España intenta ampliar la prórroga de las licencias con la CEE

El director general de Relaciones Pesqueras Internacionales, Juan Prat, se entrevistó ayer con Raymond Simonnet, director de Recursos Pesqueros de la Comunidad Económica Europea (CEE), en un intento de resolver el problema de la prórroga de las licencias concedidas a España. Simonnet había estado ausenté durante la crisis de Navidad, que rebajó, a insistencia irlandesa, la mencionada prórroga de dos meses a un mes. Según la parte española, Simonnet se mostró comprensivo hacia la postura española.Prat, acompañado por el jefe de la misión española ante la CEE, Gabriel Ferrán, reiteró la posición española ante Simonnet. Fundamentalmente, para España resulta inaceptable la prórroga de un mes sobre estas licencias de 1982, pues faltaría tiempo para negociar con calma, desahogo y sin presiones indebidas las cuotas y licencias para pescar en aguas comunitarias en 1983 en términos similares a los del año anterior. En cualquier caso, el hecho de que la flota española no pueda salir a pescar en estas aguas no significa, según la versión española, que los pescadores vean reducido su cupo anual. Se pescaría lo que corresponda en un período de diez meses en vez de en un año entero.

El asunto está ahora en manos del Consejo de Ministros o de sus suplentes de la CEE tras las repetidas protestas españolas. La decisión, de hecho, corresponde a Irlanda, país que exigió inesperadamente recortar la prórroga pesquera a España en un mes. El Consejo de Ministros de Pesca aprobó, el pasado 23 de diciembre, dicha prórroga de dos meses, y así lo comunicó dos días después el director general de Pesca de la CEE a la misión española ante este organismo. La prórroga contemplaba la reducción del número de palangreros españoles autorizados a faenar en la zona octava de la Comunidad -es decir, en el golfo de Vizcaya-, lo que España aceptó.

Poco después, Irlanda se oponía a esta solución, exigiendo la reducción de la prórroga en un mes. En su zona, los irlandeses acusan a los pescadores españoles de no haber acatado hasta ahora las normas fijadas.