visita a Argel el próximo día 22.La eventualidad de que el Frente Polisario hiciese público el contenido de los acuerdos de Argel del 14 de noviembre 1976 movilizó a las autoridades españolas que se pusieron inmediatamente en contacto con el Frente Polisario para advertirle que la publicación de ese acuerdo, en el que se aprecia el contraste de la política sahariana del PSOE en 1976 y la que ahora practica el Gobierno, supondría el punto final a sus relaciones.

El Polisario ha elevado últimamente el tono de sus recriminaciones al Gobierno por lo que considera "una visión promarroquí de la diplomacia española, responsabilizando, en primer lugar, a Fernando Morán, quien, según el encargado de las relaciones exteriores del movimiento saharaui, Salem Uld Saleek, insiste en el equilibrio hacia Argel y Rabat y "olvida mencionar el equilibrio entre España y la República Arabe Saharaui Democrática (RASD)". El ministro español de Asuntos Exteriores se limitó anoche a exponer sumariamente a EL PAIS la política sahariana del Gobierno, negándose en redondo a hacer precisión alguna sobre preguntas concretas, entre otras las referentes a los acuerdos de Argel (que obran en poder del PSOE) y los de Madrid. "Es evidente que en el tema del Sáhara coinciden sus principios (los del Gobierno) con los intereses del país bién entendidos que el pueblo saharaui pueda definir su futuro y que el proceso en curso conduzca a una solución política".

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La Moncloa emprende una diplomacia paralela a la del palacio de Santa Cruz en las relaciones con Argelia

Aunque el Polisario no ha formalizado todavía ningún tipo de ataques personales contra el presidente del Gobierno español, sí reprocha firmemente al PSOE haber olvidado la existencia de ese documento conjunto, suscrito por el primer secretario del PSOE y por el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, en "los territorios liberados del Sahara occidental'.El malestar que reina en ciertos sectores socialistas españoles es tanto mayor en cuanto que creen que el Frente Polisario le debe al PSOE su apertura hacia Europa y su entrada en la Internacional Socialista.

En el acuerdo Polisario-PSOE, que podría hacerse público una vez concluida la entrevista entre Guerra y los dirigentes del movimiento saharaui, Felipe González calificaba el acuerdo tripartito de Madrid de nulo e ilegal.

Para entonces, el ahora presidente del Gobierno español había visitado el Sahara occidental controlado por el movimiento independentista, así como bases del Ejército de Liberación Popular Saharaui, lo que fue ampliamente elogiado conjuntamente por Argelia y el Polisario.

Por parte argelina, la cautela actual de sus medios oficiales se explica ante las expectativas despertadas por la llegada el próximo martes 22, del vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, al frente de una misión ministerial, con el propósito de examinar el tema de la globalización de relaciones políticas y económicas hispano-argelinas. La agenda se verá ampliada con el tema del Sáhara occidental y la prevista conversación con los dirigentes saharauis.

En una primera etapa, se tiene la impresión de que el relanzamiento de las relaciones hispano-argelinas será responsabilidad de la Moncloa, en lo que constituiría una clara y significativa voluntad de la Presidencia del Gobierno español de calmar las susceptibilidades que ha despertado en Argelia y en el Polisario la inclinación promarrroquí de Fernando Morán.

A partir de las informaciones obtenidas por este periódico, puede deducirse que la estrategia que pretende seguir la Presidencia del Gobierno español en el relanzamiento de las relaciones hispanoargelinas pasa por las cotas siguientes:

- Voluntad de neutralizar toda presión posible del Polisario que pueda obstaculizar las relaciones con Argel.

- Crear conductos propios e n la Moncloa para seguir el proceso de relanzamiento, al margen de los canales diplomáticos habituales, lo cual, de hecho, significa reactivar la diplomacia paralela que mantenía Adolfo Suárez con Argel.

- Vincular el margen de maniobra en la reactivación de esas relaciones con la capital argelina a la decisión de conceder prioridad las relaciones con Marruecos, en particular, en el terreno económico.

La visita de Alfonso Guerra a Argel, que en principio estaba totalmente desligada del tema del Sahara, podría aportar elementos de contención contra una estrategia del Frente Polisario basada en dos aspectos principales: tratar de poner al Gobierno socialista frente a las responsabilidades suscritas por el partido socialista en los "territorios liberados" y relanzar las acciones militares destinadas a demostrar la capacidad de imponer la soberanía de la República Arabe Saharaui Democrática sobre las aguas del banco sahariano.

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