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Veredicto israelí sobre la matanza de palestinos

El ministro de Defensa, Ariel Sharon, se niega a dimitir

Ariel Sharon ha rechazado la recomendación de la comisión independiente encargada de investigar las matanzas de palestinos en Sabra y Chatila, al sur de Beirut, y se niega a dimitir. El ministro israelí de Defensa rechaza igualmente las conclusiones de la comisión sobre el jefe del Estado Mayor, general Rafael Eytan; el jefe de los servicios de información del Ejército, general Isaac Saguy, y el responsable militar de Beirut, teniente general Amos Yaron. Conclusiones que condenan severamente la conducta de estos oficiales generales. "Son unos valientes soldados a los que la patria, la nación, deben mucho", afirmó Sharon en la reunión del Gabinete, en la tarde de ayer.

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El primer ministro, Menájem Beguin, y el ministró de Defensa se reunieron anteriormente en privado, y se vio a Sharon abandonar la residencia del presidente de Gobierno enfurruñado, el rostro rojo de cólera, el paso vivo.Las versiones más fiables indican que Beguin habría preguntado a Sharon qué pensaba hacer. Ante la negativa de Sharon a dimitir, Beguin hizo saber a varios de sus ministros, antes de la reunión del Gabinete, que no pensaba destituir al ministro de Defensa si éste se negaba a dimitir.

Varios ministros, entre ellos los dirigentes del partido Likud, al que pertenecen Beguin y Sharon, exigen la salida de este último del Ministerio de Defensa para pasar a ocupar un puesto de ministro sin cartera en el Gobierno. Otros se inclinan por la dimisión colectiva del Gabinete y la convocatoria de elecciones anticipadas. Esta última tesis tendría el apoyo de Beguin, convencido de que los partidos que forman el Gobierno, y en primer lugar el Likud, saldrían considerablemente reforzados de una consulta electoral. Existe un problema, sin embargo: dos miembros de la coalición, el Partido Nacionalista Religioso y el TAMI, partido de los judíos orientales, temen el veredicto de los electores, a corto plazo al menos. Sin sus votos -nueve diputados- Beguin no dispone de la mayoría requerida para disolver la Kneset. En estas condiciones, el presidente Navon puede dirigirse al grupo parlamentario más numeroso, actualmente el Frente Laborista, para que designe un jefe de un nuevo Gabinete.

Sorpresa de la oposición

Las recomendaciones de la comisión, claras, sólidamente argumentadas, que piden las dimisiones de Ariel Sharon, ministro de Defensa; del general Eytan, jefe del Estado Mayor; del general Saguy, jefe de la información militar, y el alejamiento del teniente general Yaron, comandante del distrito de Beirut, de cualquier puesto de responsabilidad durante los próximos tres años, han sorprendido no solamente al Gobierno, sino también a la oposición.Recomendaciones "sin precedentes", en opinión del diputado de la oposición Anmon Rubinstein, que piensa que debe dimitir todo el Gobierno.

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¿Por qué? Porque el mismo Beguin no ha salido sin mancha del escándalo. Rubinstein recuerda que la comisión no ha aceptado la versión del primer ministro según la cual "no se podía imaginar que los falangistas actuasen como lo hicieron en los campos de refugiados". Al igual que Moshe Dayan, en el informe de la comisión Agranat, Menájem Beguin, en el informe de la comisión Kahane, "ha quedado liberado sólo de la responsabilidad directa, perseinal. Su responsabilidad ministerial todavía es una cuestión no resuelta", afirma Rubinstein.

Sólo recomendaciones

Para el diputado del partido Likud David Mangen, Ariel Sharon no debe dimitir, ni tampoco el Gobierno. Este diputado recuerda que las recomendaciones de la comisión de investigación "no son más que recomendaciones, y que la decisión final pertenece al Gobierno. Tengo plena confianza en el primer ministro, al que considero un hombre prudente, inteligente y justo". Esta confianza absoluta en el criterio de Beguin surge en las declaraciones de varios diputados de la coalición gubernamental, que prefieren no pronunciarse públicamente.El Partido Laborista no ha hecho pública una reacción oficial, y se espera conocer la decisión del Gobierno antes de adoptar una postura. Con todo, el presidente del partido, Shimon Peres, ha hecho saber que espera la dimisión "no solamente de Sharon, que debería ser evidente, sino de todo el Gobierno, que debe asumir la responsabilidad colectiva de lo que ha pasado". Peres ha rechazado las sugerencias, formuladas por algunos ministros, de que se integre en la coalición, para formar un Gobierno de unidad nacional donde ocuparía la cartera de Defensa reemplazando a Sharon.

El público israelí se mantenía inicialmente indiferente ante el acontecimiento. Fue después del mediodía cuando los diarios vespertinos aparecieron con titulares a toda plana: "¿Dimite Sharon?", y la radio y la televisión dedicaron, durante horas, emisiones especia les al informe a la comisión de investigación. Entonces, la opinión pública comenzó a reaccionar.

Una vez más, el país se dividió en dos. De un lado, las clases medias y la burquesía, los intelectua les que aprueban las recomendaciones de la comisión Kahane. De otro, las masas populares, asombradas, escandalizadas poque se haya osado tocar a Arik, mote afectuoso de Sharon, y a nuestros generales. "El veredicto es claro. Corresponde actuar ahora al Gobierno, si pretende respetar la opinión de una comisión que él mismo designó. Respetar esa opinión es respetar las tradiciones democráticas" afirma una mujer de aspecto intelectual.

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