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El 'caso Moro' ha quedado visto para sentencia en Roma

Juan Arias

El tribunal responsable de juzgar a los presuntos culpables del secuestro y asesinato del líder democristiano italiano Aldo Moro y de los cuatro hombres de su escolta lleva encerrado deliberando desde las tres de la tarde del lunes y se prevé que tardará por lo menos una semana en emitir sentencia.

El proceso comprende dos sumarios juntos, pero distintos: el Moro uno, que se refiere sólo a los acusados implicados en este caso, y el Moro dos, que comprende a todos los brigadistas rojos acusados de actos criminales llevados a cabo en Roma entre los años 1977 y 1980. En total, el grupo de 63 procesados es acusado de 200 delitos. El fiscal ha pedido para 34 de ellos cadena perpetua, y para otros muchos, 28 años de cárcel.La pena que les sea impuesta dependerá, sin embargo, del grado de arrepentimiento mostrado por los acusados durante el largo e imponente proceso que ha durado nueve meses.

Los 64 brigadistas se han dividido en diversos grupos, según sus actitudes frente al terrorismo.

El primero de ellos es el de los arrepentidos, de los cuales el número uno es Antonio Savasta, que había sido el carcelero del general norteamericano de la OTAN James Dozier, secuestrado por las Brigadas Rojas y liberado por la policía italiana.

Le sigue el grupo de los que se han disociado de la lucha armada, pero que no han querido descubrir a sus compañeros ni revelar secretos de la guerrilla.

El tercer grupo es el de los pertenecientes al partido de la guerrilla. Piensan que las Brigadas Rojas se equivocaron de táctica pero siguen defendiendo que es necesario un proceso revolucionario en Italia conseguido a través de una acción de guerrilla.

Y quedan, por fin, los llamados militaristas o irreductibles. El cabecilla es Mario Moretti, jefe de la columna romana de las Brigadas Rojas y organizador número uno del secuestro y asesinato de Aldo Moro. Cada una de estas escisiones ha presentado al tribunal un documento diferente. Ha sido considerado muy importante el del grupo de los militaristas, en el que se afirma que la verdadera motivación del asesinato de Aldo Moro fue la de frenar en Italia el primer Gobierno de unidad nacional, con apoyo del partido comunista, que había sido la gran novedad impulsada por el líder democristiano.

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