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TRIBUNALES

Condenada a 28 años de prisión por matar a su abuela para robarle 99.000 pesetas

La Audiencia Provincial de Pamplona ha condenado a la joven de diecinueve años Almudena Porras Colás, estudiante, a la pena de 28 años, diez meses y 21 días de reclusión mayor, como autora responsable de un delito de robo con homicidio en la persona de su abuela, María Esther Goyena, de 73 años de edad, hecho ocurrido en Pamplona el 9 de junio de 1982. La sentencia señala que no cabe admitir la inimputabilidad de la acusada por enfermedad psíquica, como solicitaba la defensa en la vista oral del juicio, al no haber prueba alguna de esa supuesta enfermedad.

Los hechos por los que se ha condenado a estas dos personas ocurrieron en Pamplona el 9 de junio de 1982. Ese día, según la sentencia, un menor de edad, P.M.C, que en la actualidad está en un reformatorio en Alicante, comentó con su amiga y compañera de Instituto Almudena Porras, que estaba muy escaso de dinero y que pensaba realizar alguna sustracción, comentarios que realizó también con Oscar Hernández, de 16 años, condenado en la misma sentencia a seis meses de arresto mayor. El mencionado menor acordó con Almudena, sin la intervención de Oscar, entrar en la casa en que vivía María Esther Goyena, viuda, para apoderarse del dinero y joyas que aquella sabía que su abuela tenía.Este acuerdo se comunicó a Oscar, que aceptó participar siempre que no se causara daño fisico a nadie. El menor pidió a Oscar el cinturón que ésta llevaba, a lo que él accedió sin percatarse de la forma en que podía ser utilizado. Almudena posteriormente llamó a la puerta de la casa de su abuela, siendo recibida por ésta, mientras se quedaban los dos jóvenes fuera, en espera de que la joven les abriera, lo que esta hizo instantes después. Solo entró el menor y Oscar Hernández se quedó fuera. Inmediatamente "y en acción coordinada, Almudena y el menor se abalanzaron sobre María Esther, a la que uno de ellos golpeó en la cabeza con un objeto contundente, ante lo cual la anciana profirió un fuerte grito que, oído por Oscar, determinó que éste huyera del lugar. Mientras, Almudena y el menor, continuando su acción, rodeaban el cuello de su víctima, caída ya en el suelo, con el cinturón, tirando cada uno de un extremo con fuerza, le golpeaban en la cabeza, tratando así de rematarla y causarle la muerte. Muerte que le sobrevino no por los golpes, sino por asfixia a consecuencia de la estrangulación".

Dinero y joyas

Una vez cometido este hecho, registraron las habitaciones y muebles de la casa, apoderándose de 3.000 pesetas en metálico y de joyas valoradas en 96.000 pesetas. Encontrándose aún los dos en el piso llamó una vecina que había visto entrar a los jóvenes que se preocupaba porque estos no salían. Al no abrirle nadie la puerta, telefoneó a la Policía. Esta vecina vio luego bajar a Almudena y a P.M.C. a la calle, descubriéndose posteriormente el cadáver de la anciana. Almudena y su compañero se marcharon a esconder el dinero en el soporte de una señal de tráfico y a enterrar las joyas que un día después serían recuperadas.

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