Un Schumann íntimo y expresivo

El programa de la sinfónica de RTVE, dirigida por Gómez-Martínez, presentaba un punto de excepcional interés: la actuación, por vez primera entre nosotros, de la joven violonchelista yugoslava Ksenija Jancovic, primer premio en el concurso internacional Gaspar Cassadó, de Florencia, 1981.La Jancovic tiene veinticinco años, y posee ya una técnica y un criterio interpretativo excepcionalmente maduros. Nacida en el seno de una familia musical, de ella recibió la incitación y las primeras enseñanzas, completadas en la capital de Yugoslavia con Ristic y perfeccionadas luego con Rostropovitch, Fournier y André Navarra.

La dirección elegante, el fraseo cantábile y sin excesos, parece próximo a la manera de Fournier, en tanto la técnica mecánica se afilia a la gran línea reformada por Casals y prolongada por los tres maestros de la Jancovic.

El Concierto en la menor, de Schumann, encierra todo género de dificultades: es muy difícil sin ser lúcidamente virtuosista; precisa de una potencia expresiva grande sin ofrecer posibilidades de directo despliegue a la Dvorak; encima, el violonchelo está envuelto en una orquestación, original pero, cuando menos, problemática.

La interpretación de la Jancovic superó tantas pruebas para decirnos toda la obra desde un intimismo, una calidad sonora y una continuidad tales que no parecía sino que estuviera cantando uno de los grandes lieder de Schumann. Gómez-Martínez y la RTVE colaboraron en los buenos resultados, acogidos por el público con muy largas ovaciones que obligaron a la solista a una breve pieza de regalo.

El director granadino completó el concierto con una bien enfocada versión de la Sinfonía Militar, de Haydn, la brillante reaparición del poema sinfónico de Jesús Guridi Una aventura de Don Qujote (que no es otra sino la tenida por el ingenioso hidalgo con el caballero vizcaíno), y, en fin, las Travesuras de Till Eulenspiegel, más pintadas que estructuradas en la versión de Gómez-Martínez, cuando uno y otro valor se dan la mano en el rondó de Strauss.

En suma, un programa interesante, una presentación de gran calidad como es la de Jancovic y una jornada total desarrollada bajo el signo del éxito.