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La Sinfónica de Asturias dará más conciertos, a pesar de los problemas económicos

"Hacemos el mejor trabajo de organización orquestal de España, con sólo cincuenta millones de pesetas de presupuesto anual", afirma con orgullo Xuan Xosé Sánchez Vicente, presidente de la fundación pública Centro Regional de Bellas Artes, de la que depende la Orquesta Sinfónica de Asturias. Por otra parte, la citada fundación está metida ahora en un contencioso laboral con el director Benito Lauret, al que tendrá que indemnizar con 5,6 millones de pesetas, tras el último fallo de los tribunales.

Sánchez Vicente pretende elevar el presupuesto de la temporada próxima a cien millones de pesetas, aumentar los ensayos de tres a cuatro horas y de 58 a 80 el número de conciertos. "Es", comenta, "un proyecto realista al que puede hacer frente nuestra comunidad autónoma. Renunciamos a los grandonismos, tan propios, a veces, de esta tierra, y apostamos decididamente por el desarrollo de un plan de trabajo continuado a partir de la sólida base de que disponemos".

La orquesta tiene actualmente 45 profesores, un director y un grupo de becarios. "Nosotros buscamos", dice el presidente de la fundación, "profesores, si es posible asturianos, interesados en afincarse aquí, en vez de recurrir a espectaculares contrataciones de extranjeros que crean una inestabilidad indeseada para el buen funcionamiento de una orquesta."

Por toda Asturias

En el curso 1981-1982, la Orquesta Sinfónica de Asturias dio 53 conciertos en veinticuatro localidades diferentes, lo que representa un aumento del 10% sobre el año anterior y un incremento del 140% de la actividad respecto de 1979, año en el que se hizo cargo de esta orquesta la actual junta de gobierno de la fundación, dependiente del Gobierno del Principado de Asturias. Con la intención de llegar a todos los asturianos, la orquesta distribuyó sus actuaciones de la temporada en función de la densidad de población. Así, dio un concierto al mes en Oviedo, Gijón y Avilés, y tres, conciertos populares en toda la región, siguiendo criterios de proporcionalidad y orden riguroso.Este sistema de funcionamiento de la Orquesta Sinfónica de Asturias está complementado con un proyecto de acercamiento popular, singularmente juvenil. La fundación dispuso un complicado plan de invitaciones para escolares y universitarios, que en Oviedo y en Gijón duplicó el número de espectadores y lo multiplicó por cinco en Avilés. De los 30.000 espectadores de la temporada, al menos el 75% son escolares de EGB, BUP y universitarios.

El Centro Regional de Bellas Artes ha tomado, por otra parte, la iniciativa de incorporar a la orquesta a los estudiantes más avanzados del Conservatorio Regional de Música. En noviembre, ingresaron en la orquesta once jóvenes estudiantes de música, de los más variados instrumentos, en calidad de meritorios.

El punto negro de este caminar de la Orquesta Sinfónica de Asturias es el problema surgido con Benito Lauret, actualmente director de la Orquesta de Valencia, que fue cesado en extrañas circunstancias. Sánchez Vicente, a quien se atribuye tina buena parte de la responsabilidad de dicho cese, estima que Lauret es un buen director, pero que le faltaba autoridad para imponer disciplina.

La marcha de Lauret de Asturias provocó una estridente polémica. Para muchos aficionados se trataba de una pérdida irreparable en la medida, en que el director había sabido identificarse con la cultura asturiana. Por el contrario, algunos músicos le responsabilizaron de las malas interpretaciones de Aida y Carmen, en la temporada de ópera de Oviedo.

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