El arzobispo Marcinkus, ausente entre los 18 nuevos cardenales anunciados por el Papa

El próximo 2 de febrero, la Iglesia católica tendrá dieciocho nuevos cardenales. Lo anunció ayer por la mañana Juan Pablo II durante la audiencia general ante más de 4.000 peregrinos. Es la primera vez que la noticia de un nuevo consistorio la da personalmente el Papa, lo que se ha juzgado como expresión de particular interés.

Entre las mayores novedades de los nuevos cardenales, figura una ausencia significativa: la del arzobispo Paul Marcinkus, presidente del IOR (Instituto de Obras de Religión), considerado como el banco del Papa. Por el puesto que ejerce actualmente como gobernador del pequeño estado vaticano a Marcinkus le correspondía el honor de la púrpura cardenalicia. Pero el papa Wojtila, con mucha probabilidad, ha preferido excluirlo,. ya que su elevación a la dignidad de cardenal hubiera ciertamente despertado no pocas perplejidades, después del vendaval que se ha cernido últimamente sobre la ambigua actividad bancaria de Marcinkus con Michele Sindona y con Roberto Calvi, los dos banqueros famosos por sus especulaciones financieras y por su banca rota; el primero, actualmente en una cárcel de Nueva York, y el segundo, ex presidente del Banco Ambrosiano, "suicidado" bajo el puente de los "hermanos negros" de Londres. Ambos eran miembros de la logia masónica de Licio Gelli, la E.2 (Propaganda Dos).La otra gran novedad es que por primera vez en la historia de la iglesia ha sido nombrado cardenal un ruso que vive en una de las dieciséis repúblicas de la Unión Soviética. Se trata de Julijans Vaivods, administrador apostólico de Riga en Letonia. El nuevo y primer cardenal ruso tiene ya 86 años. No podrá ser elector del Papa en caso de un nuevo cónclave por haber pasado ya la edad canónica de los ochenta años, pero su nombramiento es todo un símbolo. Para algunos este nombramiento representa el deseo de diálogo del papa Wojtyla con la Unión Soviética, y para otros es más bien como una "santa provocación" del primer Papa polaco de la historia.

Esta vez no hay ningún nuevo cardenal español, aunque el más joven de los dieciocho nuevos cardenales es de lengua española. Se trata del colombiano Alfonso López Trujillo, actual presidente de CELAM, el consejo episcopal latinoamericano. Tiene 48 años. Había sido en un principio un joven teólogo progresista. Más tarde se pasó a posiciones conservadoras y hoy es uno de los obispos latinoamericanos más críticos y dialécticos con la generación de los partidarios de la "teología de la Liberación".

Entre los nuevos purpurados hay un ex judio convertido: el arzobispo de París, Jean Marie Lustiguer, y un ex secuestrado. Se trata del arzobispo de Lubando de Angola, Alexandre Do Nascimento. El año pasado había estado durante un mes en manos de los guerrilleros, que posteriormente lo liberaron.

Esta vez no ha habido cardenales "in pectore", es decir, cardenales nombrados pero de los cuales no se revela el nombre, ya que el Papa se reserva el secreto para anunciarlo cuando lo crea oportuno.

Juan Pablo II al anunciar los nuevos cardenales dijo ayer que ellos reflejan una "atmósfera de universalidad", ya que, afirmó, han sido escogidos de los cinco continentes: dos africanos (Costa de Marfil y Angola); uno de América septentrional (Chicago en Estados Unidos); dos de América meridional (Colombia y Venezuela); dos de Asia (Líbano y Tailandia); uno de Oceanía (Nueva Zelanda); y siete europeos, entre ellos el arzobispo de Varsovia, Joseph Glemp. Con él son cuatro los cardenales nombrados en un país con régimen comunista (Polonia, Rusia, Yugoslavia y Angola).

El Papa dijo también que dos de los nuevos cardenales son responsables de dos organismos de la Curia romana. El Papa subrayó también que uno de los nuevos cardenales no es ni obispo ni arzobispo. Se trata del sacerdote jesuita francés y conocido por su fama mundial de teólogo, Henri du Lubac. También dicho nombramiento es más bien simbólico, ya que el nuevo cardenal ha pasado los ochenta años. Pero Du Lubac fue en tiempos del concilio uno de los teólogos más progresistas y más estimados por Pablo VI.

El nuevo consistorio del 2 de febrero será el segundo del Pontificado del Papa Woytila. En su discurso, Juan Pablo II ha llamado a los cardenales los "colaboradores más íntimos del Papa".