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EL FESTIVAL DE CINE DE BERLÍN

Una obra colectiva incorpora el tema de la guerra atómica y el apocalipsis nuclear a los actos de la 'Berlinale'

La guerra atómica, el apocalipsis nuclear, estuvo también presente en la 33ª edición del Festival de Cine de Berlín Oeste con la película colectiva de Heinrich Boell, Alexander Kluge, Volker Schloendorff y Stefan Aust Krieg und frieden (Guerra y paz), y en un documental norteamericano, El café atómico, presentado en la feria del cine de la Berlinale.

Por tercera vez, después de Alemania en otoño (1978) y El candidato (1980), el grupo de autores animado por Kluge y Schloendorff lanza una obra colectiva sobre un tema de acuciante actualidad, no sólo en la República Federal de Alemania. Guerra y paz es un collage, en el que se mezclan la realidad y la ficción, el reportaje y la elucubración sobre proximidad y lejanía en las formas de matar, las citas de Adorno y las imágenes que dejan en ridículo a los amos del mundo los señores sobre la guerra y la paz, reunidos en la cumbre de Versalles.Guerra y paz es un brillante panfleto, sin que en este caso la palabra tenga un sentido peyorativo encargado de sacudir las conciencias de quienes todavía prefieren mantener la política del avestruz ante la realidad de que "las potencias nucleares tienen un arsenal de armas atómicas de 20.000 megatones. Si ese potencial se cargase en forma de explosivos tradicionales, como la TNT, en un tren, se necesitarían mil millones de vagones y un tren de diez millones de, kilómetros de largo. Con otros cálculos: sobré la base de 4.000 millones de habitantes en la Tierra, a cada persona le corresponden cinco toneladas de carga explosiva de TNT. Esto se llama overkill, exceso de capacidad para matar".

Textos de Boell

La película es un producto dispar, resultado de la mezcla de los diálogos ficticios, escritos por el premio Nobel de Literatura Boell, y realizados por Kluge, con el excelente reportaje del periodista de la televisión alemana Stefan Aust, que analiza lo que sería la cubanización de la RFA: convertir el país en una rampa de lanzamiento de misiles, que llegan a Moscú, en un paralelismo con la crisis de Cuba a comienzos de los sesenta.Los diálogos de Boell son tres episodios, Conversaciones en el espacio, Bunker atómico y Kill your sister (Asesina a tu hermana), en los que el autor construye un mundo posterior al apocalipsis nuclear.

Dos norteamericanos sobrevivientes en una nave espacial establecen casualmente contacto con dos rusos, también sobrevivientes del holocausto atómico. "Amsterdam está hundida. Rotterdam, una isla ardiente. Dicen que nos olvidemos de Londres. El Rin arde desde Basilea a Estrasburgo". La entrevista con "el padre de la bomba de neutrones", rodeado de su esposa, niños y perro, pone los pelos de punta, cuando Sam Cohen explica su visión sobre lo que más quiere en el mundo: "Una ciudad, y arriba, en el aire, unos seiscientos o novecientos metros por encima de la ciudad, hago explotar mi bomba de neutrones". La bomba que mata a los hombres y respeta la propiedad, pero -como explica su inventor- "las personas son soldados enemigos y la propiedad es propiedad civil y con seguridad es moralmente aceptable respetar la propiedad civil".

Un general soviético, aviador en la segunda guerra mundial, explica cómo había que tener sangre fría para "aproximarse mucho y aguantar hasta tener la certeza de darle al avión enemigo".

En la guerra moderna las decisiones se toman desde la lejanía y basta apretar un frío botón.

La película Guerra y paz se lanza en la RFA en vísperas de las elecciones, en el momento en que la discusión sobre los nuevos cohetes atómicos está en su punto culminante. Este lanzamiento oportunista no la convierte en una obra pasajera, s no que tendrá vigencia en el futuro.

En la feria del cine de la Berlinale se proyectó El café atómico, un trabajo de montaje de tres jóvenes norteamericanos que intentan presentar "la historia y cultura de la era atómica". La película está editada completamente con material de propaganda oficial norteamericano y trata de "recrear la atmósfera de miedo, conformidad y ansiedad que caracterizó la guerra fría". El café atómico es un documento histórico y periodístico sensacional sobre los diez años posteriores a la guerra mundial en Estados Unidos. Al principio, el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, con explicaciones del jefe de la operación sobre su desarrollo, y siguen películas de propaganda contra el peligro rojo y las instrucciones a la población sobre el comportamiento que se debe seguir, al ser sorprendidos por una explosión nuclear.

La película-reportaje saca a relucir un mundo que hoy nos resulta inaudito, el de fines de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, cuando soldados norteamericanos y habitantes del atolón Bikini fueron empleados como cobayas humanos para estudiar las repercusiones de la radiactividad, o cuando una ciudad en Estados Unidos simuló lo que ocurriría al ser ocupada por los comunistas.

El café atómico es una película de visión obligada para los que quieran comprender las bases de la política de la tensión internacional y la guerra fría.

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