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Malestar en medios andaluces por la gestión de la dirección del Festival de Cine de Sevilla

Los cineastas de la región no consideran que el certamen cumpla sus objetivos

Los incidentes habidos en la entrega de premios del certamen de cine andaluz en el festival de Sevilla han desatado vivas críticas en medios andaluces acerca del contenido y objetivos de la gestión de la dirección actual del mencionado festival cinematográfico, cuyo responsable, José G. Maesso, responde a las críticas desde el boletín del certamen. Las razones que hay detrás de aquellos incidentes se refieren justamente a esa gestión.

ENVIADO ESPECIAL

Los cineastas premiados en el III Certamen de Cine Andaluz, Miguel Alcobendas, Victoria Sendón, Luis Manuel Carmona, Colectivo Claudio Guerín, José Antonio Gentil, Enrique Santiago, Nonio Parejo y Carlos Benito González, dejaron sobre la mesa del festivallos premios de Nicomedes que el presidente de la Diputación Provincial, el alcalde de la ciudad y el director del festival debían entregarles (véase la segunda edición de EL PAIS de ayer). En lugar de aceptar las estatuillas, leyeron un documento justificando su rechazo. El festival no había hecho público el contenido de las becas antes de la lectura del palmarés; becas que son novedad este año ya que en las convocatorias anteriores los premios para el Cine Andaluz consistían en una ayuda económica de aproximadamente medio millón de pesetas.Reclamado por los presentes, José G. Maeso, director del festival, precisó que la beca consistiría en la prestación de los servicios necesarios para que uno de los ganadores pudiera grabar otro filme en un vídeo familiar.

Previamente, el propio jurado había señalado su disconformidad con la mentalidad que ha regido esta tercera convocatoria competitiva, estimando "insuficiente la atención y ayuda que los organismos y poderes públicos prestan al fenómeno cinematográfico andaluz". Al tiempo, la secretaria del director del festival, ganadora el pasado año de este certamen, declaraba ante la Prensa que este concurso "es un atentado brutal contra la dignidad de los andaluces que hacemos cine".

José G. Maeso responde a los cineastas desde el boletín oficial del festival con un comunicado en el que les recuerda la existencia de unas bases, tácitamente aceptadas al participar en el concurso. "Pero las bases no decían en qué consistían las becas", replica en una entrevista el cineasta José Antonio Gentil, galardonado en la sección de super-8, apartado de documentales. "Y no podemos dejar de acudir a un festival que es nuestra mejor tribuna. Quisimos conocer el premio antes de aceptarlo".

El malestar por la gestión de José G. Maeso es evidente en los comentarios que publica la Prensa local ("el Festival de Sevilla, un auténtico desastre", fue el titular de El Correo de Andalucía de ayer) y, por supuesto, de los cineastas concursantes que expresan abiertamente su incomprensión de un festival ajeno a la ciudad y al interés del cine andaluz: "Se gastan millones en organizar cenas y a nosotros sólo nos prestan un vídeo casero porque, además, dicen que un formato profesional es mucho para nosotros".

Sobre la calidad media de la programación se es, en cambio, optimista. La sección oficial ofrece algunos títulos inéditos en festivales -El vuelo del águila, de Jarv Troel, candidata sueca al próximo oscar de Hollywood-, mientras otros se han seleccionado de lo ya visto en otros festivales extranjeros. Una buena selección. El problema surge, no obstante, en la calidad de las proyecciones, ya que son suficientes las películas que siguen mostrándose en versión original sin subtítulos -Forty Deuce, de Paul Morrisey, hablada en slang americano-, con traducción simultánea por medio de fuertes altavoces -Britannia hospital, del inglés Lindsay Anderson-, o con el añadido de unos difícilmente legibles subtítulos en castellano bajo la copia original subtitulada a veces en otra lengua.

En las secciones paralelas puede verse parte del ciclo Amar el cine, ya en exhibición comercial en algunas ciudades españolas; Andalucía en el cine, con una selección de distintas y antagónicas películas ambientadas en esta tierra; New way in New York, que ofrece una selección de títulos generalmente inéditos en España; Nuevas tendencias europeas; Retrospectivas cómicas, o el Homenaje al cine italiano.

Una de las facetas más interesantes del festival se encuentra en las reducidas ponencias que sobre las relaciones del cine con la televisión se han celebrado durante tres mañanas y en las que han intervenido representantes de la RAI, de los productores italianos, de la producción norteamericana, del Ministerio de Cultura francés y de los productores españoles. Las intervenciones son fundamentalmente informativas. Interesa a los cineastas españoles conocer las experiencias que Francia e Italia han tenido en este área. Aunque vienen marcadas por un cierto relajo, en el primer día de estas conversaciones hubo, sin embargo, un divertido incidente protagonizado por el crítico de Avanti, Lino Miciche, que discutió con ironía al representante de los productores italianos, Arrigo Colombo, que se había manifestado en favor de un cine comercial para solucionar la actual crisis como el de las viejas series de Maciste, los famosos spaghetti-westerns o las actuales películas de aventuras de Terence Hill y Burt Spencer: "Está usted reivindicando películas que marcaron uno de los momentos de mayor degradación del cine europeo. Se unió el subdesarrollo italiano al subdesarrollo español y, así, cavaron ustedes su propia fosa. Mientras tanto, los productores norteamericanos ya trabajaban para la televisión, sabiendo que ahí encontraban su futuro. Si siguen con la misma mentalidad, no adelantaremos nada".

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