Escueta información en Moscú y satisfacción en el Departamento de Estado norteamericano
La agencia oficial soviética Tass esperó hasta la medianoche para ofrecer la noticia de la victoria conservadora en la República Federal de Alemania (RFA). Hasta entonces, los medios de comunicación soviéticos habían ignorado las proyecciones hechas por los computadores que daban como seguro el triunfo de Helmut Kohl desde varias horas antes.
Por su parte, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, llamó por teléfono desde la Casa Blanca al canciller alemán para felicitarle por el éxito de la coalición gubernamental en las elecciones.La portavoz del Departamento de Estado, Carolyn Johnson, hizo pública una declaración en la que expresa su "satisfacción" por el resultado electoral señalando que "las elecciones demostraron la fuerza y estabilidad de la democracia alemana".
Según informa nuestro corresponsal en Moscú, Félix Bayón, hasta primeras horas de esta madrugada, Moscú no había hecho público ningún comentario, que se supone que se hará esperar.
La prudencia habitual
A lo largo de la tarde, Radio Moscú, con su prudencia habitual, se había limitado a ofrecer escuetamente la noticia de que los alemanes habían acudido a las urnas, añadiendo sólo, que el partido comunista y los verdes -las dos formaciones más mimadas por la URSS- se habían presentado en todas las circunscripciones. Una información en términos idénticos fue ofrecida por el principal programa informativo de televisión soviética, el telediario nocturno Vremia.Este laconismo informativo soviético no debe ser interpretado, ni mucho menos, como muestra de apatía. La cúpula dirigente soviética -se estima en círculos occidentales de Moscú- se jugaba mucho en las elecciones generales celebradas ayer en la RFA.
Durante las últimas semanas, la Prensa soviética ha tratado con gran prudencia la campaña para las legislativas germanas. Sin embargo, no resultaba nada arriesgado suponer que la victoria del candidato socialdemócrata, Hans-Jochel Vogel, hubiera sido acogida por el Kremlin con agrado.
Hans-Jochen Vogel -que visitó Moscú el pasado mes de enero- parecía resultar un interlocutor más asequible a los planteamientos de la URSS sobre el desarme en Europa. Su oposición a la opción cero de Reagan hubiera facilitado las cosas a Moscú -de haberse proclamado vencedor- en las conversaciones que sobre este tema mantienen actualmente en la ciudad suiza de Ginebra los representantes de la Casa Blanca y el Kremlin.
Sin embargo -y como suele ser su norma en estos casos-, Moscú ha procurado no transparentar sus preferencias, considerando que cualquier muestra de apoyo podría perjudicar a su preferido. No obstante, los medios de comunicación soviéticos han emitido recientemente algunas críticas a la candidatura de derechas.
Ayer, sin ir más lejos, el diario gubernamental soviético Izvestia atacaba al cristianodemócrata bávaro Franz Josef Strauss por haber reivindicado durante la campaña electoral las tierras alemanas del Este del Oder-Neisse, que actualmente forman parte de la geografía polaca.
Izvestia emitía estas críticas en un comentario sobre la reciente visita a Moscú del ministro de Exteriores de Polonia, Stefan Olzowski, y subrayaba que el comunicado conjunto firmado al final de esta visita había dejado claro que, tanto Polonia como la URSS, consideran "garantizada la seguridad" de las fronteras polacas.
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