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El Consejo Nacional Palestino busca en Argel un consenso que haga posible ofrecer un frente unido ante Israel

La más importante sesión del Consejo Nacional Palestino (CNP, Parlamento en el exilio) de los últimos tiempos -y la primera desde la expulsión de los palestinos de Beirut por las fuerzas israelíes- empezó ayer en Argel con gran solemnidad. Tras la celebración de múltiples reuniones informales, los diferentes grupos de la resistencia palestina llegaron aparentemente a un consenso sobre los principales puntos en litigio. "El consenso es un hecho en un 80%", afirmó el portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Labadi.

Minutos antes de las seis de la tarde de ayer, el presidente del CNP, Jaled el Fahum, seguido por el secretario general de la Liga Arabe, Chadli KIibi, por el líder de la OLP, Yasir Arafat, y por el presidente de Argelia, Chadli Benjedid, tomaron sucesivamente la palabra ante los 350 delegados palestinos, cuatrocientos invitados extranjeros, procedentes de casi todos los países del mundo, pero con la excepción de Israel y Estados Unidos, y otros tantos periodistas, para inaugurar la decimosexta sesión del Parlamento palestino.Jaled el Fahum recordó en el discurso de apertura "a todos los mártires de Palestina y a todos aquellos que murieron por el honor de la nación árabe", especialmente las víctimas "de la matanza de Sabra y Chatila", y pidió por todas ellas un minuto de silencio antes de que Arafiat evocara con lirismo y temblores en la voz "los regueros de sangre que no han sido vertidos en vano en territorio libanés".

"Recuerdo a Estados Unidos", agregó el máximo dirigente de la OLP, "que está siempre al lado de Israel, que no debe de olvidar que Israel ha provocado cinco guerras, cinco calamidades en nuestra región, y que la guerra de Líbano no será la última. No habrá paz, no habrá ninguna solución en Oriente Próximo mientras se pisoteen los derechos del pueblo palsetino... su derecho a regresar, a autodeterminarse en nuestros territorios ocupados, su derecho a construir un Estado independiente cuya capital será Al Qods (Jerusalén, en árabe)".

En un ambiente emocionalmente cargado, rodeados de estríctas y aparatosas medidas de seguridad, el primer reencuentro de todos los responsables palestinos desde su evacuación de Beirut a finales de agosto, hace ya cinco meses y medio, tuvo lugar ayer en el Palacio de las Naciones, situado al borde del mar, a unos veintidós kilómetros al oeste de Argel.

Mientras una lancha con sofisticados radares patrullaba por el mar, la policía y la gendarmería argelinas controlaban todas las carreteras que conducen a ese lugar paradisíaco, en cuyos alrededores numerosas pancartas y carteles anunciaban en árabe el acontecimiento: "Abrid las fronteras árabes a la actividad de la OLP", "Unidos y movilizados por la victoria palestina" y "Lo que ha sido usurpado por la fuerza sólo puede ser recuperado de la misma manera".

Privilegiar la diplomacia

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A pesar de esta alusión a la continuáción de la lucha armada contra Israel, todas las reuniones informales de los principales dirigentes de grupos palestinos que integran la OLP apunta a que el CNP adoptará, dentro de unos diez días, resoluciones que privilegiarán la opción diplomática, y más dado que desde la pérdida de sus bases del sur de Líbano los fedayin difícilmente pueden llevar a cabo operaciones de guerrilla contra el Estado hebreo.En las conversaciones informales previas a la reunión, la dirección palestina ha llegado prácticamente a un consenso, según señalan fuentes solventes, sobre las principales cuestiones que hasta ahora enfrentaban a la línea moderada, encabezada por Yasir Arafat, con la tendencia radical del Frente Popular de Liberación de Palestina de Nayef Hawatmeh: el séptimo punto del plan árabe de paz elaborado en Fez, en el que se reconoce implícitamente el derecho a la existencia de Israel.

En cambio, ni el plan de paz para Oriente Próximo del presidente norteamericano, Ronald Reagan, ni el diálogo con los movimientos pacifistas israelíes han suscitado la unanimidad, precisan las mencionadas fuentes.

Los grupos radicales y minoritarios en el seno de la resistencia palestina, que criticaron recien temente en Trípoli el plan de Fez, han acabado por aceptarlo con pequeños matices, como también han dado su visto bueno para que el eventual Estado palestino, creado algún día en Cisjordania y Gaza, se confeder con Jordania.

El ala palestina moderada ha hecho, a su vez, concesiones, negándose a que, como pide la Administración norteamericana, se constituya una delegación conjunta jordano-palestina para negociar con Washington en torno al plan Reagan; acepta limitar los contactos con Egipto a un nivel subalterno y descarta, por ahora, un viaje de Arafat a El Cairo.

La actitud de cara al plan Reagan sigue siendo el principal punto de discrepancia sobre el que los responsables de la OLP intentaban ayer encontrar "una formulación con la que nos definamos", declaró Abu Jihad, comandante en jefe de las fuerzas palestinas. Todas las organizaciones que integran la OLP han evitado cuidadosamente rechazar tajantemente la inciativa estadounidense, y aunque han reconocido que contiene "aspectos positivos", la han criticado enérgicamente por descartar la creación de un Estado palestino cuya fundación siguen reivindicando.

El plan Reagan toma en consideración algunos "derechos legítimos palestinos", además de preconizar la retirada israelí de Cisjornadia y Gaza.

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