Palma de Mallorca dedica a Cela una de sus calles

Los galones de los municipales inmóviles y el aire primaveral del mediodía mallorquín cubrieron con buen gesto las cabezadas de Camilo José Cela al descubrir bajo el terciopelo rojo el rótulo de su calle: "Esto era inevitable". Con este acto, la ciudad de Palma rendía un homenaje al escritor cuyo trabajo intelectual está íntimamente ligado a la isla.Ramon Aguiló, alcalde de Palma; Conrado de Vilallonga, conseller de Cultura, y Francesc de Borja Moll, recientemente condecorado por la Generalitat, escoltaron el breve parlamento de Camilo José Cela a las cincuenta personas sonrientes y satisfechas por el bautizo: "No hay como cumplir años para ver cómo se cumplen los propósitos más descabellados. Esto obliga todavía más mi gratitud, en especial por la unanimidad con que el ayuntamiento aprobó mi nombre para esta calle."

Cela recordó, con su peculiar voz de pozo, sus veintinueve años de estancia en la isla de Mallorca, "allí donde más tiempo he vivido y de donde es poco probable que me vaya", y la revista Papeles de son Armadans, que fundó en 1956 en esta misma calle y que dirigió durante veintitrés años, "la milagrosa revista mallorquina por la que luchamos contra viento y marea".

Ramon Aguiló destacó la circunstancia "curiosa" que conforman las calles que esta ciudad ha dedicado a los ilustres personajes vivos: "De los tres -Miró, Borja Moll y Cela- ninguno es mallorquín de nacimiento".