El filme 'Monsieur Verdoux' abre un festival con las obras maestras de Chaplin
La reposición de Monsieur Verdoux, la más discutida de las películas de Charles Chaplin, inicia el Festival Charles Chaplin en un cine de Madrid, a partir de mañana, con el pase de las obras maestras, los largometrajes mudos y sonoros y los más significativos cortos. La misma distribuidora que el pasado año importó las películas de Buster Keaton presenta, en versión original subtitulada, los ocho largometrajes de Chaplin que hace más tiempo que no se exhiben en España.
Tras realizar en ocho años setenta cortometrajes de diez, veinte, cuarenta y sesenta minutos de duración, Charles Chaplin se ha convertido en el actor de mayor fama mundial, ha creado el personaje de Charlot, con el cual se le identifica, y ha amasado una gran fortuna. No obstante estos triunfos, la ambición le lleva al largometraje y entre 1923 y 1966 produce, escribe, dirige y también interpreta diez.El más atacado, discutido y posiblemente mejor es Monsieur Verdoux (1947), una gran farsa realizada a partir del personaje del famoso asesino francés Landrú. Chaplin demuestra que si la diplomacia conduce a la guerra, los negocios llevan al crimen, para concluir afirmando que, si aquella se admite, por qué no éstos. Causa gran escándalo en su momento.
Chaplin no fue jamás un personaje muy querido en Estados Unidos. Los norteamericanos nunca vieron con buenos ojos que continuase siendo inglés, ni sus espectaculares divorcios con Mildred Harris y Lita Grey; que no se hubiese alistado para luchar en la primera guerra mundial, y la filosofía izquierdista que se desprendía de sus películas. En gran medida para criticar esta situación, realiza Una mujer de París, pero, por miedo a la censura del recién creado código Hays, traslada la acción a Francia y desvirtúa el ataque a la opinión pública norteamericana.
Durante la segunda guerra mundial, comienza el peor período de su vida. Ha realizado tres di vertidas comedias mudas con su personaje, Charlot: La quimera del oro (The Golden Rush, 1925), El circo (The circus, 1928) y Luces de la ciudad (City Lights, 1931). Ha alcanzado un éxito extraordinario, a pesar de que el último se estrena en plena fiebre del sonoro, y mundialmente se le considera el gran genio del cine. Tiempos modernos (Modern times, 1936) es una comedia sobre los problemas de la mecanización, y El gran dictador (The great dictator, 1940), una sátira sobre las dictaduras de Hitler y Mussolini, donde, por primera y única vez, Charlot habla. Y se dispone a escribir el guión de su siguiente película, Shadow and Substance.
Una llamada de Orson WeIles
Un día le llama Orson Welles -entonces un joven de menos de treinta años que está al final de su época de triunfo en Hollywood- para decirle que va a rodar una serie de historias basadas en personajes de la vida y que él sería el intérprete adecuado para Landrú. Según cuenta Chaplin en su autobiografía, publicada en 1964, la idea le interesa porque le permite no tener que escribir ni dirigir la película, pero rechaza la proposición cuando se entera que debe escribir el guión con WeIles. No obstante, se da cuenta que Landrú puede ser el origen de una buena comedia.Chaplin propone darle 5.000 dólares para evitar malentendidos, aunque la historia de Landrú es del dominio público. WeIles acepta, pero con la condición de que, una vez acabada, pueda poner "sobre una idea de Orson WeIles", tal como aparece en los títulos.
Según otras versiones, la megalomanía de Chaplin le lleva a apropiarse de un guión de Welles, aprovechando la mala situación económica de éste, e incluir la referencia a él sólo después del estreno, ante la presión de los abogados y el fracaso de la obra. Aunque en realidad parece ser que trabajaron juntos una temporada, dadas sus absorbentes personalidades no se entendían.
Esta historia, donde también se concentra el odio de Chaplin contra la mujer norteamericana y su matriarcal concepción de la vida, pasa de llamarse Lady Killer a denominarse Monsieur Verdoux porque la acción se desarrolla en Francia para evitar posibles problemas con la censura. A pesar de esta argucia, el guión es rechazado varias veces por la censura, dependiente de la asociación de productores, que no ve con buenos ojos esta terrible sátira pacifista que gira en torno a un agradable asesino de mujeres.
Ligas de decencia
En mayo de 1946, comienza el rodaje de Monsieur Verdoux tras hacer algunas variaciones en el guión. La codirigen Robert Florey, un antiguo colaborador y amigo, y Wheeler Dryden, hermanastro de Chaplin. En abril de 1947 se estrena en Hollywood y Nueva York, y la Prensa, la opinión pública y las ligas de decencia caen sobre ella, se prohíbe en varios estados y hace unas recaudaciones ridículas. Chaplin se salva de la ruina al reestrenar meses después con gran éxito Luces de la ciudad y la repercusión que tiene en algunos países de Europa.En España se estrena en 1948, distribuida por Cifesa; no tiene muchos problemas con la férrea censura de la época, pero pasa desapercibida entre la desolación de la posguerra y es la única película de Chaplin que no ha vuelto a reponerse.
En octubre de 1947 comienzan las sesiones del Comité de Actividades Antinorteamericanas, y acusan a Chaplin de no ser norteamericano, no participar en la guerra y hablar en público a favor de la Unión Soviética. Cansado de los grandes escándalos provocados por sus tres últimas obras, Tiempos modernos, El gran dictador y Monsieur Verdoux, decide hacer una historia de amor sin complicaciones. Así nace Candilejas (Limelight, 1952), que realiza en poco menos de un año. Tiene miedo de estrenarla en Estados Unidos y lo hace primero en Londres y París. Sale en el Queen Elizabeth con su familia hacia Europa, y durante la travesía las autoridades anuncian que le han abierto un expediente por actividades antinorteamericanas. Oona renuncia a la nacionalidad norteamericana; toda la familia se instala en Suiza, y Chaplin se niega a pagar los 100.000 dólares que le reclama la Hacienda.
Cinco años después rueda en Londres Un rey en Nueva York (A King in New York, 1957), una pretendida crítica feroz sobre la sociedad norteamericana que quiere ser su ajuste de cuentas, pero el resultado, tanto por calidad como por virulencia, queda muy lejos de Monsieur Verdoux y sus otras obras críticas. Su última película es La condesa de Hong Kong, una hábil comedia intrascendente para mayor lucimiento de Marlon Brando y Sofia Loren, donde Chaplin no actúa.
Babelia
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