Deseos de venganza de una mano ampurada
Cuando a Orlac le trasplantaron las manos de un asesino, no podía controlar su propia voluntad: por encima de él, aquellas manos ajenas continuaban matando. Algo similar le ocurría al monstruo de Frankestein cuando, por error, recibía el cerebro de un delincuente en lugar del del sano cadáver previsto...Hay una cierta tradición en el cine de suspense que nos habla de la libertad individual de algunas zonas del cuerpo humano que no descansan en paz hasta haber recompuesto a su gusto las injusticias de esta vida.
El protagonista de La mano, triunfador dibujante de comies, se ve asediado, contra su voluntad, por los deseos vengadores de su propia mano, amputada por accidente el mismo día en que su esposa ha decidido abandonarle. Un cierto misterio impregna, desde entonces, su vida: la mano solitaria realiza los oscuros y reprimidos deseos de su ex propietario. Deseos que siempre concluyen en tragedia.
La mano
Guión y dirección: Oliver Stone, según la novela de Marc Brandel 'The Lizard's Tall'. Fotografía: King Baggot. Música: Jamer Horner. Intérpretes: Michael Caine, Andrea Marcovicci, Annie McEnroe, Viveca Lidfords. Norteamericana, 1982. Suspense.Locales de estreno: Rosales, Tívoli.
Para narrar tan breve historia, cuyo desenlace no mejora la calidad media de lo anterior, el realizador Oliver Stone ha utilizado un sistema de sugerencias con la pretensión de que el espectador se interese por conocer lo que la película cree no explicar con suficiente claridad: ¿es realmente esa mano autónoma la que asesina? ¿Está controlada por una voluntad supenor? ¿Hay otro asesino que nada tiene que ver con el trozo del cuerpo mutilado? ¿Es el protagonista quien mata inconscientemente en su progresiva paranoia?
Sin sorpresas
Puede, sí, que el espectador se interrogue de esta forma. Para ello, necesita que la película le atraiga desde el primer momento, lo que no es difícil dada la cantidad de posibilidades que el argumento encierra, y le mafitenga interesado durante el resto de la larga proyección, lo que ya es mucho más difícil, dada la monotonía de las situaciones. Es ilusorio creer que el espectador no imagine con certeza cuanto la película pretende descubrir en su última parte.La mano es un filme sin sorpresas, realizado con tanta dignidad como falta de imaginación. Ni el seguro Michael Caine logra superar lo limitado de la oferta.
Babelia
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