El Gobierno murciano protegerá las salinas de San Pedro del Pinatar para evitar especulaciones urbanísticas
El Gobierno regional de Murcia protegerá definitivamente las salinas de San Pedro del Pinatar, a orillas del Mar Menor, de la especulación privada, mediante el plan especial de protección, que el pasado miércoles salió a información pública. El proyecto coincide así con el período abierto a exposición pública del Plan General de Ordenación Urbana de ese término municipal, que hace una semana fue aprobado inicialmente en un pleno municipal, y en donde se contemplan parte de las salinas como suelo urbanizable programado (véase EL PAÍS del 20 de febrero pasado).
El consejero de Infraestructura Territorial, Juan José Parrilla, ha manifestado a este periódico que el Gobierno regional presentará alegaciones al PGOU del ayuntamiento centrista. El político está decidido a hacer prevalecer el ordenamiento que propone el Plan General, que se acoge al artículo 87 del Reglamento de Planeamiento. Este proyecto de precatalogación de parte del Mar Menor y extremo norte de La Manga es anterior, no obstante, al planteamiento urbanístico del término municipal de San Pedro, y sale al paso del intento de urbanizar parte del coto de Las Palomas, en las salinas, propiedad de Jose Ballester, donde tiene proyectada la construcción de 250 chalés de una sola planta. El promotor, muy conocido en la ribera marmenorense, ha prometido ceder al pueblo el pinar que existe en el coto, para su disfrute público, a cambio de edificar en dos millones de metros cuadrados.El plan de protección especial determina la expropiación forzosa de todo el coto, así como de los terrenos que ocupa la llamada charca norte de las salinas, también propiedad de Ballester. La comunidad autónoma indemnizaría a su propietario con, aproximadamente, unos noventa millones de pesetas.
El plan de conservación especial se extiende también al resto de las salinas, que aún explota Salineras Españolas SA, actividad industrial que pretende conservar, y llega hasta los límites de la urbanización Veneciola, en el extremo norte de La Manga. Por tanto, comprende las encañizadas de La Torre y El Charco, el molino llamado de La Calcetera y los islotes del Ventorrillo. Igualmente, establece una protección especial para las playas colindantes del Mojón y de La Llana. El equipo redactor de esta catalogación, EPYPSA (Estudios, Proyectos y Planificación, SA) establece a la vez una serie de actuaciones en este lugar, con el objeto de convertirlo en punto de interés general y no "en un sitio cerrado para uso y disfrute exclusivo de biólogos y naturalistas"
En el informe del plan especial, que dirige Emiliano Sanz Cañada, se recomienda al Gobierno regional que desestime definitivamente la proyectada carretera de acceso a La Manga, por su parte norte, ya que este vial partiría el lugar natural. Igualmente, se recomienda que no se instalen industrias para la cría artificial de peces, llamando la atención indirectamente por la ocupación actual de media hectárea del Patrimonio Nacional, al lado de las encañizadas que se protegen, por la empresa Muracua, dedicada a la cría artificial de langostinos, y hoy puesta en entredicho por la utilización de capital público para una. experiencia de vanguardia no muy comercial.
Controversia
Las autoridades regionales consideran muy estricto el plan, ya que desecha la urbanización del lugar y establece la conservación del medio. Sin embargo, es considerado insuficiente por los ecologistas locales. Entre ellos, el Grupo de Ecologistas de la Región de Murcia (GERM) y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). Estos censuran el proyecto de la construcción de un paseo marítimo, el ensanchamiento de la carretera que cruza el lugar y la creación de un camping en un extremo del mismo. Aseguran que estas iniciativas incrementarán un turismo masivo en el espacio a proteger.Frente a ello, tanto Sanz Cañada como Fernando de Retes, otro miembro del equipo que realizó el proyecto, consideran que estas obras de infraestructura sólo ordenan una actividad que ya existe. En tal sentido, explican el proyecto de un paseo marítimo en el lugar donde, masivamente, gentes de toda procedencia se reúnen para tomar baños de lodo, que aseguran les alivian los dolores reumáticos.
Allí mismo proyectan la ubicación de un aparcamiento en batería. Con ello pretenden, dicen, que los visitantes abandonen sus coches a dos kilómetros y medio de distancia de la playa de La Llana. De esta parte del litoral desaparecerá, por otra parte, la costumbre de realizar concursos de motocrós, que la han convertido, con los años, en un vertedero y en un lugar de gran concentración de decibelios.
El proyecto recoge también la apertura de varias sendas peatonales por el coto de Las Palomas y pinar del mismo, así como de otra senda para bicicletas, que rodeará todo el paraje, que tiene una extensión total de 7,2 millones de metros cuadrados.
Valores ornitológicos y vegetación
Las salinas de San Pedro están consideradas como una zona de marismas importante en la ruta de las migraciones del paleártico occidental. Son el eslabón intermedio de las aves que emprenden vuelo desde el delta del Ebro hasta el coto de Doñana. Estas aves migratorias recorren en esta ruta más. de ochocientos kilómetros, correspondientes a una región considerada por el geógrafo Geyper como la punta más desértica de Europa, si se exceptúa el área del mar Caspio, en la Rusia meridional. Su importancia, por tanto, es obvia para cualquier naturalista, comenta el informe documental de EPYPSA.En las charcas del lugar descansan, residen y anidan hasta un total de mil especies distintas. Destaca la nidificación del tarro blanco, que desde 1976 sólo construye sus nidos en este lugar. En algunas ocasiones se han observado concentraciones de más de mil flamencos, que reponen fuerzas para continuar viaje hasta las marismas del Guadalquivir. De ahí la importancia de conservar la charca norte, hoy propiedad de Ballester.
Este terreno hoy se encuentra en desuso por su abandono industrial, y ha sido salvado por la iniciativa clandestina de algunos ecologistas del lugar, que han abierto compuertas de cuando en cuando para dar entrada a nuevas aguas. Se protegerá especialmente el carrizal, muro espeso de cañas, que separa los límites del mundo externo con la zona de las salinas y que constituye un seguro para la tranquilidad de las aves.
Este plan especial de salvación para las salinas constituye, finalmente, una innovación en la actuación administrativa, según explica el jurista Juan Enrique Serrano. Se ha desechado la legislación sobre parques naturales y espacios protegidos, en una carambola legal que, predicen, será imitada en un futuro ante otros casos urgentes.
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