Ríos Montt convocará elecciones en Guatemala al cumplirse el primer aniversario de su golpe

El presidente de Guatemala, general Efraín Ríos Montt, ha anunciado que el próximo 23 de marzo, primer aniversario del golpe militar que le llevó al poder, convocará elecciones generales para una Asamblea Constituyente de 60 diputados. No ha anticipado la fecha de celebración de los comicios ni el contenido básico de la ley electoral.Este anuncio se inscribe en medio de una poderosa campaña iniciada en Estados Unidos para destacar las intenciones democráticas del Gobierno guatemalteco, como paso previo a la reanudación de la venta de armas, embargada en el año 1977 por la Administración Jimmy Carter. El propio Ronald Reagan se convirtió en el principal agente de la campaña al destacar, tras su reciente entrevista con Ríos Montt en Honduras, el talante democrático de su interlocutor.

Un periódico tan influyente como The Washington Post sostiene la teoría de que el presidente guatemalteco ha llevado a cabo con éxito, por sus propios medios, la "guerra sucia" contra la insurgencia, abriendo así el camino para que la Administración norteamericana pueda restablecer el comercio militar sin mancharse las manos. Algo así: ya podemos venderles armas con la seguridad de que no serán empleada para matar opositores, porque los opositores ya están muertos.

Esta sensación de victoria militar sobre la guerrilla fue subrayada por Ríos Montt al anunciar, junto con la convocatoria de elecciones, que será levantado el estado de sitio, a fin de que la campaña de los partidos pueda desarrollarse en un clima de normalidad.

El triunfalismo del presidente Ríos Montt, extraña mezcla de general y predicador, no parece corresponderse con las últimas acciones bélicas de la guerrilla, como la emboscada a un convoy militar en el departamento de Quetzaltenango. El hecho tuvo lugar el pasado 1 de enero, y el Ejército sufrió entre 28 y 40 bajas, según las fuentes. Otro oficial habría muerto en el asalto a un destacamento de San Marcos, cerca de la frontera con México.

Con estas acciones, que previsiblemente deben incrementarse en los próximos días, la guerrilla guatemalteca trata de desmentir la versión de su derrota, con el propósito de que si la Administración Reagan decide, en contra de una reciente recomendación de la ONU, reanudar la venta de armas a Guatemala, no pueda al menos tranquilizar las conciencias de sus ciudadanos.