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Teresa Berganza vuelve al Teatro Real

Hoy vuelve Teresa Berganza a la escena del teatro Real, para interpretar un recital benéfico, acompañada por el pianista Alvarez Parejo. Desde sus actuaciones en el teatro Carlos III, de El Escorial, y en el Real, la pasada primavera, el público madrileño no escuchaba a una cantante por la que además de admiración siente un cariño muy profundo.Con ocasión de sus bodas de plata con su carrera, Teresa viene recibiendo muy diversos homenajes en todas partes. Uno muy interesante ha sido el álbum-libro de Sergio Segalini, biografía de la mujer y la cantante desde la niñez hasta nuestros días.

Sin desmerecer todos los aprendizajes de Teresa -y ella declara sin equívocos cuánto debe a Lola Rodríguez de Aragón-, hay una realidad inamovible: Teresa Berganza nació para cantar, más aún, nació para ser la cantante que desde muy pronto fue fusión interna de musicalidad y técnica vocal en un arte que, hasta cuando se manifiesta alegre, aparece teñido de una cierta melancolía.

Recuerdo aquel lejano Congreso de Juventudes Musicales, en el que un recital de Teresa Berganza desencadenó algo distinto a la admiración: la solidaridad de una generación entera.

Antes había sido la sorpresa de El barbero de Sevilla, en el concurso para el Premio Lucrecia Arana, o la "inconsciencia" -como dice la misma Teresa- de Amor y vida de mujer, de Schumann, ventana, sin embargo, abierta a otra dimensión de la intérprete. Casi inmediatamente comenzó, en Aix y en Glyndebourne, la historia de las heroínas de la Berganza: Dorabella, Rosina, Cenerentola, Carmen -triunfante hace sólo unas semanas en París-, Carloata, Neris, Salud y, durante mucho tiempo, el singular Cherubino. El arte y el nombre de Teresa Berganza circulan por los primeros escenarios líricos, se unen a las grandes batutas e, incesantemente, vuelcan su intensidad en el mundo del lied, la melodie y la canción.

La cantante madrileña combina dos actitudes, dos dones, si se quiere: la interiorización y la más abierta comunicatividad. Como ha declarado más de una vez, la Berganza "es una drogada por la música y quiere aprovechar todas sus posibilidades de expresión". Si enteras no caben en un recital, basta un recital para admirar el brillo de la personalidad de Teresa, reverberante de luces y emociones.

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