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El Gobierno mantendrá la solidaridad de España con Occidente, preservando la mayor autonomía posible

El jefe de la diplomacia española, Fernando Morán, declaró ayer en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados el propósito del Gobierno socialista de mantener la solidaridad de Madrid con Occidente, preservando el máximo grado de autonomía posible y evitando los automatismos de alineamientos incondicionales con la potencia hegemónica que propenden a la satelización. El ministro declaró su intento de elevar el presupuesto del departamento de los 19.000 millones actuales (de los cuales 6.000 de créditos extraordinarios) hasta 30.000 y enunció entre las prioridades normativas la remisión de proyectos de ley, sobre emigración, cooperación técnica internacional, servicio exterior, extranjería y asilo político.

El ministro anunció la presencia de España en la cumbre de países no alineados que tendrá lugar en Nueva Delhi; juzgó probable, aunque aún no haya decisión firme, su ausencia del Comité de Planes Nucleares de la OTAN convocado próximamente en Lisboa; matizó que la firma del Tratado de no Proliferación Nuclear quedará pospuesta a los estudios sobre los requerimientos de la Defensa actualmente en curso; se comprometió a cumplir con los deberes que como anfitrión corresponden a nuestro país respecto a la CSCE, y precisó cómo en adelante se analizarán las enmiendas al documento final una por una sin entrar a patrocinarlas en bloque.Asimismo, se declaró expectante frente a la Conferencia del Mediterráneo anunciada por Mitterrand, sólo aceptable si no se centra en las repercusiones de la ampliación de la CEE a los países de la ribera sur; propugnó una mejora de relaciones con la URSS y los países del Este, en línea con lo que es habitual entre las naciones de Occidente; defendió la política de entendimiento con Francia y aseguró que el Instituto de Cooperación Iberoamericana es un órgano del ministerio de Asuntos Exteriores, bajo cuya unidad de acción se encuentra.

En opinión del ministro, la meta de autonomía en el ámbito internacional sólo podrá asegurarse mediante el concurso de una voluntad política continuada y la comprensión de las fuerzas parlamentarias, incluidas las de oposición respecto a los objetivos de una política de Estado. El ministro se esforzó por explicar los perfiles y las líneas de acción de la nueva política exterior, inspirada en el principio de contribuir al afianzamiento de la democracia española y en la consecución de objetivos nacionales propios.

El tratado con Estados Unidos

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Fernando Morán anunció que la ratificación del Convenio de amistad y cooperación con los Estados Unidos está pendiente de la inclusión de un anexo donde se aclara el sentido de las referencias textuales a la OTAN, entendidas como menciones al Tratado de Washington, sin implicación alguna a la organización militar integrada. El anexo precisa también que de la alteración del actual estatuto de España en la OTAN se derivaría la necesidad de una renegociación, cuyo comienzo pueden, independientemente de esa circunstancia, reclamar en todo momento cualquiera de las dos partes signatarias. El ministro llegó acompañado del jefe de su gabinete, José Dicenta, y ocupó su puesto junto al presidente de la Comisión, el diputado socialista Manuel Medina. El reloj señalaba las 11.10 horas de la mañana. Cerca seguía el desarrollo de la sesión el director de la Oficina de Información Diplomática, Fernando Schwartz.

En el curso de su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los diputados el titular del departamento repasé. las definiciones del Gabinete en torno a la Alianza Atlántica, la Comunidad Europea, los países vecinos, Gibraltar, Latinoamérica, Próximo Oriente, países del Este, CSCE y los ambiciosos proyectos de una agencia de cooperación. En este último capítulo el ministro brindó la iniciativa -ahora que concluye la aportación de los presupuestos del Estado a la Iglesia Católica- cuando se estudia la deducción de un impuesto a quienes declaren libremente su confesión religiosa, de ofrecer una alternativa análoga a los que prefieran prestar su contribución a un fondo para la cooperación con el Tercer Mundo.

El titular ole Exteriores explicó que el maniqueísmo internacional y la militarización del pensamiento político impuesta por el predominio de las concepciones geoestratégicas favorece un clima preto

talitario muy perjudicial. Por eso se declaró en favor de una política progresista, que, sin óbice para los intereses nacionales, impulse las causas de la distensión, el entendimiento y la cooperación.En una intervención jalonada de frases castizas contra la España del tute y la achicoria, en la que fustigó el paso de la abulia a la epilepsia caracterizado por Ganivet, el ministro no ahorró imágenes incitadoras a la madurez y denigradoras del abandono en la permanente adolescencia. Uno de sus predecesores en el palacio de Santa Cruz, allí presente, valoró la exposición por su carga de contenidos pedagógicos. Fernando Morán se esforzó por llegar a la claridad y mostrarse permeable a las aportaciones de los parlamentarios. Sólo endureció su tono en algunas referencias a la Prensa y en la ironía de sus respuestas a los portavoces de UCD, Marcelino Oreja, a quien se dirigió siempre llamándole ministro, y del Grupo Popular, Antonio Carro.

Este último se sintió directamente aludido cuando el actual responsable de la diplomacia española definió la actual política exterior fuera de las hipertrofias nacionalistas de las posiciones entreguistas que paradójicamente coexistieron en otras épocas con resultados como el abandono del Sahara, territorio para el que pudieron encontrarse salidas mas acordes con los intereses nacionales.

El presidente de la Comisión delegó a Carro su pretensión de replicar al ministro, basado en una interpretación discrepante del reglamento de la Cámara.

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