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Bulgaria invita al juez italiano que investiga el atentado contra el Papa

Bulgaria está dispuesta a recibir a Ilario Martella, el juez que lleva la causa relacionada con el atentado cometido contra Juan Pablo II el 13 de mayo del pasado año, para que investigue sobre el terreno la conexión búlgara revelada por el autor de los disparos que hirieron gravemente al Papa.Esta invitación fue revelada por el director de la agencia de Prensa de Bulgaria BTA, Boian Traikov, en un golpe de escena final que cerró una movida conferencia de Prensa mantenída ayer en Sofía y en la que participaron cerca de medio centenar de periodistas búlgaros y extranjeros.

En la conferencia de Prensa estuvieron presentes Bechir Celenk, el hombre al que el autor del atentado contra el Papa señala como la persona que le pagó por su acción, y Rosica Antonova, esposa del subdirector de la delegación romana de la compañía aérea búlgara, detenido en Roma bajo la acusación de complicidad directa en el atentado contra Juan Pablo II.

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El turco acusado de pagar al agresor del Papa se definió en Sofía como "un honesto comerciante"

Viene de la primera páginaJunto a Rosica y Celenk estuvieron también Todor Aivazov, jefe de los servicios financieros de la Embajada búlgara en la capital italiana, quien según los testimonios de Alí Agca preparó junto a éste los últimos detalles del intento de magnicidio, y el comandante Jelio Kolev Vassilve, hasta hace poco tiempo secretario del agregado militar búlgaro en Roma.

La aparición del turco Bechir Celenk, señalado por la Prensa internacional como un importante yrko (traficante de armas), y que se califica a sí mismo como "un honesto comerciante, respetuoso de las leyes y normas internacionales sobre comercio", compareció en la sala escoltado por dos inexpresivos policías uniformados, en la segunda parte de la conferencia de Prensa. Fue el plato fuerte esperado y anunciado de la escenografila, en una gran sala de conferencias abarrotada de periodistas que se disputaban los escasos aparatos de traducción simultánea, ya que las respuestas fueron hechas en búlgaro y en turco.

Celenk ha sido denunciado por Alí Agca como la persona que le ofreció en Sofia trescientos millones de pesetas por intentar matar al Papa. Según el terrorista turco de extrema derecha, el encuentro se desarrolló en un hotel de la capital búlgara entre los días 2 y 15 de julio de 1980.

El comerciante, o traficante de armas, se encuentra detenido en Bulgaria para esclarecer los hechos y, según el director de la agencia BTA, no goza de ningún trato de favor (se ha afirmado en la Prensa occidental que está recluido en una lujosa villa).

Acosado por las preguntas de los periodistas -en muchos momentos parecía un auténtico proceso en el que el fiscal arrincona al acusado-, Celenk terminó reconociendo que estuvo en Sofía en las fechas mencionadas por Alí Agca. En un principio dijo sólo que era posible, que no se acordaba bien, aunque a continuación dio toda clase de detalles sobre sus viajes y estancias anteriores al 2 de julio y posteriores al 15 del mismo mes.

Estuvo en Bulgaria

Acabó confesando su estancia en la capital búlgara, pero negó que se hubiese encontrado con Agca ni entonces ni nunca. Dijo que sólo le conocía por las fotos publicadas en las primeras páginas de los periódicos. Negó reiteradamente que se dedicase al tráfico de armas; afirmó hasta la saciedad que es propietario de barcos y que sus negocios se centran en el comercio de frutas y legumbres. Dijo también que desconocía aún por qué se encontraba detenido en Bulgaria y que su arresto se produjo en el momento en que negociaba la creación de una sociedad mixta búlgaroturca y mostró los documentos relativos al caso.

Celenk reiteró en varias ocasiones que desde que Agca comenzó a declarar él había viajado por numerosos países de Europa occidental, incluida Italia, y que ni la Interpol ni las policías locales le molestaron en ningún momento.

Este argumento fue utilizado también por los dos búlgaros implicados en el caso y por el director de la agencia BTA, quien manifestó, ante las preguntas de los periodistas, que cómo es posible que un peligroso terrorista buscado y reclamado por la Interpol como Agca pudo pasearse impunemente por Bulgaria: "A nuestro país llegan anualmente seis millones y medio de turistas sin que se les solicite visado. Es imposible controlar este flujo. Pero Agca ha estado en la República Federal de Alemania, en Austria, en España. Si estaba reclamado por la Interpol, ¿por qué no se le detuvo en esos países?".

Tanto Celenk como Vassilev y Aivazov, junto a su proclamada inocencia, repitieron incansablemente que están dispuestos a trasladarse a Italia para responder de las acusaciones, viles calumnias, siempre que se le den garantías, porque al no disponer de estado diplomático no gozan de la inmunidad que ello supone.

Con relación a posibles extradiciones, la respuesta fue siempre la misma: primero, que se tramite oficialmente; después, que la magistratura italiana o turca fundamente y desarrolle sus acusaciones, y finalmente, la fiscalía general búlgara estudiará el caso y actuará en consecuencia.

La extradición de Bechir Celenk fue solicitada ayer oficialmente por la justicia turca bajo la acusación de "contrabando". Un portavoz del Gobierno de Turquía, según informa la agencia France Presse, precisó que su país ha pedido a Bulgaria "precisiones sobre las razones de la detención de Celenk y el mantenimiento del arresto hasta que sea tomada alguna decisión a propósito de la extradición. El Ministerio turco de Asuntos Exteriores no se consideró, sin embargo, en condiciones de asegurar si Celenk conservaba aún la nacionalidad turca. En caso contrario no sería considerada la solicitud de extradición.

Por otra parte, un diario de lengua inglesa publicado en Roma, el Daily American, publicó ayer, según informa desde la capital italiana Juan Arias, que el presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, fue alertado el pasado mes de abril del plan para asesinar al Papa. El diario asegura que Ceaucescu hizo todo lo posible para disuadir al Gobierno de Bulgaria de llevar a cabo la acción.

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