España recupera su papel de anfitrión en la Conferencia de Madrid sin olvidar su condición de aliado "sólido y fiel"
España está dispuesta a desempeñar un papel de mediación en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Madrid con el propósito de alcanzar un resultado positivo de la reunión, según declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, quien, sin embargo, reiteró la vocación occidentalista de nuestro país.
En cuanto al futuro inmediato de esta octava fase de la CSCE de Madrid, que culminará el próximo 27 de marzo, es aún prematuro decir si podrá haber un diálogo efectivo después de meses de enfrentamiento, pero al menos todas las partes se han pronunciado por la consecución de un documento sustancial que evite el fracaso.Morán explicó el giro de la política exterior española en la CSCE como la recuperación del papel que España, en tanto que país anfitrión, "no debió perder" en este foro internacional.
De todas maneras, el ministro español dijo, después de su intervención ante los representantes de los 35 Estados de la Conferencia, que España sigue siendo miembro de la OTAN y como tal "un aliado sólido, fiel y cooperador", lo que no impide que en las reuniones atlantistas en las que seguirá participando mantenga su propio criterio y discrepe de opiniones que considere contrarias a su libertad de acción.
El mensaje de Morán fue calificado por una fuente diplomática soviética como de "muy importante", pero no quiso dar mayores explicaciones y se remitió al discurso que pronuncie el embajador de la URSS, Anatoli Kovaliov, probablemente el próximo viernes. Por su parte, el embajador norteamericano, Max Kampelman, agradeció la intervención del ministro español por entender que constituye "una importante contribución a nuestras deliberaciones".
Morán dejó claro que España está dispuesta a poner todos los medios materiales a su alcance para que la presente Conferencia concluya con la seriedad necesaría. Y subrayó que el espíritu de Helsinki es un eje de la política exterior española.
Este espíritu representa, en opinión de Morán, "el único elemento de la vida internacional que se opone a la militarización del pensamiento político", lo que conlleva eliminar la simple clasificación de "amigo-enemigo". A lo largo,de su intervención, y posteriormente ante los periodistas, Morán explicó que el espíritu de la distensión debe sobrepasar los estrictos límites de la CSCE para convertirse en factor de paz en todo el mundo y que además del necesario diálogo entre las dos superpotencias, otros element')s, desde potencias medianas hasta nuevos grupos sociales -ecologistas, jóvenes-, tienen algo importante que decir en el proceso pacificador.
Dentro de este aspecto de conseguir que la distensión aporte un medio de'paz por encima de las relaciones Este-Oeste, Morán se refirió al conflicto centroamericano, en cuya pacificación deben contribuir no sólo los propios países interesados, sino aquellos otros amantes de paz y que puedan aportar algo positivo para "un arreglo internacional".Dentro del papel de mediador que pretende desempeñar en esta nueva fase de la CSCE la delegación española, Morán explicó que hay una propuesta concreta sobre aspectos de la seguridad en el Mediterráneo, aspecto hasta ahora marginado de la Conferencia.
De la misma forma, el jefe de la diplomacia española reiteró su propósito de conseguir un mayor protagonismo para España en la CSCE y está dispuesto a que en el territorio español se celebre la conferencia sobre medidas de confianza en Europa.El ambiente en Madrid es cuando menos distendido, y los soviéticos se han permitido invitar a la sesión de ayer a uno de sus mejores estrategas: el campeón del mundo de ajedrez, Anatoli Karpov. Entre tanto, los cinco países del Pacto de Varsovia que intervinieron ayer reiteraron la necesidad de "concesiones recíprocas". Por su parte, los países occidentales están dispuestos a modificar todas las enmiendas al documento-base RM/39, lo que se considera en ambientes diplomáticos como suficiente para iniciar el diálogo con el Este.
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