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Aburrimiento y pocas novedades en las sesiones del Festival de Cine de Sevilla

Con un largo y aburrido reportaje filmado en vídeo sobre el descubrimiento de América y proyectado, lógicamente, en pequeña pantalla, se inauguró el III Festival Internacional de Cine de Sevilla. Un extraño acto prolongado luego en discursos oficiales que no reflejó los presuntos aires nuevos de esta convocatoria. Sólo la presencia de Pilar Miró, la nueva directora general de Cine, que hacía en Sevilla su presentación oficial, despertó los aletargados ánimos.

La nueva responsable del departamento de cine del Ministerio de Cultura no hizo declaraciones tajantes sobre la política que seguirá. Respondió ambiguamente a las preguntas urgentes de los periodistas. No es de extrañar puesto que las decisiones que de ella se esperan necesitan de mayor reflexión.La primera proyección del festival sevillano no superó el aburrido tono del acto inaugural oficial. Se erigió Veredicto de Sidney Lumet, recientemente estrenada en Estados Unidos y celebrada con entusiasmo por buena parte de la crítica de aquel país, hasta el punto de que ya se considera a Paul Newman firme candidato al próximo oscar de interpretación por su trabajo en esta película. Los espectadores del festival, sin embargo, no pudimos apreciar cómodamente estos posibles méritos, ya que la copia que se proyectó carecía de subtítulos en castellano. La productora no la facilitó y, para compensar tal desatino, los responsables del festival aplicaron un sistema paralelo de proyección de subtítulos cuya realización distaba mucho de lo perfecto. Hubo incluso ocasiones en que el público rió la inadecuación de lo que se leía con lo que en ese momento decían los personajes de la pantalla.

El inmediato futuro

Es ya costumbre que las multinacionales no apoyen los festivales españoles. Al menos, desde que se decidió que su intervención en ellos no les desgravaba impuestos. Ahora, cada festival debe ingienárselas para hacer participar las pocas películas que de las multinacionales interesan. Veredicto, filme que narra el simple proceso judicial que se realiza en torno a una negligencia clínica, y que corresponde en forma y fondo al viejo cine de abogados que tanto proliferó en los años cincuenta, ha sido considerada generosamente por el comité del festival como la película ideal para su inaguración. Mala señal si el resto no lo supera.A pesar de ello, las sucursales españolas de las multinacionales se reunirán en Sevilla, a donde incluso acudirá el representante en Europa de la MPPA (Motion Pictures Production Asociation), señor Gronick, probablemente para hacer recuento de las posibles disposiciones que tome en el inmediato futuro la nueva dirección general de cine. Sobre todo una vez que Pilar Miró dijo en sus declaraciones oficiales que el impulso que necesita el cine español tanto en el mercado de su país como en el extranjero empieza por defenderse del cine americano "que es el que nos oprime".

Al margen del cine de Estados Unidos, de quien hoy mismo se proyecta otra película Mi año favorito de Richard Benjamin, esperada ansiosamente por la posibilidad de que se trate de un auténtico filme de humor, numerosas películas de diversos países serán presentadas en el festival sevillano, entre ellas la ya famosa Tiempo de revancha del argentino Adolfo Aistarain y la producción búlgara La advertencia, dirigida por el cineasta español Juan Antonio Bardem. Varios ciclos dedicados a la infancia, a la retrospectiva de Charles Chaplin y a la new way norteamericana, se proyectan paralelamente en diversos locales repartidos por toda la ciudad.

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